Pocos grupos han abarcado una intachable trayectoria que sobrepasa el cuarto de siglo. Los Marañones son aquel conjunto beat, rock, funk€ (no hacen música sectaria), una entidad musical cuya influencia persiste en quienes ven en el pop un discurso capacitado tanto para la sensibilidad como para la inteligencia crítica.

Han volado 30 años desde que echaron a andar. 25 desde la aparición de Quiero bailar agarrao, su primer disco grande, y siguen aquí. Eso sí, todavía inefablemente señoriales, y demostrando la pervivencia de un repertorio que, como los buenos vinos, gana con el tiempo.

Sus canciones, su música, su mensaje, les han trascendido en vida. Los Marañones siguen siendo baluarte para el rock que nunca muere, y si muere, resucita. Hay que rendirse ante la evidencia. Su furia de juventud (igual que su compromiso) permanece intacta y en plena forma. Ya pueden ir aprendiendo por ahí.

¿Cómo se ven las canciones de ´Quiero bailar agarrao 25 años después? ¿Han resistido bien el paso del tiempo?

Miguel: Se escucha ameno y divertido a pesar del paso de los años. Realmente yo lo considero un disco atípico de Los Marañones, condicionado porque en esta época éramos un trío y moldeábamos las canciones para que sonaran bien en directo con esta formación. Por supuesto, para ello, nuestros referentes eran grupos de este tipo: Cream, Jimi Hendrix Experience, The Who....

¿Qué supuso para Los Marañones la publicación de este primer álbum?

Román: Habíamos publicado ya un par de canciones en el recopilatorio de OMV y otras siete en nuestro primer disco, el mini-LP Experiencia negra, pero esta fue la primera vez que podíamos hacer pública toda una colección de canciones (¡quince!), que además definían muy bien el sonido del grupo en ese momento. Fue una carta de presentación perfecta que nos ayudó a recorrer los escenarios de toda España durante un par de intensos años, en lo que llamamos Tour Agarrao.

Sean o no exitosas, ¿qué canciones destacaríais, y por qué motivos?

Miguel: Yo destacaría varias, pero sobre todo 2 de ellas bien distintas: Sexy Dream, como canción que sigue los cánones marañónicos con su potente ritmo beat, sus cambios, sus pinceladas psicodélicas y absurdas... Y, por otro lado, El final, que es una canción que seguro que hoy en día no haríamos (al menos del mismo modo), cargada de sentimiento y vehemencia juvenil.

Hubo algunas entradas y salidas del grupo hasta convertiros en un power trío, la formación más estable de Los Marañones, pero ¿quiénes han pasado por sus distintas formaciones?

Román: Bueno, yo diría que, haciendo cuentas, la formación más estable es la que tenemos ahora: Miguel, Pedrín, Carlos y yo. El grupo lo formamos Miguel Bañón, Ricardo Perpén y yo mismo, junto a un par de amigos, para grabar una cinta con nuestras canciones a principios de 1987. Ese mismo año ya entró Pedrín de batería, formando el núcleo del grupo junto a Miguel y yo mismo. En esos primeros meses, Ricardo se fue, volvió y se fue otra vez, entraron y salieron Fredi Valera y Tere Luengo, y Javi Toral me sustituyó unos meses. Pero desde el verano de 1989 ya nos estabilizamos como trío básico Miguel, Pedrín y yo, hasta que entró Carlos Campoy entre 1992 y 1997, Joaquín Talismán entre 1997 y 2000, y de nuevo Carlos desde 2005 hasta ahora.

¿Cuál era el panorama musical en Murcia? ¿Y en el resto de España?

