El Lorca FC, un club que llegó a militar en Segunda División, ya es historia. La Federación de Fútbol de la Región de Murcia anunció ayer la retirada del equipo de la Preferente Autonómica. En base a ello, se respetan las puntuaciones obtenidas hasta el momento y en los duelos que restan se dará vencedor al oponente por el resultado de la media de goles encajados por el equipo.

El enésimo episodio del dueño del club, el madrileño Roberto Torres, por tanto, se acaba de producir. Torres delegó el pasado mes de agosto en Paco Montesinos, quien además de ser el entrenador, fue quien logró confeccionar un grupo de jugadores que estaban compitiendo en el grupo II de la Preferente Autonómica, eso sí, clasificado en la zona baja.

Montesinos decidió abandonar un proyecto en el que estaba inmerso, en Andorra, para afrontar otro en su Región. El citado técnico también ha sido víctima de las mentiras de Torres.

Días atrás, Roberto Torres comunicó a Montesinos que iba a dejar de pagar. Este, a su vez, lo hizo a los jugadores y estos ya no estaban entrenando y se habían planteado no presentarse mañana domingo en el encuentro ante el Mar Menor B.

La decisión de Torres no extraña a nadie ya que La Opinión ha podido saber que algunas empresas a las que el Lorca FC le debe dinero, estaban dispuestas a solicitar la liquidación de la sociedad.

El otro detonante es el convenio con el ayuntamiento de Lorca, el cual reflejaba que durante cinco años tendría la prioridad para utilizar las instalaciones deportivas. El próximo mes de junio expira el mismo.

Torres ha estado engañando a la cada vez menos afición que seguía a su equipo. Estaba inmerso en un concurso de acreedores. Logró una quita de casi el cincuenta por ciento de los 700.000 euros de deuda al negociar con las empresas a las que debía dinero. Los plazos en los que se comprometió pagar no los ha cumplido. Aprovechando la pandemia, logró que el Juzgado de lo Mercantil aceptara un plan de pagos que tampoco ha cumplido.

Por todo ello, el Lorca FC ya es historia.