Recolocan la escultura de ‘El niño de la flor en la boca’ de la Placica Nueva

El protagonista de la narración del escritor lorquino José María Castillo Navarro que cobró vida en forma de escultura, ha resurgido estos días tras los trabajos ejecutados en la Placica Nueva por la Concejalía de Desarrollo Local y Empleo. “El lugar es un homenaje a este murciano ilustre al que los expertos han calificado como uno de los más brillantes narradores de su época”, ha recordado la edil de esta concejalía, Rosa María Medina.

‘El niño de la flor en la boca’ y todo su entorno presentaban graves deficiencias que se han subsanado recientemente. “La escultura estaba vencida, por lo que ha sido recolocada. Los cimientos presentaban una profunda desviación que hacía temer porque pudiera caer”, ha añadido la edil.

La escultura y el monolito que la soporta han sido recolocados, dotando a la obra de nuevos cimientos que se habían visto afectados por el paso del tiempo y el agua de los riegos del pequeño jardín que la circunda. La imagen fue trasladada a los talleres de la Concejalía de Desarrollo Local, y los trabajos han sido dirigidos por el escultor, restaurador y director de los talleres, Antonio García Rico, quien precisamente es el autor de la pieza. 

El entorno ha sido dotado con una nueva iluminación que permitirá contemplar mucho mejor la escultura. “Se han colocado cuatro focos de acero que darán luz a la pieza y que están reforzados para evitar su deterioro”, ha explicado la edil de Desarrollo Local y Empleo. Junto a ella, ha comparecido el edil de Parques y Jardines, Antonio David Sánchez, quien ha explicado que en las próximas semanas se mejorará la decoración floral de la plaza. “Carecemos de flores en los viveros municipales, por lo que en cuanto contemos con la partida oportuna podremos no solo decorar la Placica Nueva, sino también la Plaza del Óvalo, la de Colón, San Fernando… Y muchos otros espacios verdes del municipio”.

La Placica Nueva, como ha recordado la edil de Desarrollo Local y Empleo, fue concebida originariamente para acoger los tradicionales mercados en los que se vendían artículos de primera necesidad. En la década de los setenta se celebraban en ella y en las calles adyacentes el tradicional mercado de los jueves.