Gabriel Ernest Berkhout (Murcia, 15 de abril de 1999) es un joven murciano del club M-Urban que ha ganado todos los campeonatos regionales de patinaje de velocidad y está especializado en maratones. Después de jugar al tenis y hacer sus pinitos en el atletismo, llegó a esta modalidad que está ganando muchos adeptos casi por casualidad después de apuntarlo su madre a unas clases.

¿Dónde están sus orígenes deportivos?

Como cualquier otro niño hice actividades extraescolares como tenis y otras muchas más, pero sobre el 2011 el padre de un amigo que era triatleta me dijo que a lo mejor podría tener futuro en el atletismo. Empezamos a entrenar para la San Silvestre de ese año y salió bastante bien. A raíz de eso me metí al atletismo, me fue bastante bien, era fondista y tenía buen cuerpo para ello.

¿Y cómo llegó al patinaje?

Porque no llegaba a disfrutar mucho de atletismo y me gustaba patinar. A mí me iba el patinaje agresivo, que se hace en el parque de rampas. Iba con mis amigos para pasar el rato. No sé cómo fue, pero gracias a mi madre acabé metido en una clase de patinaje sobre los 14 años por probar y comprobé que disfrutaba mucho. Fue todo un poco por coincidencias y no sé muy bien por qué acabé en una maratón en Valencia de patinaje de velocidad donde había campeones del mundo. Yo iba con mis patines normales, solo fui para probar y acabé muerto, pero me encantó lo que vi. Es un deporte muy espectacular y la gente no se cree que subido en unos patines puedes coger 35 o 40 kilómetros por hora. Se parece un poco al ciclismo porque va todo el mundo en fila y al mismo paso, moviéndose a la misma vez. Es casi igual que el patinaje sobre hielo pero con ruedas.

Pues se le ha dado bastante bien durante todo este tiempo.

Sí, he sido campeón regional. Me compré mis patines de velocidad, que son específicos con botas de carbono de cuero y ruedas grandes para mantener bien la velocidad. Fui la segunda o tercera persona que tuvo unos patines de velocidad en la Región, pero aquí nadie sabía cómo llevarme los entrenamientos porque no hay entrenadores y fue todo a ver qué pasa. De hecho me iba a Elche a conocer más porque allí hay un buen grupo y fui mejorando muy poco a poco. Venía con buen fondo del atletismo y toda la carrera de deporte que llevaba, y se me daba bien. Cuando pegué el subidón fue cuando mi club de Murcia, el MUrban, que estaba más enfocado al patinaje recreativo, apostó por la velocidad y se alió con uno de Valencia que tiene un gran nivel, con muchos títulos y técnicos muy buenos. Ahí me dieron pautas y todo empezó a subir. El primer Campeonato Regional fue en 2018, no había mucha gente, solo era correr para que los peques nos vieran y se animaran, pero desde entonces he ganado todos los títulos y posteriormente me apunté a la Copa de España de maratones con un compañero con quien siempre he ido de la mano. De repente nos colamos entre los diez primeros e incluso algunas veces en el podio, fuimos la sorpresa del año porque éramos dos chicos que veníamos de Murcia, donde no había nada.

¿Cómo fue la evolución?

Pues nos federamos en Valencia para seguir mejorando porque allí hay gente más buena, pero cuando comenzamos con el confinamiento tuvieron que suspender el Campeonato de España, que era a la semana siguiente.

¿Qué se requiere para ser un buen patinador?

Es un deporte muy completo. Necesitas fuerza, habilidad, agilidad, velocidad de movimiento y mucha concentración dentro de las carreras porque vas a 40 kilómetros por hora detrás de otra persona y siempre tienes que saber qué debes hacer. En mi caso también necesito fondo y resistencia por hacer maratones, y por eso en nuestro plan semanal de entrenamientos los sábados hay cuatro horas de bicicleta, pero hay que ser muy completo porque si fallas en algo se pueden aprovechar de ellos tus contrincantes.

¿Cuántas veces se ha caído de unos patines?

Varias, de hecho siempre llevo un montón de moratones. Nosotros vamos con los patines, el casco y el maillot y no llevamos protecciones porque nos limita mucho la movilidad. Aunque nos la estamos jugando, te quita mucho juego a la hora de hacer una aceleración. ¿Caídas? Varias que me han llevado a tener lesiones por algún golpe seco o fuerte porque normalmente es como las motos, que acabas rodando…

Pero sin mono.

Sin mono, claro, y toca saber caer y rodar, no arrastrar, hacerlo bien porque las quemaduras de asfalto son bastante jodidas. De hecho, alguna vez que me han preguntado si las heridas eran de tubo de escape porque eran enormes, pero son gajes del oficio.

