El Grand Slam de Nueva York

Abierto de tenis de EEUU: La hora de Coco Gauff

Gauff, imparable, arrolla a Ostapenko 6-0 y 6-2 y y se convierte en la semifinalista estadounidense en Nueva York más joven desde Serena

Coco Gauff celebra su victoria ante Ostapenko.

Coco Gauff celebra su victoria ante Ostapenko. / JAVIER ROJAS / DPA

Idoya Noain

El nombre propio basta para identificar a las reinas y Coco Gauff, simplemente Coco, es ya una, aunque a los 19 años aún no tenga el diamante de un grande que incrustar en su corona. En un momento en que el tenis estadounidense ansía encontrar una potencial heredera para Serena (Williams), la reina con mayúsculas, retirada el año pasado, nadie como la adolescente de Delray Beach reúne tanto carisma, magnetismo y atractivo para soñar con el relevo. Y aunque ha habido en los últimos años otros nombres y candidatas, incluso campeonas de grand slam como Sloane Stephens y Sofia Kenin, nadie permite acariciar el sueño como está haciendo Gauff en esta edición del Abierto de Estados Unidos.

Este martes, en otra actuación impecable, Gauff ha tardado escasos 68 minutos en deshacerse con un contundente 6-0 y 6-2 de Jelena Ostapenko, la letona que ganó Roland Garros hace seis años y que dos días antes había vuelto a destrozar a Iga Swiatek, dejando a la polaca sin posibilidad de renovar título en Nueva York y haciendo que se vea desbancada del número 1 por Aryna Sabalenka.

Con ese triunfo, Gauff entra por primera vez en sus cinco apariciones en Nueva York en unas semifinales, donde se medirá este jueves a la rumana Sorana Cirstea o la checa Karolina Muchova, finalista este año en Roland Garros. Y lo hace como la tenista estadounidense más precoz en esa ronda desde, precisamente, Serena, allá por 2001.

Reivención

La estrella de Gauff, hija de deportistas, se ha intuido incluso desde antes de que apareciera hace cinco años en el circuito profesional. Identificó su brillo potencial Patrick Moratoglou, uno de los entrenadores que ayudó a dar forma a Serena, en cuya academia entró a los 10 años, cuatro antes de convertise en campeona junior del mundo. Tuvo los primeros grandes destellos ya en 2019, cuando ganó a Venus Williams en Wimbledon, y ha vivido sus momentos más brillantes en Roland Garros, donde alcanzó cuartos en 2021 y este año, tras llegar a la final en la edición anterior.

Pero la eclosión definitiva puede llegar este verano. La temprana salida de Wimbledon en primera ronda sirvió para iniciar un proceso de reinvención. Al equipo de entrenadores que iniciaron sus padres y donde el catalán Pere Riba ha contribuido a reforzar sus armas, desde la fortaleza de su servicio hasta su impecable cobertura de la pista, se sumó Brad Gilbert., una figura histórica y veterana que, como se recuerda estos días, empezó a asesorar a André Agassi y Andy Roddick justo unos meses antes de que ganaran sus títulos en Flushing Meadows en 1994 y 2003.

Algo definitivamente ha hecho click. En la temporada norteamericana previa al último grande Gauff sumó títulos en Washington y Cincinnati, elevando ya a cinco su palmarés, más que ninguna adolescente desde Caroline Wozniacki en 2008 y 2009. Ha ganado 16 de sus últimos 17 partidos. Y su buen momento se exhibe sobre las pistas de Arthur Ashe, donde se le reservan todos los encuentros, convertidos hasta ahora en el mayor imán de celebridades, de los Obama a Justin Bieber o Spike Lee.

El fenómeno Coco

A la impaciencia que podía percibirse en el pasado le está sustituyendo la calma. Los fallos de su derecha o de su poderoso servicio en momentos clave, que en el pasado se contaron entre sus peores enemigos, se han hecho mucho más infrecuentes, una resistencia a la presión en la que asegura haber sacado lecciones de Carlos Alcaraz.

En el fenómeno Coco, no obstante, hay muchos elementos que van más allá de lo que sucede en la pista. Su imagen está meticulosamente cuidada por los agentes de Team8, la agencia boutique que creo Roger Federer. Pero es también divertida y natural. Y desde que entró en el radar mediático tampoco ha huido de entrar en cuestiones de justicia social o racial.

Si es cierto que, como ha escrito alguien, “el tenis no se nutre de campeones, se nutre de estrellas”, no hay hoy ninguna estadounidense como la número 6 del mundo.