COMO PERROS Y GATOS

¿Y si los accionistas votaran a Ramos y Moreno juntos en el Real Murcia?

Felipe Moreno y Agustín Ramos.

Felipe Moreno y Agustín Ramos. / Real Murcia

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Nada más comparecer Felipe Moreno en rueda prensa, varias cuentas de Twitter aprovecharon para lanzar encuestas en las que se pedía a los aficionados que eligiesen entre Agustín Ramos, actual presidente del Real Murcia, o el empresario cordobés, candidato al trono grana. Los resultados, siempre teniendo en cuenta que el murcianismo en todo su esplendor apenas tiene voz en la red del pajarito, fueron contundentes. Felipe Moreno obtuvo la mayoría de los votos.

Pero, viendo el debate que se ha generado en estos últimos días, yo me pregunto si esas conclusiones hubieran sido las mismas si se hubiera añadido una tercera posibilidad. ¿Qué habría pasado, por tanto, si en esas encuestas se hubiera incluido una opción C en la que se plantease la alternativa de que Agustín y Felipe unieran fuerzas para comandar juntos el Real Murcia?

Habría que hacer la prueba para comprobar cómo reaccionaría ante esa disyuntiva el murcianismo y como influiría la ruptura traumática que se escenificó en noviembre, pero estoy casi segura de que los resultados iniciales cambiarían totalmente y muchos votos irían directamente a la opción C.

Es más, los que mantuvieran su apoyo a Felipe Moreno no sería por sentirse completamente convencidos por Felipe Moreno, sería más por las declaraciones que ha hecho Agustín Ramos en los últimos días y que han herido a muchos aficionados que no aceptan el tono dictatorial de un presidente al que hasta hace un mes pocos ‘peros’ se le podían poner.

Ya sé que las encuestas no sirven para nada y que las cartas ya están sobre la mesa. Sin embargo, llevo varios días dando vueltas a la defensa de Felipe Moreno de que sean los accionistas los que decidan. Fue claro el empresario cordobés, fue contundente en dar voz y voto a los más pequeños, incluso sorprendió cuando dijo que si al final tiene que ir a la vía judicial, solo entrará si los socios le apoyan.

Es aquí donde me gustaría mezclar posibilidades y abrir un debate. Porque parece que solo hay dos alternativas. La continuista, representada por Agustín Ramos; o la de la oposición, en la que aparece la figura de Moreno con sus cinco millones y la solución al conflicto judicial. Pero, ¿qué ocurriría si los accionistas, que son los que al fin deciden según el empresario cordobés, quieren volver a abrir la tercera vía?

¿Y si los socios del Real Murcia respaldaran que los dos actores de esta película volvieran a darse una nueva oportunidad? ¿Y si el murcianismo no quisiese elegir entre uno y otro? ¿Y si el socio de la calle, el que no mueve capital, ni tiene intereses ni quiere sillas en el consejo ni tiene miedo a perder su dinero, levantase la voz y exigiera a Ramos y Moreno que llegasen a un acuerdo?

¿Qué harían, en ese caso, el murciano y el cordobés? ¿Seguiría teniendo en cuenta, éste último, al accionariado por encima de todas las cosas?

Y que nadie crea que me he olvidado del fracaso de las negociaciones entre ambos ni me recuerde las palabras de Felipe Moreno insistiendo en que «esto es Agustín o yo» ni me hagan volver a leer o escuchar las últimas declaraciones de un presidente grana poseído que habla sin pensar. Porque, como he aprendido en todos los años que llevo en esto, lo que hoy es negro mañana es blanco y lo que hoy es blanco mañana es negro. Y más en los negocios.

¿Quién nos iba a decir que ahora Francisco Tornel y sus compañeros rebeldes estén deseando que el Supremo dé la razón a Mauricio García? ¿Quién iba a pensar que Txema Almela y Francisco Tornel iban a volver a ser los mejores amigos después de la traumática salida del consejo de administración del primero? ¿O quién iba a imaginar al ‘Team Modelo Alemán’ peleándose ahora por hacerse una foto junto a un Moreno que representa todo lo contrario?

Pues eso, que igual que Felipe Moreno y Agustín Ramos rompieron solo unos días después de hacerse la fotografía con la que nos anunciaban su compromiso de boda, por qué no pueden ahora, que parecen tan distanciados, quedar, tomarse un café e intentar ver si una reconciliación es posible.

Que ya sé que no quieren ni verse en pintura, pero Tamara Falcó tampoco quería volver a saber nada de Íñigo Onieva después de que éste le fuera infiel y mira ahora... Después de ir juntos a Misa del Gallo, solo quedó espacio para el amor.

No sé qué tendrán que hacer Agustín Ramos y Felipe Moreno el próximo domingo a las 12, pero seguro que no tienen ningún plan mejor que quedar en una iglesia y dejarse llevar por el olor a incienso y la música placentera del órgano. Eso sí, que acudan solos, sin compañías ni pepitos grillos. Y que dejen su ego en la puerta. Que entren ‘desnudos’, que se lancen todos los reproches que se tengan que lanzar, pero que no salgan hasta que lleguen a un acuerdo. Porque estoy segura de que la mayoría de murcianistas no quiere que les obliguen a elegir entre papá o mamá.

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