Miguel: Musicalmente creo que la cosa estaba por definir. Se habían acabado los 80, y supongo que había que cambiar el chip. Nosotros irrumpimos ahí con nuestro rock´n´roll, nuestra psicodelia y pop, todo mezclado en base a las canciones. No éramos un grupo ni rockabilly, ni mod, ni punk, ni de ´lacas´ y glamur... En definitiva, no pertenecíamos a ninguna tribu social de las que imperaban por entonces. El panorama empezó a cambiar, las actuaciones ya no se limitaban a las programaciones de fiestas de ayuntamientos. Salas de conciertos de toda índole y tamaño empezaron a surgir por todo el país, creando un circuito alternativo que daría mucha vida a grupos como nosotros, y ya no solo en verano, sino todo el año.

¿Cómo fue lo de ir a grabar a los estudios de Cambayá en Antequera?

Román: Miguel había conocido a la gente de Cambayá después de colaborar en el álbum de Los Bluesfalos, que se grabó allí. Hablamos con ellos, negociamos, discutimos, y llegamos a un buen acuerdo. Ellos publicaban y distribuían el disco, y nosotros teníamos a nuestra disposición un estudio de grabación y un técnico de sonido, Antonio Navarro, ´Navi´, para trabajar con toda la libertad que nos diera la gana y nos permitieran los medios.

¿Cómo transcurrieron las sesiones de grabación? Lo produjo Miguel Bañón y tengo entendido que os dio oportunidad de experimentar en el estudio.

Miguel: Allí hubo bastante ´cachondeíto´, muchos chistes, mucha distensión en general. No fue una grabación con horarios estrictos, así que dispusimos de los estudios de Cambayá con bastante libertad. Eran unos estudios bastante vintage y no siempre el material estaba en las mejores condiciones, pero podíamos recrearnos, y recuerdo haberlo pasado muy bien, sobre todo.

Quiero bailar agarrao empieza con un punteo hendrixiano. ¿Declaración de intenciones?

Román: Pensábamos que esa canción definía muy bien cómo sonábamos en directo en esa época, así que la elegimos para abrir el disco. No sé si se puede llamar declaración de intenciones, pero el sonido de la guitarra y lo demás venía influido por el formato de trío y los grupos con ese formato en que nos inspirábamos, como ya hemos dicho.

El blues, siempre ha estado, y los trenes, pero ¿ese punteo Miles Davis, con cita al Jean Pierre de Miles Davis incluida, en Siete de Junio?

Miguel: Siempre he huido de los solos que se basan en recorrer escalas arriba y abajo sin más. Intento que se puedan tararear como la melodía de la canción. Lo de introducir algún pequeño homenaje en medio de un solo a algún referente tampoco es la única vez que se da en una canción de Los Marañones, y si no tiene nada que ver con el estilo que estás tocando, pues mejor. Es como decir ´nos gusta toda la música buena, oiga´.

En Hey, Nena os atrevisteis con el rap... ¿Os interesaba el hip hop del momento? ¿Esa canción no sonaría ahora políticamente incorrecta?

Román: En aquellos tiempos habíamos descubierto a gente como Beastie Boys y De La Soul, y yo particularmente los escuchaba (y los escucho) bastante, así que bromeábamos rapeando de vez en cuando. Una de las bromas acabó en el disco, pero ahora ya no rapeamos tanto.

En Quiero bailar agarrao se incluyeron vientos y teclados. ¿Cuál era la intención y cuál fue el resultado?

Miguel: En realidad fueron aportaciones puntuales en algunas canciones del disco, ya que este estaba planteado en base al sonido del trío principalmente. Con Carlos Campoy (y Ferroblues) teníamos mucha afinidad, ya por aquel entonces. Recuerdo perfectamente una noche tomando quinticos en el Bar Torreta 5 en la que se ofreció a colaborar con nosotros, y yo pensé: ´A Carlos le gusta todo lo que a nosotros, habla el mismo idioma, toca el hammond realmente con gusto... Que ni pintao´. No sería la última colaboración suya en un disco de Los Marañones. A partir de ahí grabaría en todos nuestros discos, entraría en la formación de manera esporádica al principio y definitiva desde hace ya algunos años. Juan Francisco Marín había tocado con nosotros en algunas formaciones paleolíticas, así que también lo invitamos a que tocara el saxo en dos canciones a las que les vino de perlas su aportación.