Vamos, que lleva el cuerpo más magullado que un piloto de motociclismo.

Llevo la espalda, los codos, las rodillas y la verdad es que voy reventado, pero es que no me quita los momentos buenos que disfruto durante las carreras.

¿Y a sus padres no les da miedo?

Hombre, claro, a mis padres no les hace ninguna gracia que yo llegue de un entrenamiento después de haber pasado por urgencias para que me venden entero, pero ellos saben lo que hay y lo asumen.

¿Se puede ganar con esto un poco la vida?

No hay dinero, solo puedo ganar un poco llevando los entrenamientos de la especialidad de velocidad de mi club, y la verdad es que hay niños que se están animando mucho y gente con mucho potencial. En 2018 éramos 20 federados y en 2019 llegamos a 400 porque la gente se está animando de ver a los que estamos patinando. Es un deporte que está en mucho auge pese a que el coronavirus nos ha frenado un poco, pero ahora creo que la gente incluso tiene más ganas de patinar.

El problema es encontrar el sitio para entrenar.

Sí, el patinaje tiene una pista específica reglamentaria que en Murcia no tenemos. Movemos gente, intentamos hacer que se nos vea, pero llevamos muy poco tiempo, no hemos conseguido una pista en condiciones, que no es cara en relación con otros deportes, pero es patinaje de velocidad y al final no hay tanta gente como en otros, pero espero que dentro de poco podamos soñar con tener una pista.

¿Les ha frenado la covid pese a no ser un deporte de contacto?

El patinaje de velocidad requiere mucha estrategia y patinar con gente para copiar, para saber rodar con gente alrededor. Se puede entrenar solo, pero no es lo mismo porque las carreras no son individuales.

Y usted hace maratones.

Sí, hay muchas modalidades, pero es la que más me gusta. Es muy parecido al ciclismo en cuanto a estrategias de equipo.

¿Corren en equipo?

Es que hay rebufos porque te puedes enganchar a la rueda de otro y llegar a los últimos 100 metros, pegar un sprint y ganar. Hay que saber guardar bien tus fuerzas para sacarlas cuando es necesario.

Digamos que tiene un poco de ciclismo, de motociclismo…

Sí, yo digo siempre que es una mezcla entre el ciclismo y la natación por la técnica, porque cuando alguien nada bien, con dos brazadas puede ir muy rápido y el patinaje es igual, con un empuje puedes ir muy veloz. Pero también tiene de ciclismo por las estrategias y esa mezcla me parece muy curiosa.

¿Creen que podrán mantener el ritmo de crecimiento que tenían antes del coronavirus?

Esto nos ha parado, pero va a hacer efecto rebote, va a dar un tirón tremendo porque hay mucha gente que se acerca ahora a las pistas para saber cómo pueden iniciarse. Da gusto ver cómo a la gente le apetece salir de casa a hacer otras cosas.

Es que mucha gente se ha dado cuenta de que hay tiempo para hacer deporte.

Está todo el mundo que quiere quemar las energías como sea.

¿Tienen muchos niños?

Poco a poco más. Reanudamos las clases hace solo tres semanas porque por las restricciones no teníamos permiso para reanudar con las clases recreativas. Estábamos con entrenamientos federados de niños y adultos, pero los menores, que son la base, los teníamos parados, pero sorprendentemente hay mucha gente.

¿Qué le enganchó de este deporte?

Lo primero fue verlo en persona. Es increíble ver cómo se balancean sobre los patines a 40 kilómetros por hora como si nada. Nadie se cree que unos patines pueden ir a esa velocidad. Nosotros, cuando hacemos la ruta ya famosa entre los patinadores de la Región, que empieza en el Decathlon de Alcantarilla y llega hasta Alhama, que son 42 kilómetros justos, pasamos a muchos ciclistas. Vamos por una carretera de huertos que está perdidísima, en la ermita de Belén. Nosotros buscamos constantemente sitios que están recién asfaltados o pistas. A los niños, por ejemplo, los entreno en el instituto del Carmen que son tres pistas de fútbol muy lisos. Siempre buscamos con picardía sitios que estén recién asfaltados.

¿Cómo se entrena para hacer maratones?

Hago cuatro días de patines a la semana, que depende del momento del año pueden ser muy diferentes, también dos sesiones de gimnasio específicamente de piernas, y un día de ciclismo porque es un complemento muy bueno.

¿Tienen expectativas de tener este año competiciones?

Hay alguna salteada, pero hay mucho problema para conseguir los permisos y la mayoría son en pista. Mi problema es que al no tener aquí una, pincho muchísimo en pista porque tienen peralte y al no poder entrenarlo, fallo mucho en eso.