Fútbol

Un FC Cartagena vivo pese al planteamiento defensivo de Calero en el Pepico Amat

La plantilla albinegra responde en Elda más allá de la idea poco ofensiva del técnico

Julián Calero, en La Romareda. | ANDREEA VORNICU

Julián Calero, en La Romareda. | ANDREEA VORNICU / aLFONSO asensio

Alfonso Asensio

Alfonso Asensio

El competido encuentro del pasado viernes en Elda dejó al Fútbol Club Cartagena como estaba. Ni mejor, ni peor. Ni le alejó demasiado de la zona de descenso, ni tampoco le abandonó a merced de los resultados. El punto logrado en el Pepico Amat mantiene a salvo al cuadro albinegro, pero no le ofrece ningún tipo de garantía de cara a un tramo de la temporada que será decisivo.

Pidió Julián Calero a sus jugadores en la previa del encuentro alejarse de la «mediocridad» y, sin embargo, lo único mediocre del choque fue el planteamiento del técnico parleño. Condicionado ciertamente por la baja de última hora de Jairo -hay que esperar para ver la evolución del tinerfeño-, Julián propuso entre poco y nada con su once titular en Elda. El entrenador ‘respetó’ en exceso a un equipo que, si bien se ha hecho fuerte en su casa, llegaba desmoralizado tras perder contra el Mirandés por 3 a 1.

No aprovechó Julián las dudas del Eldense en ataque con la única referencia de Mario Soberón y un Juanto Ortuño -máximo goleador del equipo- convalenciente por molestias en el aductor. Protegió el entrenador albinegro las bandas en demasía, con Iván Calero y Diego Moreno en la derecha y Luis Muñoz con Fontán en la izquierda. En ese contexto, la proyección ofensiva por los costados fue casi nula y así lo demuestran los números: sólo 3 centros exitosos de 11.

Pese a aferrarse a esa idea, no ganó el técnico la batalla en las bandas y el Cartagena sufrió las mejores ocasiones rivales con juego exterior, pero sí sirvió el planteamiento para mantener a cero su portería cuatro jornadas después. Se quedaron en el banquillo esperando su oportunidad Arnau Ortiz y Alfredo Ortuño y, cuando salieron a veinte minutos para el final, ya era tarde. Juanjo Narváez tuvo cinco más el descuento con el mismo resultado: el bajo ritmo del partido no les permitió tener ningún impacto.

En total, el equipo del Cartagonova sólo chutó dos veces a portería en un escaso bagaje ofensivo tras casi 100 minutos de partido. También se explica el pobre partido en ataque con el conteo de saques de esquina. Un único centro de córner demuestra la insuficiente presencia del Cartagena en el área rival durante el choque del viernes.

Por otra parte, también saca conclusiones positivas el cuadro portuario después de la gran actuación de su defensa. La pareja compuesta por Gonzalo Verdú y Kiko Olivas -que se marchó sustituido con molestias- mantuvo el orden y la compostura para repeler cualquier intento rival, una circunstancia importante de cara al final de campaña en el que la fortaleza defensiva puede ser la clave de la salvación.

Se conformó el entrenador cartagenerista con el punto en Elda para sumar fuera de casa y hacerlo bueno en el Cartagonova, asignatura pendiente. Y debe hacerlo bueno en casa en uno de los encuentros que está llamado a marcar el devenir del equipo. Contra el Andorra se juega el Cartagena gran parte de la salvación en un duelo a cara de perro. La victoria no sólo significa colocarse tres puntos más cerca del objetivo, sino que también supone la derrota de un rival directo al que hundir en el descenso.