Los éxitos del deporte femenino español han proporcionado a las niñas que empiezan sus carreras multitud de referentes, a pesar de que estas tienen mucha menor visibilidad que sus colegas masculinos, coincidieron medallistas olímpicas y mundiales que participaron ayer en el seminario 'Mujer y Deporte' del INEF, que cumple su vigésima quinta edición.

La influencia de la maternidad en la carrera deportiva, la falta de entrenadoras y los retos de la retirada fueron algunos de los asuntos que, moderadas por Natalia Flores, jugadora del fútbol sala y directora del programa Mujer y Deporte del CSD, abordaron Nuria Fernández, Theresa Zabell, Isabel Fernández, Marta Arce y la profesora Cristina López de Subijana.

La doble campeona olímpica de vela Theresa Zabell recordó que ella no pudo participar en los Juegos de Los Ángeles'84, pese a estar ya en la élite, porque no había aún pruebas femeninas de vela. «No hace tanto de eso, así que la evolución en los últimos 30 años ha sido espectacular», celebró.

La vicepresidenta del Comité Olímpico Español, la exjudoca Isabel Fernández, recordó que se retiró a los 38 años «no porque quisiera», dijo, sino porque deseaba ser madre. También destacó que una mayor visibilidad, plasmada en más presencia de las deportistas en los medios, les permitiría conseguir más patrocinios y, por tanto, mejores condiciones de vida.

La judoca Marte Arce, tres veces medallista paralímpica, fisioterapeuta de profesión y madre de tres hijos, indicó que «si eres parte del colectivo mujer y discapacitada, las dificultades se multiplican», tanto para competir como para la incorporación a la vida laboral. Pero aún peor si cabe, si tienes hijos. «El empresario te puede perdonar la discapacidad, más que la maternidad», afirmó.

Arce consideró que las deportistas jóvenes ya cuentan en la primera fila con muchas mujeres que les sirven de referencia. «No faltan referentes, falta visibilidad», aseguró. La judoca recordó, sin embargo, que, al contrario que en el equipo olímpico español, en el paralímpico las mujeres fueron solo el 22% en los pasados Juegos.

La atleta Nuria Fernández admitió que durante el proceso de regresar a la alta competición después de tener a cada uno de sus tres hijos en muchas ocasiones echó de menos «una entrenadora». Ella le hubiera impedido, dijo, cometer errores como lesionarse por las ansias de recuperar pronto la forma, "sin guardar la cuarentena"; o le habría podido recomendar los ejercicios hipopresivos para fortalecer el suelo pélvico. «Los entrenadores todo esto no lo conocen. Se informan, pero es la atleta la que se tiene que dar cuenta. Una entrenadora me hubiera comprendido mejor», afirmó. La mediofondista dijo que «ganar el campeonato de Europa en 2010», su primera medalla internacional, «después de ser madre y con 33 años demostró que en España también se podía tener hijos y ser atleta de élite».

Ahora, con 40 años y tres hijas, Nuria Fernández tiene que pelear con todos los que dan por hecho que ya se ha retirado. «No me voy a retirar. Tengo ilusión y ganas, qué leche. Que todos me den por retirada me da fuerzas. Siento que puedo dar algo más de mí y me siento joven», aseguró, apenas quince días después de ser la segunda mejor española en el cross de Atapuerca.