LA CRÓNICA

El Real Murcia no se lo pone fácil a Alfaro

Pese a la mejoría defensiva, vuelven a decepcionar en ataque

Ángela Moreno

Ángela Moreno

No sabemos cuántos partidos había visto Pablo Alfaro del Real Murcia antes de dar el sí el pasado miércoles a Felipe Moreno. No sabemos cuánto conocía del estado de la plantilla al margen de sonarle algunos nombres. Pero si no tenía mucha idea del transcurrir de los granas en esta temporada en Primera RFEF ni de su momento físico, este domingo ya pudo hacerse una idea, una idea más que clara y una idea que más que tranquilizar le debe poner algo nervioso.

Porque el Real Murcia, ya sin Munúa en el banquillo, siguió siendo en un porcentaje muy alto el Real Murcia de Munúa. Vale que solo han pasado cuatro entrenamientos sin el uruguayo, vale que Alfaro apenas ha tenido tres contactos con sus nuevos futbolistas, todo vale, pero lo realmente cierto es que si alguien pensaba que la desidia que se veía en el campo era una estrategia para hacer la cama al anterior entrenador, frente al Real Madrid Castilla pudieron confirmar que no es que algunos futbolistas no quisieran correr con Munúa, es que realmente no pueden ni tirar de las botas.

Porque el Real Murcia, que volvió a tirar una primera parte a la basura, no fue capaz ni de apretar en la última media hora a un filial madridista que jugaba con diez por la expulsión de Asencio en el minuto 60. Un Real Murcia que juega a cámara lenta cuando toca avanzar metros, un Real Murcia que ayer peleó más, que tuvo más orden y que ganó solidez defensiva, pero un Real Murcia que de nuevo decepcionó y mucho cuando tocaba mirar a la portería contraria.

Acertó Pablo Alfaro apostando de inicio por un trivote. Lo que Munúa nunca vio, pese a que todo el mundo se lo pedía, el maño lo hizo a las primeras de cambio. Tomás Pina, que parece tener jugar todos los minutos por contrato, aparecía junto a Imanol e Isi Gómez. Con tres jugadores, el Real Murcia mejoró defensivamente ante un Real Madrid Castilla que tuvo dificultades para llegar al área de Manu García. Eso sí, en el minuto 12 ya habían obligado a estirarse al meta local en un disparo de Mario Martín.

Mucho menos se vio en el otro área. Y es que el Real Murcia no tiene ningún concepto aprendido a la hora de atacar. Se volvieron a ver algunos balones largos, que pocas veces dejaron en ventaja a Rodri Ríos, y algún que otro centro sin peligro. La única ocasión del primer tiempo fue un disparo lejano de Álex Rubio, que tuvo un sitio en el primer once de Alfaro al igual que Guarrotxena, al que el nuevo míster encajó en la derecha.

Decepcionó y mucho el Real Murcia en la primera parte, porque aparte de dar un poco de batalla y de mantenerse ordenados, no hubo más. No hay nadie en el centro del campo capaz de liderar al equipo, no hay nadie que haga de lanzacera, no hay apenas recursos para llegar al área.

Si alguien esperaba que en el segundo tiempo el Real Murcia apretara para dar una alegría a los dieciocho mil espectadores que había en la grada, para conseguir una victoria que confirmara que estamos en una nueva etapa, se equivocó de lleno. El Real Murcia volvió a ser un equipo muy plano, un equipo que no mete miedo a nadie.

Fue el Real Madrid Castilla el que de nuevo puso las ocasiones de gol. Como siempre, la pájara de vuelta de vestuarios pudo costar muy cara. A las primeras de cambio tuvo que volver a aparecer Manu García para salvar a los suyos. Esta vez frenó con las piernas un cabezazo de Asencio, que estaba completamente solo para rematar un córner.

Media hora con uno más

Pero que los problemas del Real Murcia van más allá de Munúa se vio en la última media hora, última media hora en la que el Real Murcia jugó con uno más por la expulsión de Asencio. Vio roja directa el madridista por frenar una contra de Guarrotxena cuando el delantero grana ya iba lanzado al área de Cañizares.

Esa acción, que condenó a los de Raúl González, podría haber sido el punto de inflexión de los locales. Sin embargo, fue al contrario. Ni con uno más se vio a un Real Murcia ambicioso, a un Real Murcia que buscase la victoria, a un Real Murcia dispuesto a ganarse el perdón de una afición que lo sigue viendo todo muy negro, y es que nadie le da motivos para lo contrario.

Coincidía la expulsión con los primeros cambios de Alfaro. Apostó el técnico grana por dar entrada a Montoro y a Dani Vega. Pero la presencia del primero solo sirvió para ralentizar más un centro del campo ya de por sí con el freno echado. Confirmándose además que jugar con Pina y Montoro juntos es casi un suicidio.

Un césped lamentable

No ganó nada el Real Murcia con los cambios. Perdió incluso. Porque el Real Madrid Castilla, con uno menos, seguía siendo el único protagonista sobre un césped lamentable, un césped, por llamarlo de alguna manera, que fue de lo más positivo para los granas, porque dificultaba una y otra vez a los jugadores madridistas.

Pero ni el césped les frenó en el 82, cuando Palacios sirvió a un Víctor Muñoz que hizo que muchos aficionados granas se tapasen la cara para no ver el disparo del madridista. Por unos centímetros no encontró la portería.

Para ver la única clara ocasión del Real Murcia hubo que esperar hasta el 87, en un disparo a la media vuelta de Carrillo que fue enviado a córner por Cañizares.

Intentó aprovechar el Real Murcia el tiempo extra para sacar la victoria, pero cuando lo intentó volvió a verse que el Real Murcia no está para muchos trotes, un Real Murcia al que le pesan demasiado las piernas y un Real Murcia en el que algunos futbolistas se empeñan en señalarse, como ocurre con un Rojas que cada minuto que suma en el campo, cada minuto que se gana estar más en el banquillo.

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Pablo Alfaro no terminó de estar contento con su debut en el banquillo del Real Murcia, según afirmó en rueda de prensa, lamentando que no llegara la victoria, aunque sí destacó la actitud de la plantilla y el apoyo de los aficionados. «No estoy satisfecho por no haber conseguido sumar los 3 puntos, pero en cuanto a la actitud de la plantilla y al feedback con la afición, sí me voy satisfecho», comentó el nuevo entrenador del Real Murcia.

«Ha sido un partido por momentos muy igualado, el equipo sin balón, ha sido muy intenso, que sale a presionar e incomodar al rival y pasar rápidamente al bloque medio», dijo Pablo Alfaro en la sala de prensa de Nueva Condomina.

«La idea de jugar con 3 hombres en el centro del campo no era buscar más contención, sino igualar al rival, que atacaban con varios jugadores por dentro, y la idea era dejar a Imanol más retrasado, y que Pina e Isi tuvieran más libertad», añadió Alfaro comentando este nuevo sistema de 3 jugadores en el centro del campo y no de solo 2, como se venía acostumbrado con la dirección de Gustavo Munúa.

Toca una semana en la que Pablo Alfaro pueda asentarse más en la ciudad y con la plantilla, para seguir introduciendo su estilo y mejorar de cara a los próximos encuentros y en especial al de la semana que viene frente al Intercity. «Esta semana trabajaremos esos aspectos del juego en los que queremos mejorar, como las transiciones, el juego entre líneas, en definitiva, ser más versátiles», concluyó el nuevo entrenador del Real Murcia.