Entrevista | Antonia Fernández Nieto Técnico de Calidad de Cofrutos y ganadora de la Carrera de la Mujer

"Muchas veces me han hecho sentir rara y me han criticado porque dicen que estoy obsesionada por correr"

La ganadora de la novena Carrera de la Mujer dejó el tabaco a raíz de comenzar a practicar el running, que ha convertido en un estilo de vida, hace poco más de dos años

Antonia Fernández Nieto, en su Cehegín natal.

Antonia Fernández Nieto, en su Cehegín natal. / Enrique Soler

Dioni García

Dioni García

Antonia Fernández Nieto (Cehegín, 4 de junio de 1981) fue la ganadora de la novena edición de la Carrera de la Mujer. Hace poco más de dos años comenzó a correr, dejó el tabaco y ahora lleva una vida saludable. Fue concejala de la Mujer en su localidad natal, tiene un hijo que juega al fútbol y también triunfó el pasado año en la media maratón de la 90K de Camino de la Cruz. 

¿Cuándo comenzaste a correr?

Hace muy poco tiempo. De joven, hasta los 15 años, siempre hice algún deporte, pero luego lo dejé por los estudios, las amistades y demás. Para mantenerme en forma saludable hacía aeróbic y caminaba. También he sido fumadora durante 20 años, pero hace dos y medio que lo dejé y empecé a correr, aunque seguí fumando durante el primer año e incluso hice alguna media maratón virtual durante la pandemia, pero al final te das cuenta que no es compatible correr con fumar y yo era gran fumadora, de un paquete al día. Nadie pensaba que lo iba a dejar, pero lo conseguí.

¿Te costó mucho dejarlo?

Muchísimo. A raíz de cumplir 40 años, al hacer tanto deporte, veía que no era compatible aunque tenía unos ritmos normales. Hablé con mi médico de cabecera sobre las pastillas que estaban entonces en el mercado y que no conozco a nadie que se haya tomado las tres cajas porque provocaban vómitos y mareos. Pero correr fue una motivación para dejarlo. Las primeras tres semanas noté tanto la mejoría, corría tan rápido, como si el motor de un coche que va más rápido, que me motivó muchísimo. 

Otra motivación fue la enfermedad de tu hijo.

Más o menos. Coincidió todo con la pandemia. Por mi forma de ser, necesito desfogar. Hay gente que hace yoga y pilates, pero yo pasé mucho estrés cuando operaron a mi hijo. Empecé a andar porque mi cuerpo necesitaba ejercicio aeróbico. Me da vergüenza contarlo, pero mi corazón necesitaba eso después de la operación a corazón abierto de mi hijo. Además, era un momento de estar sola. Me pilló encima cerca de cumplir los 40 años y correr me ayudó a llevar una vida saludable.

¿El niño está bien, no?

Tiene que pasar revisiones de por vida por la cardiopatía, pero es un súper deportista. Tiene siete años y lo único es que correr no se le da tan bien, pero en el fútbol y el pádel es muy bueno. Ahora mismo no le afecta la cardiopatía pero el día de mañana lo tendrán que volver a operar porque crecerá y habrá que volver a entrar a quirófano.

¿Tu pareja también corre?

Sí, se llama Francisco Florenciano Sánchez y lleva 14 años. Otra cosa que le tengo que agradecer a correr es haberle conocido. Cuando me separé me refugié en el deporte y a raíz de ahí lo conocí. Primero fue una amistad y ya llevamos casi tres años. Gracias a él he mejorado mucho, tengo entrenador y nutricionista, y él tiene una experiencia brutal. Con un entrenador y nutricionista, que la gente se piensa que es para los profesionales, mejoras mucho. Además, yo vivo en un pueblo y cuando me dio por correr recién separada con buenos tiempos, sufrí críticas de la gente, decían que estaba obsesionada.

Hay gente que dice que no hace falta una Carrera de la Mujer, pero la realidad es que hay muchas menos mujeres en cualquier prueba.

Eso es así. Normalmente a los ritmos que corro, lo hago con hombres. El día que me di cuenta que corría con hombres, entendí que estaba rompiendo techos de cristal en mi micromundo, pero eso no te lo valoran. He tenido amigos que me han dicho que soy una máquina y otras personas, que soy una obsesionada. ¿Por qué? Cuando digo en el trabajo que me voy a entrenar me dicen qué ganas tengo y me miran rara. Si digo que me voy al bar a tomar un quinto en un bar, te animan. Intento conciliar lo máximo posible con mi hijo y hay veces que estoy corriendo a las cuatro de la tarde, cuando él va al fútbol, y entonces me dicen qué valor tengo, pero así aprovecho la tarde con mi hijo. Te tienes que justificar y me siento como un perro verde. Yo fui concejala de Mujer y conozco mucho temas de igualdad. En el partido que yo estaba tienen mucha palabrería con eso, pero no han sido capaces de ver cosas que yo he hecho. En realidad me he empoderado porque me he separado, trabajo, tengo un hijo, en definitiva, he roto techos de cristal pero la gente no lo valora. Estoy muy decepcionada con todo eso porque pensaba que en el partido donde estaba se defendía, pero todo eso es mentira. Es algo que me pesa y en la Carrera de la Mujer, a la que fui porque me hacía ilusión, sentí empatía y alegría. 

¿Y crees que es necesaria la Carrera de la Mujer?

Sí porque nosotras lo tenemos más difícil, yo misma lo he tenido. Es una manera de visibilizar, que se vea que hay más mujeres que nos lo pensamos, aunque a algunas no les guste competir, porque para eso también tienes que valer. Al principio me costaba mucho, no me apetecía, pero luego entra un gusanillo que te hace empoderarte y te apetece competir. Antes de salir escuché el mensaje de la mujer jubilada y dijo el tiempo que iba a hacer. Yo pensé que quería ser de mayor como ella, es una motivación para mí. Yo soy una obsesionada, pero los chicos que entrenan y hacen lo mismo que yo son unos machotes. 

¿Tenías como objetivo ganar la Carrera de la Mujer?

Cuando acabé llamé a mi entrenador para darle dos noticias, una buena y otra mala. La mala es que corrí a un ritmo más lento de lo que esperaba, y la buena es que había ganado la carrera, pero no me imaginaba ganarla y me siento orgullosa de ello. 

Hay gente que considera que es tirar el dinero tener entrenador y nutricionista.

Toda mi vida he hecho alguna actividad física y todo el mundo tiene un monitor en un gimnasio. Eso es normal, pero tener un entrenador para correr, parece que no lo es. Mi entrenador, Paco Boluda Fuentes, me hace saber lo que tengo que hacer cada día. Además, mi nutricionista, Armando Martínez, me ayuda a saber a qué esfuerzos estoy sometiendo mi cuerpo, qué gasolina necesito, y eso te lo da comer bien. Para mí fue un antes y un después.