La Opinión de Murcia

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Crónica

Inmerso en una pesadilla

El UCAM Murcia, a pesar de hacer méritos para llevarse la victoria, vuelve a perder en casa ante el San Fernando y se queda a ocho puntos de la salvación

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El UCAM Murcia - San Fernando, en imágenes

A finales de agosto del año pasado todo el entorno del UCAM Murcia, tanto afición, como prensa, como el propio entorno del club, pensaba en hacer cosas grandes para este curso. Todo hacía mirar hacia esa dirección. La gran temporada que terminó con un casi ascenso, los fichajes ilusionantes del mercado estival, y la manutención de un bloque que había logrado devolver la esperanza a la entidad universitaria después de varios fiascos. Todos los factores llamaban a la ilusión para esta campaña. Una campaña en la que, a priori, se iba a buscar aposentarse en la zona noble y buscar dar alguna sorpresa. Pero nada más lejos de la realidad. La temporada del UCAM está siendo una auténtica pesadilla. Una pesadilla de la que va a ser muy complicado salir.

Con la derrota de ayer ante el San Fernando, el UCAM Murcia se queda a ocho puntos de la salvación. Sí, han leído bien. Ocho. Contando con que en 24 partidos han sumado 24 puntos, las cuentas de aquí a final de temporada no salen. La situación ha pasado de complicada a crítica. Y en estos casos, la espiral se hace cada vez más grande y no siempre se consigue salir.

Era un mes de febrero propicio para salir del pozo. Tres partidos en casa, contra rivales que no son punteros. Pues bien, uno de nueve es el bagaje de los universitarios en su maratón en La Condomina. Dos derrotas ante Alcoyano y San Fernando y un empate, ante el Sabadell. Tenían muchas esperanzas puestas en este mes desde el seno del club, pero nada ha salido bien. Y mira que lo ha intentado el UCAM Murcia, sobre todo en los últimos dos encuentros, donde la imagen mostrada ha sido notable. Ante el Sabadell, el equipo universitario mereció más, y también lo mereció ayer. Los jugadores salieron al campo con actitud y ganas para dominar los encuentros y en gran parte del tiempo, lo consiguieron. Es una película de terror de la que hay pocas explicaciones. El UCAM lo está haciendo casi todo bien, pero siempre pierde.

Para intentar explicar lo que le sucede a un equipo que está jugando bien, pero que no consigue ganar, hay que enfocarse en un facor clave: la defensa. Si hay algo que caracterizó al UCAM del curso pasado fue la solidez. Ni rastro queda de aquello, a pesar de que el triángulo Biel Ribas-Charlie Dean-Josete sigue siendo un fijo de esta temporada. Es el tercer equipo más goleado del grupo, con 34 goles encajados en 24 jornadas. Solo le superan Sevilla Atlético -también en descenso- con 38, y el Betis Deportivo, colista destacado, con 41 goles en contra. Si el entramado ofensivo ha mejorado, lo justo es decir lo contrario del entramado defensivo. Ahora mismo, el conjunto en sí, que no solo los cuatro defensas, es un flan. Y eso, como no puede ser de otra forma, está lastrando todo el trabajo ofensivo del equipo. Si para ganar necesitan hacer dos o tres goles, mal acabará el cuento.

La derrota de ayer fue dura. Muy dura. Pero sobre todo lo fue para un Salva Ballesta que veía impotente desde el área técnica cómo la superioridad de su conjunto no se plasmaba en el marcador. Una impotencia de haber probado mil esquemas, y que no le haya servido ninguno para encontrar el camino de la victoria. Si algo sale tocado de la derrota de ayer, además de la entidad, en su figura. Y es que el zaragozano podría tener los días contados en el UCAM Murcia. Estos tres partidos en casa debían elevar al equipo y los ha hundido. No es para menos que desde la dirección deportiva se piense en el cambio, ya que los números desde la llegada de Salva Ballesta son terroríficos. Doce puntos de 39 posibles son los que ha cosechado. Unos números que, en casi cualquier club del mundo, servirían para destituir al entrenador. En los próximos días tendrá lugar una reunión en la directiva para tratar el asunto de Ballesta.

