Virgen

Emoción contenida en el primer ensayo del trono de la Amargura de Lorca

Los 133 costaleros entonaban la Salve antes de cruzar el umbral de la capilla del Rosario

Ciento treinta y tres costaleros portaban el trono de la Amargura, este domingo.

Ciento treinta y tres costaleros portaban el trono de la Amargura, este domingo. / Pilar Wals

Al caer la tarde de este domingo las puertas de la capilla del Rosario se abrían de par en par para dejar paso al trono de la Virgen de la Amargura. Ciento treinta y tres costaleros portaban el trono en el primero de los siete ensayos que se sucederán hasta el Viernes Santo. Ese día, la Virgen de la Amargura será procesionada entre un mar de claveles.

El primer ensayo se vivía con emoción contenida. Algunos costaleros no podían evitar que las lágrimas aflorasen a sus ojos mientras rezaban la Salve ante la Virgen Guapa instantes antes de que su trono abandonase la capilla del Rosario. “Nada más entrar y ver el trono y a la Virgen en su retablo al fondo, me he puesto a llorar. No podía evitarlo. Son dos años sin ensayos, sin verla procesionar… Estoy emocionada, pero también tengo muchos nervios, muchas ganas de que todo vuelva a la normalidad”, afirmaba Paqui Munuera, penitente que acompaña a la Virgen bajo el trono.

El contra capataz lateral del trono y secretario general del Paso Blanco, Clemente Manzanera, aseguraba que “estoy como un niño con zapatos nuevos. Deseando arrancar. La gente tiene muchas ganas, está deseando salir”. Mientras, Rosendo Campoy, del equipo de montaje del trono, daba los últimos retoques. “Desde que me he levantado esta mañana estoy con un sentimiento de nervios y alegría. Han sido dos años muy duros y hoy parece que estamos cada vez más cerca de la normalidad. Está siendo muy emocionante”, admitía.

Los costaleros del trono de la Virgen de la Amargura entonaban la Salve antes de salir.

Los costaleros del trono de la Virgen de la Amargura entonaban la Salve antes de salir. / Pilar Wals

Los últimos preparativos antes de iniciarse el ensayo los seguía el presidente de Honor del Paso Blanco, Ramón Mateos, que no ocultaba la “enorme alegría” que sentían los blancos. “Es normal, después de dos años sin ver salir a la Virgen de la Amargura. Y aunque este domingo solo va a salir el trono, los costaleros y la banda… va a ser un día muy especial, después de tanto tiempo de espera”.

 Algunos costaleros como Julio Monteverde llevan esperando dos años para poder llevar a hombros a la Virgen de la Amargura. “Iba a salir en 2020 y se suspendió por la pandemia. Y el año pasado tampoco hubo desfiles, por lo que siento mucha emoción y alegría por vivir este momento”.

  La presidenta del Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, María del Carmen Gallego Ramírez, admitía sentirse nerviosa. “No sé qué me pasa, porque nunca me ocurre. Quizás es porque estamos deseando ver a la Virgen en la calle. Sabemos que todo va a salir bien porque ella nos va a ayudar a que así sea”. Poco después se dirigía a los costaleros para darles las gracias y les recordaba que llevarán sobre sus hombros “a lo más grande”.

El presidente del Paso Blanco, Ramón Mateo Paredes, se dirigía a los costaleros instantes antes de iniciarse el ensayo. “Es un momento muy especial, muy importante, porque hace dos años veíamos muy lejos este primer ensayo. Este año pasará a la historia por ser el momento en que volvimos a vivir después del covid, nos reencontramos. No podemos fallar a los blancos, a los lorquinos, a los visitantes, a la gente que tiene muchas ganas de vivir la Semana Santa”. Y finalizaba lanzando un viva a la Virgen de la Amargura y al Paso Blanco que contestaron los costaleros con un “¡viva!”.

El capataz del trono de la Amargura, Francisco Javier García Zafra, recordaba que en este primer ensayo el recorrido transcurriría hasta la Plaza de Concepción Sandoval para volver a la capilla del Rosario. “Es el primer ensayo y lo que se hace es disponer a los costaleros por su altura y peso”. Entre los veteranos del trono está Francisco Re Soler. “Lo primero que he hecho es acercarme a la Virgen y darle gracias. Ha sido muy duro como costalero no poder llevarla sobre nuestro hombro estos dos años. Hoy aflora ese sentimiento de satisfacción por poder llevar a nuestra Madre tan cerca”.

El trono de la titular del Paso Blanco cruzando el umbral de la capilla del Rosario.

El trono de la titular del Paso Blanco cruzando el umbral de la capilla del Rosario. / Pilar Wals

 La coordinadora del trono de la Amargura, Pilar Carrasco Pérez de Tudela, se quedaba sin palabras a las puertas de la capilla del Rosario. “Uf… es un momento de tanta emoción que no pudo ni hablar”. Respiraba profundamente y contaba que “es un día de muchos nervios, de una ilusión tremenda. No me lo creo. Parece que es la primera vez. Me está recordando a ese primer día que salimos con la Virgen a hombros”.

“Con un nudo en la garganta”, afirmaba sentirse la presidenta de Honor del Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, María José Ruiz Cervera, que apunta que “era un ensayo, pero la emoción era tremenda después de dos años. Estamos todos con muchas ganas de volver a ver a la Virgen procesionando por las calles de Lorca”.

El trono de la Virgen de la Amargura cruzaba el umbral de la capilla del Rosario entre un gran silencio. Únicamente se oía al capataz que daba las indicaciones. A las afueras del templo, cientos de blancos esperaban la salida del trono y le acompañaban durante su periplo amenizado por la Agrupación Musical Nuestra Señora la Virgen de la Amargura. La vuelta, al caer la noche, llenaba de alegría a todos los costaleros que se despedían de la Amargura tras el este primer ensayo.

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