Entrevista | Beatriz Pérez Ceniza Nutricionista y corredora

"Si en una carrera me tengo que parar a ayudar a alguien, lo hago porque yo sólo compito contra mí"

La nutricionista cartagenera Beatriz Pérez Ceniza ha ganado los dos últimos años de la ultra de El Valle Trail pese a que asegura que no tiene gen competitivo y que sólo sale a disfrutar en las carreras

Beatriz Pérez, nutricionista y atleta.

Beatriz Pérez, nutricionista y atleta. / Iván Urquízar

Dioni García

Dioni García

Beatriz Pérez Ceniza (Cartagena, 3 de octubre de 1992) es una nutricionista que se enganchó a hacer ultras justo antes de la pandemia. Ha ganado los dos últimos años la prueba de 50 kilómetros de El Valle Trail. Por su consulta pasan diariamente muchos aficionados al deporte que confían ciegamente en sus métodos, que son todos personalizados. «Lo que sirve para una persona no tiene por qué valer para otra», dice.

¿Cómo te vinculaste al deporte?

Estudié la carrera y luego un Master de nutrigenómica y otro de nutrición deportiva para llevar deportistas y empecé con el triatlón, pero lo dejé un poco a raíz de un accidente que sufrí. Sin embargo, seguía corriendo pese a que no sabía lo que era una media maratón ni una maratón.

¿Te gustaba competir?

No, terminaba las clases de la Universidad y me hacía 20 kilómetros sin pensarlo. Salía con ropa normal, con botellas en la mano, a mi aire. Además, el triatlón no me terminaba de enganchar, pero sabía que me gustaba el deporte, pero no sabía cómo encauzarlo. Me encantaba la montaña, pero no había competido en la vida. Empecé poco a poco justo antes de la pandemia, por lo que sólo me dio tiempo a hacer tres carreras.

¿Dónde debutaste?

En Sierra Nevada y me quedé tercera senior. Después hice el Calar del Río Mundo…

Pero la ultradistancia es habitual que la practiquen personas de más edad.

Así es, porque tienen mucha velocidad y se pasan a los maratones y los ultras, pero mi problema es que yo no tengo tanta velocidad, por eso voy a mi ritmo.

Vas a tu ritmo pero ganas carreras.

Sí, porque al final los voy cogiendo porque me dosifico y, lo más importante, aplico la nutrición para que no me den calambres ni tenga molestias. También es cierto que en algunas ocasiones te encuentras mejor o peor. Por ejemplo, el año pasado, en la ultra de Sanabria, tuve un problema que me afectó muchísimo. Seguí haciendo ultras, pero no me encontraba bien porque encima lo enganché con la gripe A. Estuve tres meses en los que me recuperaba y volvía a recaer.

¿Pillaste el coronavirus?

Lo cogí el año pasado antes de la ultra de Yecla y también estuve un poco fastidiada, pero me afectó más la gripe porque me dejó secuelas. Hacía una carrera y no me encontraba con sensaciones y hace un mes que volví a entrenar bien y ya estoy encauzada.

¿Qué es lo más importante en nutrición deportiva?

No es tener un Master o una carrera, es saber ponerlo en práctica. Es importante que el profesional entienda las sensaciones, el agotamiento, ese muro que aparece en las carreras. Y sobre todo lo que vale para una persona no quiere decir que sirva para todas. Por ejemplo, a mí hay unos tipos de geles que me van bien y otros fatal.

Es decir, que no hay una pauta estándar.

Claro porque también influyen factores económicos, sociales, la familia, el trabajo… No es lo mismo una persona que trabaja de nueve de la mañana a siete de la tarde que otra que viene descansada. Yo lo que hago es personalizar los tratamientos. Eso me lo encuentro mucho en la gente que prepara la Ruta de las Fortalezas, porque no es lo mismo que lo haga una persona mayor de 60 años que un chico de 30. Hay que entrenar la suplementación en carrera o en entrenamientos, hay que practicarlo para conseguir que tu músculo sea capaz de utilizar esos nitratos de carbono.

¿Y en cada carrera que haces tienes el objetivo de ganar?

Para nada. En El Valle Trail salió todo el mundo como toros y a mí se me olvidó activar el reloj y me tuve que parar cuatro veces para atarme las cordoneras. Pensaba que todo el mundo me había adelantado y resultó que iba a la primera. Mi objetivo era sumar kilómetros para llegar bien al Campeonato de España con la selección murciana. Pero en ningún momento quise apretar.

¿Seguro que no tienes gen competitivo?

Sinceramente no lo tengo. Si me tengo que parar a ayudar alguien, lo hago, porque siempre estoy pensando en competir contra mí, me da igual el resto. Nadie sabe lo que yo llevo detrás porque muchas veces voy pensando en el trabajo y la noche anterior no me he podido acostar hasta las dos de la mañana delante del ordenador. No me puedo comparar con una veterana, que para mí son las más fuertes porque tienen una estructura muscular, controlan mejor el dolor y una experiencia que yo no tengo. Yo estoy en pañales con respecto a ellos. Lo que más me gusta de competir es que disfruto, porque voy hablando con la gente y al llegar a meta me encuentro.

Por eso me llamó mucho la atención que con tu edad hagas ultras.

A la gente le choca y cuando me ven en las carreras y me quieren coger para que les lleve la nutrición, siempre les llama la atención lo joven que soy. Aun así, considero que me falta mucho por aprender y en cada carrera lo hago.

Por lo que veo llevas sólo tres años corriendo.

Sí, tal cual. Me apunté a mi primera ultra sin ser consciente de que hacía todos los días 20 o 25 kilómetros porque no llevaba pulsómetro ni nada. No sabía que hacía 70 kilómetros a la semana, pero estaba preparada y no lo sabía.

