Ninguna de las características reconocibles del UCAM Murcia fue plausible en la tarde de ayer en Badajoz. El equipo que dirige Pedro Munitis se vio influenciado desde el primer minuto por un Badajoz que salió a por el partido desde el inicio, a lo que se sumaron, posteriormente, otra serie de circunstancias que no hicieron sino empeorar las posibilidades de victoria del conjunto universitario.

Ayer, en el Nuevo Vivero de Badajoz, el UCAM se vio por detrás en el marcador casi desde el inicio del partido y no fue capaz ni de crear peligro en el área rival ni de dominar la posesión al gran nivel que venía haciéndolo. No estuvo especialmente acertado Germán Parreño en la jugada del tanto encajado; se lesionó Titi; Collantes protagonizó una expulsión infantil por protestar impropia de un jugador de su trayectoria y Javi Rey decepcionó en la medular.

Precisamente, el ex del Badajoz fue la única novedad en el once inicial de Munitis, dando descanso a un Toni Arranz que lo venía jugando todo y cuya ausencia en la medular se notó demasiado. No hubo tiempo para conocer el planteamiento de Munitis, ya que a los nueve minutos el UCAM ya se vio por detrás en el marcador.

No hubo avisos serios en los instantes previos, pero sí dominio local e internadas por las bandas. El Badajoz aprovechaba todo el campo para intentar llegar al área universitaria, agazapando así al UCAM y siendo, en líneas generales, superior. Hombres como Guzmán e Higón mostraron sus credenciales, como la movilidad o la capacidad de asociación en espacios reducidos.

Pese a estos factores, el tanto llegó en una segunda jugada. El central César Morgado lanzó con mucha eficacia una falta directa casi perfecta. Potente y con rosca, vio como el meta Germán Parreño desviaba el esférico aunque no de la mejor forma, ya que en lugar de despejarla hacia un lado, el balón quedó franco dentro del área para que Kamal volviera a disparar casi a placer. Eso sí, Germán la rozó, aunque no fue suficiente para blocar el tanto.

El gol no solo trastocó los planes del UCAM, sino que sirvió para dejar a los universitarios totalmente noqueados. El mal estado del césped y la fuerte lluvia crearon un barrizal que, como es obvio, no facilitó la idea de juego del UCAM. No supieron los de Munitis amoldarse al guión del partido. Titi se retiró lesionado por un Luis Castillo voluntarioso que tampoco consiguió dar otro giro al partido.

El Badajoz cortocircuitó las ideas de los murcianos, obligándoles a defender muy atrás y sin tener nada de continuidad en ataque. Con Onwu aislado e Isi Ros desaparecido, no fue hasta el minuto 35 que el UCAM inauguró el contador de ocasiones (aunque no fue muy peligrosa). Isi Ros disparó dentro del área, pero no fue un gran lanzamiento y Kike Royo atajó sin ningún problema.

Justo después, llegó la expulsión absurda de Collantes. Por protestar una posible falta a favor vio la primera amarilla, y tras insistir en sus protestas, vio la segunda un minuto después. EL UCAM, con uno menos, terminó por perder el norte durante muchos minutos.

El Badajoz, ya en el segundo tiempo, pudo matar el partido, pero la falta de puntería fue el principal talón de Aquiles para los de Nafti. Éder probó a Germán, aunque algo forzado, forzando la estirada del portero ilicitano. Sin embargo, los locales también se quedaron con un jugador menos, y también por protestar. Petcoff, quien ya tenía amarilla, vio la segunda por sus quejas, y tuvo que ser retirado del campo agarrado por Nafti, su propio entrenador.

Pero, aunque suene contradictorio, el Badajoz fue más superior incluso cuando se quedó con diez y se igualaron las fuerzas que jugando con once futbolistas. Guzmán, José Ángel y Kamal probaron a un Germán que tuvo que esforzarse para evitar el segundo tanto. De hecho, en un buen disparo de Guzmán desde la frontal con la izquierda, el portero tuvo que desviar el balón hacia su propio poste.

El UCAM solo tuvo una oportunidad para salvar un punto que habría sido demasiado premio. Britos, en el 75, golpeó desde fuerá del área con mucha potencia estrellando el balón en la madera. La única oportunidad tampoco debía de entrar, por lo visto, para un UCAM que ha perdido el liderato y que afronta ahora una semana de derbi en la capital que seguro será movida.