La calle Pío XII, en pleno casco antiguo de la ciudad, permanece cerrada al tránsito de peatones por la demolición de una vivienda. La vía está ocupada, en el tramo entre la confluencia con Lope Gisbert y Corredera, por la entrada y salida de camiones y la presencia de una gran máquina que con un martillo va derribando las estructuras del edificio.

Los establecimientos más inmediatos se han visto obligados a cerrar sus puertas durante el tiempo que dure la demolición. En los últimos días se cubría la acera de esta calle con plástico y sobre él se echaba una capa de cemento armado para posibilitar el tránsito de maquinaria pesada. La ‘torta’ de hormigón se mantendrá durante el tiempo que duren los trabajos no solo de demolición, sino de construcción del nuevo edificio que se levantará en el solar que quedará vacío tras la demolición.

Curiosamente, hace apenas unos meses se retiraban las grandes planchas que se colocaban prácticamente en el mismo tramo para evitar daños en la solería de la calle con motivo de las obras de rehabilitación del Casino Artístico Literario. Se retiraron los andamios de la fachada y las planchas de acero tras la conclusión de la primera fase de los trabajos.