¿Hoy en día la gente cuida más la nutrición?

Ahora empieza la gente a darse cuenta y ser un poco consciente de lo que tiene que comer, pero sigue habiendo muchos bombardeos en las redes sociales.

¿De dónde sacas tiempo para entrenar?

Entre semana las mañanas me las dejo para mí. Me levanto bien temprano y a veces hago entrenamientos de dos o tres horas, pero los fines de semana son más largos.

Podrás hacerlo porque no tienes familia dependiente.

Claro, por fortuna no tengo que cuidar a nadie, sólo a mí misma y a mis dos gatos. Hice mis estudios en su día y ahora puedo entrenar, porque cuando era estudiante no podía, salía para desconectar.

¿Cuál es la kilometrada más larga que te metes?

Yo sola a veces me he hecho 35 kilómetros. Me gusta ponerme mis cascos y algunas veces voy mirando el paisaje.

¿El asfalto no?

Lo odio. Mi entrenador me ha puesto ahora series en la pista de atletismo y no voy, las hago en Tentegorra porque no me gusta nada, prefiero la montaña. Además, no entiendo que vaya más lenta en una pista que en una montaña, que es un constante sube y baja.

Será la motivación.

Claro, porque en la montaña me encuentro liberada, me ayuda mucho a desconectar y poner la cabeza en orden. Mi trabajo no es sólo dar la dieta, también tengo que conectar con la persona y muchas veces entrenando pienso en qué puede irle bien al resto.

¿Llevas muchos deportistas?

Yo no los llamo pacientes, me gusta llamarles deportistas o personas. Ahora, por descanso y paz mental mía, sólo quiero llevar entre veinticinco y treinta a la semana porque es un trabajo donde tengo que estar encima de cada uno. Lo personalizo todo y voy a los supermercados y experimento. Tengo más de siete mil recetas mías propias. Todo lo pruebo yo, aunque no significa que lo que me va bien a mí le valga a otra persona, pero sí que tengo unas pautas. Es más, con la primera consulta me tiro dos horas porque es fundamental que aprendan a comer y cambien los hábitos.

¿Enseñas a comer?

Efectivamente. Mucha gente me llega diciéndome que le pase una dieta, pero para eso está internet y no hace falta que paguen. Yo tengo una metodología y no me vale que nos veamos dentro de tres semanas. Yo sé quién falla y quién no, lo noto enseguida, sólo con verles la cara. Se nota cuándo una persona come fruta o verdura por la piel, la energía y la movilidad.

Cecilia Sopeña decía que había mejorado mucho por entrenar sin desayunar. ¿Ese patrón vale para todo el mundo?

No es aplicable a todo el mundo. Y también hay un error, que la gente confunde el ayuno, porque si por la noche te has tomado una pizza, no sirve de nada. Un ayuno se hace entre tres y cinco días. Yo lo he llegado a hacer para experimentarlo y es duro. Ya no quería hacer ni siquiera una sentadilla. Hay mucha gente a la que no le mando ayuno nunca porque muchos lo hacen para mitigar problemas emocionales o compensar excesos, pero eso tampoco es. Hay que escuchar a tu cuerpo. Las cinco comidas, es un error, pero también es cierto que mucha gente no sabe escuchar a su cuerpo y lo hace mal. Al final son modas. Ahora, como viene el verano, está la operación que yo llamo ‘vikingo’, que es un fracaso porque quien quiera perder peso en una o dos semanas, no lo hace, lo que pierde es músculo y glucógeno. No es un cambio real, sólo consigues dañar más el metabolismo. Lo que más me encuentro en consulta son personas que tienen el metabolismo por los suelos. No es cambiar grasa por músculo, es crear nuevas células. Hay que tener paciencia para eso.

¿Cambia mucho de un hombre a una mujer por la menstruación?

Hay personas que sí y otras que no. No hay patrón fijo, porque hay mujeres a las que no les afecta nada y a otras sí. Cuando hice el ayuno y seguí entrenando, llegué a perder la regla y al mismo tiempo se me cerró el estómago y me costaba cenar, hasta vomitaba. Me dolía la barriga y tuve que volver a comer porque no podía permitirlo. Cada persona, como hemos hablado antes, es un mundo.

Por eso es un error tomar como válida cualquier fórmula que se ve en internet.

Internet es una biblioteca gigante, pero casi nadie sabe hacer los filtros.

¿No te has encontrado a nadie que consuma productos nada recomendables?

Lo he escuchado, pero ya cada uno que tome sus decisiones. Para competir en Murcia es patético meterte sustancias prohibidas. Por ejemplo, antes de la ultra de Sanabria tuve una faringitis y me tuvieron que pinchar, pero pedí un justificante porque iba a un Campeonato de España. Al final de poco te sirve porque tiene muchos efectos secundarios. Si cuidas bien la alimentación, el descanso y el entrenamiento, no te hacen falta esos ‘ayudines’ porque recuperas mil veces mejor, pero hay gente que no quiere pasar ese sacrificio y va de lista.

¿Te has planteado hacer alguna carrera de 100 kilómetros?

Ese objetivo lo tengo de cara al año que viene. Tengo que tomármelo con calma porque para hacer 100 kilómetros considero que a mi cuerpo le falta muchísimo que aprender y gestionar. Ahora veo mucha gente que pasa del sofá a hacer maratones y va a lo loco, haciendo dietas extremas, sin tomar ningún gel, y no hay necesidad de eso, lo hacen porque han leído algo en internet. Lo único que consiguen es lesionarse o terminar esa carrera y al final dejarlo. Con los deportistas que yo empecé a trabajar ninguno sigue porque todos comenzaron muy fuertes y tuvieron mentalidad de competición, no de disfrutar y vivir el momento. Lo veo insensato.