Deporte | Clara González Palista del equipo nacional de aguas bravas

"Todos los inviernos, por el frío que pasamos, me planteo qué hago en aguas bravas y no me paso al parchís"

La joven murciana Clara González, formada en el Club de Piragüismo Calasparra, es una de las mejores palistas del país pese a haberse criado en una Región sin ríos para entrenar

La piragüista Clara González.

La piragüista Clara González. / Juan Carlos Caval

Dioni García

Dioni García

Clara González Lorente (Murcia, 29 de noviembre de 2002) es una chica del barrio Infante que está haciendo historia, pues que es la única palista de aguas bravas que no se ha criado en Cataluña o el País Vasco. Formada en Calasparra, acaba de renovar su condición de deportista del equipo nacional que tiene su sede de entrenamientos permanente en La Seu.

¿Desde cuándo haces deporte?

Nunca he vivido sin deporte. Desde que nací mis padres me apuntaron a natación, gimnasia rítmica, kárate, escalada, equitación y patinaje. Mi familia es muy deportiva.

¿Y el piragüismo?

Empecé en el piragüismo con nueve años en Calasparra, porque nos compramos allí una casa de campo. Mis padres descubrieron que hacían cursos de verano y decidí apuntarme porque todo lo que sea estar en el agua y hacer el mono me encanta. En invierno seguí con el piragüismo y a partir de ahí entré en el equipo de competición. Empecé a destacar a nivel nacional porque no tenía miedo, siempre he sido muy lanzada, y aunque no tengo los mismos recursos que catalanas y vacas, de hecho ahora mismo soy la única murciana del equipo nacional, aprendí rápido y progresé. Con 14 años empecé a tener resultados destacados, me metieron en el equipo nacional y desde 2017 estoy compitiendo a nivel internacional.

¿Qué hay que tener para ser un buen palista de aguas bravas?

Sobre todo ser valiente. Si lo practicas a mi nivel tienes que resistir el invierno, que es muy duro, ya que es el clásico deporte de verano, pero mis padres se quedaron alucinados cuando vieron que seguía en invierno. Ahora llevo cuatro años en La Seu, donde estamos a bajo cero por las mañanas. Tenemos que romper el hielo con la pala para meternos en el río. Es muy duro el invierno, tienes que tener mucha fuerza de voluntad y capacidad de sufrimiento, pero es un sacrificio que me gusta porque me encanta este deporte, aunque no es menos cierto que cada día de invierno me replanteo qué hago yo ahí y no me paso al parchís. Las manos no las puedes sacar de los bolsillos, pero me tengo que quitar la ropa y meterme en el agua.

¿Y te compensa?

Yo digo que soy una nutria porque me encanta el agua. Desde pequeña siempre he estado bañándome en el río. Sólo estar en contacto con el agua y la naturaleza y hacer deporte es la bomba para mí. Seguí en Calasparra porque tenía un grupo muy bueno, nos los pasábamos súper bien y hacíamos muchas actividades. Y lo que me mantiene viva es el hecho de poder viajar y estar en el agua, fluir con ella, porque en aguas bravas aprendes a no luchar contra el agua, sino a utilizarla y a moverte con ella. Es muy bueno y tiene muchas enseñanzas para toda la vida.

Tengo entendido que sus entrenamientos son maratonianos.

Así es. Entreno todos los días, descansamos los domingos, hacemos seis días a la semana mañana y tarde. Suelo hacer dos o tres entrenamientos al día, uno en el agua movida porque entrenamos en el canal y también hacemos otro en agua parada para mejorar la técnica y la fuerza. Y también vamos al gimnasio. El tiempo que me queda libre lo dedico a estudiar Psicología a través de la Universidad Internacional de La Rioja.

¿Cómo llevas los estudios?

Estoy en mi tercer año de carrera, pero no voy cogiendo el curso completo. Cuando tenga 23 años calculo que tendré acabada la carrera. Me la podía sacar más deprisa, pero quiero aprenderlo bien porque es una pasión que tengo. También me quiero dedicar a la Psicología en el futuro y voy con calma, decidiendo bien las asignaturas.

¿Cómo subsistes?

