Entrevista

Pierre Oriola: "Llegué a pensar que igual tenía que dedicarme a otra cosa"

Una lesión de espalda que coincidió con su salida del Barça tras cinco temporadas frustró al pívot, que llegó a plantearse la retirada. En Manresa, ha recuperado las ganas de baloncesto

Pierre Oriola, pívot del Baxi Manresa, posando para El Periódico de Cataluña en el Nou Congost.

Pierre Oriola, pívot del Baxi Manresa, posando para El Periódico de Cataluña en el Nou Congost. / MARC VILA

Jordi Grífol

Pierre Oriola (Tàrrega, 1992) no puede evitar sonreír al hablar del Baxi Manresa. Después de salir del Barça, los dolores en la espalda no le dieron continuidad en Girona. Tras un breve paso por el AEK de Atenas, pasó de luchar por Euroligas a no encontrar equipo, y se llegó a plantear la retirada. Pero volvió a Manresa, el lugar donde debutó, y ha vuelto a ser feliz en una pista. Este viernes, una vez superados los problemas en el isquiotibial de la pierna derecha, disputará la Copa del Rey frente al equipo que capitaneó, el Barcelona (18.00 h., Movistar+).

¿Cómo afronta el Manresa esta Copa del Rey?

Con la máxima ambición e ilusión posible. La Copa para nosotros es un premio, pero queremos competir y hacer el mejor partido posible contra un gran rival que evidentemente es el favorito. Queremos decir la nuestra y por qué no, ganar.

Es la segunda Copa del Rey en tres años para el Manresa.

Tiene mucho mérito. Somos uno de los presupuestos más bajos de la liga y estamos luchando contra presupuestos que nos duplican, triplican o incluso son diez veces más altos. Se está haciendo un muy buen trabajo desde hace muchos años a todos los niveles. Que siga así, pero sin perder la realidad de las cosas. Nuestro objetivo sigue siendo continuar año tras año en la ACB. Pero cuando llegan estos premios hay que lucharlos.

¿Hay algo que le llamara la atención del equipo cuando fichó?

La manera cómo se juega. El baloncesto ha evolucionado mucho en los últimos años y cada vez se ven equipos con mucho más ritmo. Nosotros jugamos a un ritmo muy alto, somos un equipo que juega muchas posesiones durante el partido. Este ritmo alto, constante y con la versatilidad de que todos los jugadores pueden hacer un poco de todo me llamó mucho la atención. Es un juego muy alegre y bonito de ver.

¿Qué tiene Manresa para suplir esa diferencia de presupuesto y estar ahí?

Gente que trabaja año tras año para que esto sea posible. Desde la gente de oficinas que hace un trabajo espectacular para encontrar patrocinadores y dinero de donde sea, un director deportivo entregado y que encuentra jugadores que se dan a conocer aquí, un staff técnico encabezado por Pedro Martínez que es duro y exigente y la masa social, que vaya bien o vaya mal está ahí. [Señala las camisetas y las banderolas colgadas en el Nou Congost] Campeones de liga, Copa del Rey... El Manresa es un equipo histórico y año tras año la masa social y toda la gente que conforma la entidad lo hace posible.

Pierre Oriola, pívot del Manresa, durante la entrevista con El Periódico de Cataluña en el Nou Congost.

Pierre Oriola, pívot del Manresa, durante la entrevista con El Periódico de Cataluña en el Nou Congost. / MARC VILA

Pedro Martínez…

Es el capitán de este barco. Es un lujo tenerlo de entrenador, tiene una experiencia espectacular. Es un entrenador exigente, pero que devuelve esa exigencia que espera de ti con minutos y confianza en la pista. Sus equipos siempre tienen algo especial, mejoran y dan un paso hacia delante. Esto hace posible que jugadores no tan conocidos den un paso adelante y acaben siendo importantes.

¿Qué hay que hacer para ganar al Barça?

Salir mejor que el domingo. La Copa es un escenario totalmente distinto, tienes tu afición, pero hay muchas otras también. Tenemos que salir fuertes desde el primer minuto. Si ganas sigues y si pierdes te vas para casa. Para ganar a equipos que son superiores que tú hay que hacer las cosas de manera excelente y tener pocos errores.

Salió del Barça con una lesión de espalda y esta pretemporada le costó encontrar equipo. No debió ser fácil.

Ya fue un momento duro la salida de Girona porque tanto ellos como yo habíamos depositado muchas esperanzas en el proyecto, pero las lesiones son parte del deporte. Durante muchos años no había tenido ninguna lesión y cuando vives esta realidad te das cuenta de muchas cosas. Pude ir a jugar a Grecia, donde me aislé un poco de todo y volví en verano para prepararme. Tenía proyectos encima de la mesa, pero quise esperar porque priorizaba estar cerca de casa. Seré padre y quiero que mi hijo nazca aquí, cerca de la familia. Guillem Jou se lesionó y tuve la oportunidad de venir a Manresa.

¿Le pasó por la cabeza la retirada?

Sí. Me pasó por la cabeza que igual había llegado el momento de decir hasta aquí. He disfrutado mucho del baloncesto durante muchos años y llegué a pensar que igual había que dar un paso al lado y dedicarme a otra cosa. Pero una parte de mí decía que después de todo el esfuerzo que he tenido que hacer para conseguir lo que he conseguido no me merecía un final así. Ahora, mi objetivo es ir año a año. Estoy disfrutando muchísimo otra vez en Manresa, he encontrado un grupo humano espectacular que desde el primer momento me ha sabido entender y acoger, estoy muy feliz.

Ha tenido que cambiar sus expectativas tras haber ganado un mundial y haber luchado por Euroligas.

Soy consciente que no he vuelto a ser el mismo después de la lesión. He sido un jugador con un nivel físico, de trabajo y de ritmo muy alto que me permitía suplir muchas carencias que he tenido a nivel técnico. No quiere decir que no tenga eso ahora mismo, pero después de la lesión hay un antes y un después, mi nivel ha bajado y mis expectativas también. He tenido que encajar este duro golpe y me he tenido que adaptar a esta nueva situación y a un nuevo escenario como Manresa, que también es muy exigente.

Ha trabajado con un coach deportivo.

Sí, con Adrià Carmona. Me ha enseñado a intentar disfrutar del camino. Durante muchos años he disfrutado pero también he sufrido mucho. Soy muy autoexigente conmigo mismo y no he sabido disfrutar de las cosas que me pasaban, nunca era suficiente para mí. Esto me creó unas falsas expectativas de que tenía que hacer muchas cosas, y al final tenía que hacer mi trabajo y ya está. Mentalmente, esto carga y te hace daño.

¿Hubiera cambiado alguna decisión de estos últimos años?

No. He tomado las decisiones que en su momento creía que eran las correctas. Tampoco podía saber qué pasaría. Solo mi familia sabe el esfuerzo que he hecho para recuperarme de la lesión, no solo a nivel físico sino también mental. Pero ha valido la pena para estar donde estoy ahora, disfrutando de nuevo del baloncesto con el Manresa y, ahora, en la Copa del Rey.