Ciclismo

La Vuelta: el ciclismo femenino entra en la épica en unos Lagos memorables

Van Vleuten fana su segunda Vuelta a España por tan solo 9 segundos de ventaja sobre una Vollering descomunal

Annemiek van Vleuten se recupera en el suelo tras el esfuerzo para salvar la victoria final.

Annemiek van Vleuten se recupera en el suelo tras el esfuerzo para salvar la victoria final. / LA VUELTA

Sergi López-Egea

El ciclismo femenino entró este domingo definitivamente en el mundo de la épica gracias a una ascensión a los Lagos de Covadonga que reunió todos los alicientes que pueda tener una gran etapa de montaña: mujeres que sufrían lo indescriptible para ganar la primera Vuelta para corredoras, caso de Annemiek van Vleuten (ver los datos de Strava en su gesta del sábado), y ciclistas como Demi Vollering, que ponían contra las cuerdas al jersey rojo para vencer en una de las mejores etapas en rondas femeninas que se recuerdan.

La televisión no podía mostrar mejores imágenes desde unos Lagos envueltos en la niebla asturiana. A Vollering se la veía llorando, entre rabia y desolación, porque el triunfo en la meta no le sirvió para ganar la Vuelta, que perdió por solo 9 míseros segundos, que se convirtieron en un pequeño puñado de tiempo lacrado en oro para Van Vleuten, que se arrojaba al suelo, cuan larga era, para recuperarse de un esfuerzo titánico, sufrir hasta el límite, decirse a sí misma que la gesta era posible mientras la iban animando desde el coche del Movistar.

Las corredoras iban llegando una a una, como lo habían hecho los hombres, tatuados como héroes, desde que se creó el ciclismo y cuando nadie creía que un día las mujeres, con justicia y por méritos propios, serían capaces de emularlos, en los mismos territorios y en la montaña más ciclista que tiene la Vuelta, esos Lagos que se ascendieron por primera vez hace 40 años cuando se le decía a Marino Lejarreta que actuase “como un hombre” para derrotar a Bernard Hinault en una ascensión que ha quedado guardada en las mejores páginas del ciclismo del siglo XX.

Pues para ganar, para resistir, para sufrir, para ser una heroína en Covadonga, ya se podía actuar “como una mujer” cargada de fortaleza, maravillando con una ascensión memorable, para que Van Vleuten cediera ante su compatriota, seguramente no amiga, Vollering a falta de 5,4 kilómetros para la cumbre. Y a partir de ahí sudar tinta china, pese al frío y la niebla, para no caer abofeteada por una Vollering que parecía desbocada hacia la victoria y no solo en la cima, sino en la primera Vuelta a España hecha a imagen y semejanza de las mejores mujeres ciclistas en una subida a los Lagos para recordar. Y, encima, con la pasión que siempre pone el público asturiano que convierte a sus montañas en el Maracaná del ciclismo al margen del sexo que pedalee sobre una bici. Chapeau.