Ricardo Pumar (Insur): "Queremos financiar nuestro crecimiento con ampliaciones de capital"

Insur, inmobiliaria cotizada de origen sevillano, estudia dar entrada a nuevos accionistas para financiar su futura expansión. "Queremos ser una empresa cada día más abierta a los mercados de capitales, que pueda financiar su crecimiento futuro de una manera sostenible a través de ampliaciones de capital", ha señalado Ricardo Pumar, presidente ejecutivo de la inmobiliaria cotizada Insur, en un diálogo mantenido con Martí Saballs, director de Información Económica de Prensa Ibérica, durante la segunda edición del evento 'Andalucía, una economía en transformación'.

Fundada en 1945 por tres socios en la capital hispalense, Insur debutó en bolsa en 1984 y, desde 2015, cotiza en el Mercado Continúo del parqué nacional. Su actividad se divide en una cartera de activos patrimoniales, de los que obtiene ingresos a través de su alquiler, y su división promotora, con el foco especial en la vivienda. En 2023, la compañía logró unos ingresos de 120 millones de euros y un beneficio de 11,5 millones.

La empresa desarrolla, principalmente, su negocio en Andalucía y Madrid. "Como promotor residencial, nuestra actividad se localiza en Andalucía Occidental, principalmente en Sevilla, pero también en Córdoba o Cádiz. A su vez, estamos impulsando grandes proyectos en Andalucía Oriental, en Málaga, Costa del Sol, Granada o Almería. También, estamos implantados en Madrid y tenemos un gran equipo allí", apuntó Pumar. El presidente ejecutivo de Insur abre la puerta a que la compañía cree nuevas delegaciones en otros mercados: "Dentro de nuestra estrategia de diversificación, que es una medida para controlar los riesgos, estamos analizando la posibilidad de implantarnos en otras geografías. Estamos viendo como hacerlo, creciendo de forma orgánica o con una alianza con una promotora local".

El problema del acceso a la vivienda en España

Ricardo Pumar considera que el problema de acceso a la vivienda en España es debido a un gran desequilibrio entre la oferta y la demanda, especialmente entre las generaciones jóvenes. "Aunque las estadísticas oficiales hablan de que existen 400.000 viviendas heredadas de la anterior crisis, estas están situadas lugares donde no hay demanda. Donde, de verdad, hay necesidad, hay un fortísimo desequilibrio, principalmente en grandes capitales y zonas donde hay mucho dinamismo económico y geográfico", resumió el directivo.

El presidente ejecutivo de Insur pone en relieve las cifras del sector. "La demanda de primera vivienda la marca el número de hogares que se crean anualmente, más de 200.000 al año. A esto hay que sumar la necesidad de segundas residencias por parte de españoles y extranjeros. Esta cifra contrasta con el número de viviendas que se construyen al año, que no superan las 85.000. Un desfase así, cuando pasan cuatro o cinco años, agrava el problema considerablemente. Este desequilibrio tensiona los precios, que suben más de lo deseable, dificultando el acceso de los jóvenes a la vivienda", detalló.

Deberes al sector público

Pumar repasó también cómo la colaboración público-privada puede ayudar a mejorar el acceso a la vivienda. "En este tipo de proyectos, el promotor privado, para desarrollar inmuebles a precios asequibles, lo tiene que hacer bajo unos parámetros de rentabilidad". El presidente de Insur calificó de "muy difícil" construir vivienda protegida por los precios máximos a los que se puede vender, teniendo en cuenta los costes de construcción o la fiscalidad asociada a la actividad.

El primer espada de la inmobiliaria sevillana propuso a las administraciones públicas fomentar la producción de suelo residencial: "En el corto plazo es difícil, pero se pueden conseguir buenos resultados con los cambios de usos. Hay un exceso de suelo terciario sin salida en el mercado que se podría transformar en suelo residencial para construir viviendas. En paralelo, hay que acortar los plazos en los trámites urbanísticos, un aspecto que ha mejorado con la declaración responsable, e incidir en la fiscalidad de la promoción, que representa una parte importante del coste final del producto inmobiliario".

Por último, Ricardo Pumar puso de relieve el problema que supone la escasez de trabajadores en la construcción: "Después del anterior ciclo, se desmanteló todo el tejido empresarial y es difícil que esa mano de obra vuelva. La única manera de resolver el problema es creando planes de formación, atrayendo inmigración y mejorando en materia de industrialización. Todavía el porcentaje de obras industrializadas es muy bajo porque no tienen economía de escala y sigue siendo más cara que la construcción tradicional".