Vivo en La Seu y estoy becada por la Española. Allí tengo alojamiento, entrenamientos y todo pagado. Pero cada año me tengo que ganar la plaza y acabo de renovarla. Sólo cogen a los tres mejores y tienes que estar ahí para ganarte el puesto.

¿Recuerdas tu primera competición?

Fue en Cataluña cuando tenía 11 años. Fue una Copa de España infantil o alevín y competía contra las vascas. Comentaban que una murciana les había ganado y pese a en Murcia no tenemos ríos para aguas bravas .En Calasparra está el único club de España que hace esta modalidad fuera de Cataluña y País Vasco.

¿Entrenas con Maialen Chourraut?

Ella vivía en La Seu pero se ha mudado al País Vasco. Entrenábamos en el mismo canal, pero no en el mismo equipo. Su marido, que también es su entrenador, me entrenaba a mí. Soy compañera de su hijo. Estas cosas te dan la oportunidad en un deporte muy poco conocido de codearte con el Messi del piragüismo porque en el canal de La Seu entrenan los mejores del mundo.

¿Los Juegos de París te quedan muy pronto, no?

Sí, me quedan pronto porque yo compito en canoa mujer, una categoría que por primera vez fue olímpica en Tokio. Antes no se permitía porque se pensaba que era perjudicial para las mujeres. Es relativamente nueva, está despuntando y tenemos muchísimo nivel en España, pero a los Juegos sólo puede ir una. Yo tengo aún competidoras con experiencia en Copas del Mundo y soy la cuarta en el equipo sénior, por lo que aún me queda.

¿Cómo te está yendo esta temporada?

Estoy contenta y empiezo ahora la temporada internacional. Me lo jugué todo en el clasificatorio y ahora que por fin puedo decir que estoy dentro del equipo, puedo ponerme objetivos como el Mundial júnior y sub-23. Como me he quedado quinta sénior, iré con el equipo B a alguna Copa del Mundo, pero mis objetivos son el Mundial y el Europeo sub-23.

¿No renuncias a muchas cosas por el deporte?

Yo no voy a una Universidad presencial y me gustaría tener esa experiencia. Estudio sola con el ordenador y se echa en falta. Cuando me mudé a La Seu con 16 años tuve que dejar mi familia y mis amigas, noté el cambio de vida, pero ya estoy más adaptada. Tienes que hacer sacrificios, como no poder salir de fiesta ni hacer planes de verano de ir a festivales porque no es el estilo de vida que llevo, pero merece la pena.

¿Lo echas en falta?

No, para nada. Hay gente que lo echa más en falta, pero yo no salgo demasiado de fiesta, pero esa en concreto no es la parte que más sacrificio me suponer hacer por el deporte.

¿Qué objetivos a más largo plazo tienes?

Mi objetivo es 2028, aunque me gusta mirar más a corto plazo porque en este deporte se progresa mucho de un año a otro. No me imaginaba hace dos años que iba a estar en el equipo senior y casi que conseguí la plaza. De un año para otro no sabes lo que puedes mejorar. Soy joven, me queda mucho.

¿Cuándo se adquiere en tu deporte la madurez?

Este deporte, al ser tan técnico, no es como la gimnasia rítmica u otros. Por ejemplo, la campeona olímpica sigue compitiendo con 40 años y hay mucha gente mayor que ha sido padre o madre y sigue en los más alto. La experiencia hace mucho y el físico se nota, pero al final esto es muy mental porque a la hora de competir hay muchos factores y un pequeño fallo te puede llevar abajo. Es importante viajar y conocer y ríos y canales internacionales porque cada uno cambia muchísimo, y si no has entrenado en el sitio donde te toca, no vas a tener ventaja.

¿Y cómo te llaman en La Seu, la murciana?

A mí me han llamado de todas las maneras. Ahora me conocen por Clachu, porque mi club es de Calasparra.

Pero no tienes acento murciano.

A veces se me escapan algunas palabras que sí les llama la atención a mis compañeros de entrenamientos, pero nunca he tenido acento. Mi padre es de Alicante y también habla muy bien. Viajar mucho y estar en contacto con otra gente me ha hecho no tener acento de aquí.

¿Tus hermanos también compiten?

Sí, tengo dos hermanos más pequeños, uno de 18 y una de 16. Mi hermano también compitió en los clasificatorios y fue finalista en uno de los dos días.