Nada menos que 15 canciones. ¿No queríais dejar nada fuera en este primer LP? ¿Hubo canciones que no entraron en Experiencia Negra? Estoy pensando en Sexy Dream.

Román: Cuando sacamos Experiencia negra, que era un mini-LP, nos lo planteamos como una carta de presentación o algo así, y dejamos fuera deliberadamente bastantes canciones que pensábamos meter en un futuro LP. Canciones como Sexy Dream y Cinco pasos ya estaban en nuestra primera maqueta, pero para cuando grabamos 'Quiero bailar agarrao' ya teníamos además otro montón de canciones nuevas, así que metimos todas las que cabían sin juntar demasiado los surcos del vinilo.

La vida pasa, y Los Marañones siguen ahí desde hace 30 años. ¿Ha cambiado mucho vuestra música en estas tres décadas?

Miguel: Sí y no. Si oyes el primer disco, Experiencia negra, tiene todos los ingredientes de los que le han seguido hasta nuestros días. Pero, obviamente nuestro estilo de hacer música y letras se ha ido definiendo y concretando con el tiempo. Si ya por aquel entonces lo teníamos claro, hoy en día conocemos mucho mejor el medio para llevar a buen fin las ideas.

Celebráis 30 años encima de los escenarios, y 25 de la publicación de Quiero bailar agarrao. ¿Vais a publicar un álbum con extras o algo? ¿Habrá gira aniversario?

Román: No hay ningún plan de volver a publicar el álbum. Ya lo remasterizamos hace unos pocos años a partir de una buena copia del vinilo y lo publicamos junto al resto de nuestra discografía en Bandcamp, donde también publicamos una colección de ´rarezas´ de todas las épocas. Pero de la grabación de Quiero bailar agarrao no existe nada más que lo que se publicó en su momento, así que no hay extras. Tenemos idea de hacer un par de conciertos tocando el álbum completo, y luego ya dejarnos de nostalgias y empezar a preparar nuevas canciones para un futuro disco.

¿Qué tal funcionó en su momento el Tour Agarrao y el subsiguiente Tour Interior?

Miguel: Por aquel entonces, Mariano Tejera era nuestro manager; estaba muy motivado y metido en aquel incipiente circuito independiente de nuevas salas (lo indie aún no existía). Así que estuvimos sin parar de dar vueltas a la península (y Canarias) durante un tiempo considerable, lo que nos curtió bastante en muchos sentidos.

¿Y cuál es el milagro más milagroso que han dejado Los Marañones para la historia? ¿Todo es un chiste?

Román: Bueno, no sé si es milagroso, pero desde luego nunca nos ha gustado tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos. Ni a los demás.

¿Por qué queríais bailar agarrao en lugar de suelto, como suele hacer la juventud moderna?

Miguel: Ejem... porque hay más roce. Es una paradoja más, un disco que no se puede bailar agarrao y se llama así. Quizá porque nos gusta buscar la vuelta de las cosas, huir de las evidencias... Esto es un ejercicio de auto-análisis con efecto psicológico más que probable.

¿En el concierto vais a interpretar el repertorio por el orden que sale en el disco? ¿Cómo defenderéis ahora Quiero bailar agarrao?

Román: La idea es hacer esas canciones como las tocaríamos ahora mismo, sin recrear necesariamente todo lo que suena en el disco. Ni siquiera el orden.

He oído durante muchos años que sois el mejor grupo de rock and roll de este país, y estoy de acuerdo, pero no llegáis a explotar nunca a nivel mediático. ¿Cómo se motiva uno para seguir haciendo discos?

Miguel: Nos retroalimentamos. Los discos nos motivan a seguir grabando, y así hasta el infinito.