El FC Cartagena aprueba el examen con nota

Pasaba el Fútbol Club Cartagena por su peor momento de la temporada tras siete jornadas consecutivas sin ganar cuando se le vino encima el peor calendario posible: cuatro grandes de LaLiga Smartbank esperaban su turno para hurgar en la herida albinegra.

Lo que no esperaban encontrar Levante, Eibar, Real Oviedo y Alavés era un equipo con la confianza intacta y un proyecto que, en lugar de tambalearse, tenía los cimientos bien anclados al suelo. Solo los valencianos consiguieron derrotar a los cartageneros con mucho trabajo mientras que eibarreses, ovetenses y vitorianos se llevaron una desagradable sorpresa: el Cartagena había vuelto.

El empate en Ibiza, donde el cuadro cartagenero dejó escapar dos puntos de oro después de ir ganando por dos goles de ventaja, fue un mazazo para la plantilla albinegra. A pesar de romper una enorme sequía goleadora, las tablas certificaban el séptimo encuentro seguido sin victoria para el equipo de Luis Carrión.

Más allá de los números, que hacían daño a la parroquia albinegra, las sensaciones y el juego del equipo no ofrecían un atisbo de mejora y los peores presagios comenzaron a abordar la mente de los aficionados. La desfavorable situación se veía agravada por lo que venía por delante: tres contendientes por el ascenso directo y un siempre peligroso Oviedo amenazaban al conjunto de la ciudad trimilenaria. No obstante, sacó fuerzas de flaqueza el Cartagena para reponerse en su peor momento.

Fueron varias claves las que permitieron al cuadro albinegro resurgir de sus cenizas ante un calendario aterrador. El primer y acertado paso se tomó desde la directiva y fue el de mostrar seguridad en el trabajo de su entrenador. En sucesivas declaraciones, tanto el director deportivo, Manolo Breis, como el presidente de la entidad cartagenera, Paco Belmonte, confirmaron la continuidad de Luis Carrión hasta final de temporada asegurando que el técnico catalán era la mejor opción para rescatar al equipo.

Otras decisiones acertadas de la dirección estuvieron en el mercado de invierno. Las cesiones de Martos, Pêpê y Ureña han sido fundamentales para corregir las carencias de la plantilla mientras que Miguelón, Eteki y Poveda han subido el nivel de los entrenamientos mientras siguen buscando un sitio en el once para ayudar al equipo.

Habiendo mostrado fe en Luis Carrión y habiéndole aportado los medios necesarios, el trabajo de la directiva terminó y comenzó el del entrenador, que transmitió a sus jugadores la obligatoriedad de lograr resultados con la dosis justa de intensidad y calma. «Esta no es la peor situación del mundo», relativizó mientras recordaba la salvación lograda en su primera campaña. Además de mostrar serenidad, el entrenador incluyó rápidamente a los nuevos jugadores en el esquema, les enseñó lo que quería de ellos y les dio los minutos que necesitaban para llevar a cabo su idea de juego. Y todo ello en el ojo del huracán.

Dio Carrión con su once y, a pesar de sumar su octava jornada sin ganar, no cejó en su empeño para obtener los resultados en el momento más inesperado y difícil. El Eibar, en su casa y luchando por el segundo puesto, se llevó la goleada del Cartagena, que prolongó sus efectos hasta la visita del Real Oviedo.

Las dos victorias consecutivas animaron al equipo para enfrentar al Alavés en Mendizorroza, donde los blanquiazules no pudieron superarlo en la búsqueda del liderato y con el apoyo de su afición.

Con siete puntos de doce posibles aprueba el Cartagena su examen con buena nota en un momento complicado del curso ante rivales de mucha entidad. Gana argumentos para el resto de la temporada el cuadro albinegro, en un tramo final donde no se enfrenta a más equipos de la zona de play off.