Entrevista | Guillermo Molina Técnico informático y corredor de fondo

"A una persona tartamuda no se le ayuda terminándole las frases, sino dejándole tiempo para expresarse"

Guillermo Molina, corredor de fondo, ha publicado un libro de poesía donde da visibilidad a todas las personas que como él tienen problemas al hablar, un condicionante que ha convertido en oportunidad

Guillermo Molina posa con su libro de poesías.

Guillermo Molina posa con su libro de poesías. / L.O.

Dioni García

Dioni García

Guillermo Molina Fernández (Blanca, 22 de marzo de 1981) es técnico electrónico e informático en Hidroconta, una empresa de fabricación de contadores de Santo Ángel. Fue futbolista en su juventud y desde hace unos años se dedica a las carreras de fondo. Desde niño ha trabajado su tartamudez y le ha dado visibilidad en un libro de poemas, Ventana al alma, que ha tenido una gran aceptación.

¿Desde cuándo estás vinculado al deporte?

Desde niño porque he sido siempre fan del fútbol y muy forofo del Real Madrid de los 80 y 90.

¿Jugaste al fútbol?

Estuve en infantiles, cadetes de fútbol sala y en juveniles de fútbol con el Blanca. Siendo juvenil, llegué a debutar con el equipo que ascendió a Tercera División. 

¿Por qué lo dejaste?

Tuve un accidente en el año 2000. Sufrí una triple fractura abierta de fémur y transversal de húmero, por lo que llevo puestos quince tornillos y una placa en la pierna derecha, además de tener una limitación del arco de movimiento. En su día me comentaron que no iba a poder correr más.

Pues se equivocaron.

Intenté recuperarme lo más rápido posible, compatibilizando el gimnasio con la rehabilitación. Ahí fue también cuando empecé a engancharme con el gimansio, y poco a poco aprendí mucho sobre fisiología y anatomía. He estado como instructor de gimnasio titulado y trabajado profesionalmente en ese ramo durante once años. Después fue cuando me dio por correr, buscando un poco la paz mental, y descubrí el trail y las carreras de montaña. 

¿El asfalto no lo has tocado?

Asfalto he hecho muy poco porque la montaña siempre me ha dado más paz, ha sido como mi medicina. Empecé a correr hacia 2015, he parado este año por descansar un poquito y por el temas personales, como un cambio de trabajo y residencia, pero te puedo decir que he hecho la Ruta de las Fortalezas seis años, la 90K Camino de la Cruz uno, y la FalcoTrail de Cehegín, que es la carrera más dura que hay en la Región, cuatro años en su distancia maratón. El resto también las he corrido prácticamente, siempre de media maratón hacia arriba.

¿Y qué te impide esa limitación en la pierna?

Me impide la flexión por encima de los 90 grados y, básicamente, está muy buen porque he hecho mucho refuerzo muscular. Eso me permite llevar una vida prácticamente normal. 

¿Cuándo te da por escribir poesía?

Llevo escribiendo poesía desde los 15 años, a raíz del fallecimiento de mi padre. Fue la forma que encontré de sacar todos los sentimientos y todos mis pesares. Con el tiempo se ha ido transformado en algo que me ha gustado y se me ha dado bien. Hasta hace seis años no me planteé publicar un libro y fue entonces cuando empecé a recopilar un poco todo lo que tenía escrito. Gracias a un grupo de poetas que nos hemos juntado en Blanca, que somos todos del pueblo, y con su ayuda y paciencia, le he ido dando un poco de forma. 

¿De qué tratan tus poesías?

Este libro es súper variado. Las que quizás más repercusión han tenido ha sido la que me dedico a mí mismo y a mi tartamudez, y otra a la enfermedad del Alzheimer. En otras igual hago un juego de palabras y sonidos con números variado, que es lo que más le ha gustado a la gente. Evidentemente también hay románticas, de amor y desamor, pero también hay otras más empáticas y motivacionales. En definitiva, en mis poesías se refleja cómo entiendo la vida. También hay otras dedicadas a personas concretas que conozco o que me han inspirado. 

¿La tartamudez ha sido para ti una dificultad?

Cuando yo era niño había mucho desconocimiento sobre la tartamudez. De hecho, recuerdo solamente ver a una logopeda un día en mi colegio, cuando tenía ocho años. Lo he afrontado como buenamente he podido, pero leer en clase era poco menos que un trauma. Por suerte siempre he tenido tanto compañeros como profesores que lo han visto relativamente natural, con lo cual no me han hecho hincapié ni me han tratado de una forma especial.

Pero la crueldad, sobre todo en los niños, ante este tipo de problemas es inevitable.

Sí, pero solo los típicos chistes cuando eres niño. Como te decía, tuve suerte con mis compañeros y siempre me he llevado bastante bien. Además, quizás por mi talla, que siempre he sido de los más altos del grupo, se respetaba más y siempre he sido bastante echado para adelante. No me ha condicionado demasiado en ciertas cosas muy puntuales. Sobre ello suelo hablar y le doy visibilidad en las presentaciones que he realizado del libro.

¿En qué medida ha condicionado tu vida la tartamudez?

Me condicionó a la hora de buscar nuevos grupos de gente para relacionarme y salir de mi zona de confort. Por miedo, de hecho, no fui a la Universidad, por el temor ese de estar en un entorno nuevo, con gente desconocida para mí, y tener que volver a explicar por qué tienes el condicionate de la tartamudez. Pero con el tiempo lo vas viendo quizás más como una oportunidad que como un condicionante, porque en mis 23 años de vida laboral, casi siempre he estado cara al público y quizás por esta condición, me han prestado bastante más atención. Lo que en su día fue un condicionante, hoy día digamos que puedo llevarlo para usarlo a mi favor. 

¿Has encontrado dificultades para encontrar trabajo por la tartamudez?

Nunca me ha condicionado, siempre he sido muy echado para adelante, aunque sí que tuve una entrevista hace unos años en una empresa de El Palma de temas ofimáticos que me resultó curioso porque el gerente me presentó a toda la empresa, presentándome como este chico tiene esta condición. Tú piensa que la entrevista ha ido bien, pero el hombre no me llamó. Yo puedo entender que para ciertas mentes, igual es un concepto un poco grande. 

¿Y cómo se puede ayudar a una persona tartamuda?

Desde el punto de vista de que es algo normal, no necesitas hacer ninguna cosa en particular, dejar que la persona se tome su tiempo, se exprese. Aunque se piense que terminarle las frases es algo positivo, no lo es, deja que la persona se tome su tiempo y se exprese. 

Toda la gente que ha escrito un libro se ha lanzado a hacer el segundo. ¿Va a ser también tu caso?

De hecho el segundo libro está en camino, en proceso de creación. Espero que para final de este año y principio del próximo pueda estar fuera. Pero la poesía es como llover, que no llueve cada día, es cuando toca. Tampoco puedes llevar una idea porque no sabes cuándo y dónde te puede llegar la inspiración.