La decisión no será fácil, en caso de que se tome. Si el equipo jugara mal, estaría sentenciado. Pero no es el caso. Los dos últimos partidos han dejado ver una mejoría evidente en el juego, pero no ha llevado a resultados. La cuestión es si ser más paciente o traer savia nueva que reactive al equipo. Ayer, en la rueda de prensa posterior, Ballesta se mostró muy tranquilo, entendiendo lo que es el mundo del fútbol.

El UCAM empezó con buena actitud en el choque de ayer, pero un fallo de concentración le hizo empezar con una losa. En el minuto 9 de partido, Rodrigo cazó un centro procedente de una falta. Remató absolutamente libre de marca y el balón entró a un ritmo pausado, a un ángulo al que Biel Ribas ni trató de llegar. Por fortuna, no dio tiempo ni a que los fantasmas se asomasen por la cabeza de los jugadores, pues tan solo dos minutos después, Josema iba a hacer el 1-1. Rubén Mesa, con un gran pase entre líneas, habilitó al extremo y definió con toda la tranquilidad del mundo. No pudieron los murcianos encontrar ese segundo gol antes del descanso, aunque méritos hicieron.

La sensación al comenzar la segunda mitad era de apagón por parte de los dos equipos. Si en la primera se había visto a dos conjuntos eléctricos y un ritmo muy alto, tras la reanudación los dos fueron mucho más comedido. Los dos no querían correr riesgo y se pasó mucho tiempo el esférico en el centro del campo. Aunque todo eso cambió en los últimos 20 minutos de partido, donde se pudieron ver tres goles en ese periodo. Pedro Benito, exjugador del UCAM Murcia B, inició la jugada del segundo gol del San Fernando. Habilitó a Juanmi Callejón y éste, centró al segundo palo, donde apareció Biabiany con la caña para hacer el 1-2 a falta de quince minutos para el final.

Revolucionó el once Ballesta dando entrada a Ferran Giner, Alberto Fernández y Xemi, y el equipo volvió a encontrar oxígeno. En una jugada embarullada, tras varios rechaces, la pelota le cayó muerta a Alberto Fernández dentro del área y, con todo a su favor para pegarle a puerta, decidió asistir a Moyita, que venía de frente, para que hiciera el empate a dos en el minuto 81.

A cinco minutos del final, Bicho se sacó un zurdazo desde fuera del área que acabó en gol. Reaccionó tarde Biel Ribas, por la multitud de piernas que había delante, y nada pudo hacer. Era la puntilla que le faltaba al UCAM. La gota que colmó el vaso. Ya nada pudo hacer ante esa puñalada mortal. Lo intentó hasta el final, con un cabezazo a bocajarro de Xemi, pero Perales se puso la capa de superhéroe para salvar a su equipo. No pudo ser finalmente y el UCAM suma ya su cuarto partido consecutivo sin ganar. Mas temprano que tarde veremos cuál es la reacción en los despachos de La Condomina para intentar reconducir una situación que parece insalvable.

Ballesta: «Sé en qué mundo estoy; hoy estoy aquí y mañana allí»

Salva Ballesta compareció ante los medios de comunicación con más tranquilidad de la habitual. Se mostró satisfecho con el juego de los suyos pese a la derrota. «Seguramente sea el mejor partido que hemos jugado, te diría que sí. Hay otros como el del Alcoyano o Sabadell que también han estado bien», explicaba el zaragozano.

No dudó en defender a sus jugadores, que cree que están dándolo todo. «Más cosas los chavales no pueden hacer. Se mueven entre líneas, la defensa ha maniatado a sus contrarios, pero bueno, ellos han tenido un punto de suerte que les ha hecho llevarse la victoria. Solo queda trabajar», afirmaba.

«La sensación del partido era que se iba a ganar. Hemos tenido numerosas llegadas y multitud de centros. El resumen del partido es el de un equipo que ha arrollado al contrario, pero que nos ha faltado gol», decía sobre el desarrollo del partido.

Sobre su posible destitución, Ballesta dijo que «es una cosa que no me tenéis que preguntar a mí. Como profesional, sé dónde estoy. Sé que hoy estoy aquí y mañana estoy en otro equipo», informaba, a la vez que mostraba su despreocupación por el gran nivel de sus jugadores. «No estoy frustrado porque hay parámetros que no puedo controlar, como el acierto».

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