Literatura

Díez de Revenga analiza al único gran poeta que no quiso serlo: Gabriel Miró

En su libro ‘Maestro de la modernidad’ el catedrático emérito de la Universidad de Murcia bucea por la vida y obra del escritor alicantino

El profesor Francisco Javier Díez de Revenga en  su despacho.

El profesor Francisco Javier Díez de Revenga en su despacho. / Alfonso Durán

Pascual Vera

Pascual Vera

«Gabriel Miró había muerto. ¿Puede morir quien tal obra creó? No. Gabriel Miró vivirá siempre para quienes saben leer, aquí y en el extranjero, los más puros libros de nuestra inmensa Literatura Española».

Así acababa en 1979 su remembranza de Gabriel Miró en ABC la recién nombrada miembro de la Real Academia de la Lengua, nuestra paisana Carmen Conde. Y así acaba su libro, Gabriel Miró, maestro de la modernidad, en la parte de su apéndice documental, el profesor de la Universidad de Murcia (UMU), Francisco Javier Díez de Revenga, una aproximación desde ya imprescindible a la obra y la figura de este escritor alicantino clave de las letras para sus contemporáneos, que fue ensalzado por todos los escritores de su época, tal y como se encarga de recordarlo en estas páginas el profesor Díez de Revenga.

El libro, que acaba de ver la luz, está publicado por Alhulia S.L., y es el número 36 de la producción del veterano profesor de la UMU, que se ha conformado poco a poco en figura clave para conocer nuestro pasado literario y el de algunas de nuestras más imprescindibles referencias de las letras.

A lo largo de seis capítulos, Díez de Revenga se aplica en hacer comprender al lector algunas de las características más definitorias de la literatura de nuestro casi paisano, al que Jorge Guillén llamó, muy atinadamente, «el único poeta que no quiere serlo».

Gabriel Miró.

Gabriel Miró. / L.O.

Naturaleza y paisaje formaron parte inseparable de las letras y las historias del escritor de la generación del 14, movimiento al que se adscribió su obra. Tal y como recuerda y remarca en estas páginas Díez de Revenga, Gabriel Miró evocó a menudo su tierra levantina y la «describió con delectación», demostrando su carácter de gran paisajista, algo que estuvo siempre presente en su trabajo literario innovador. Fue este carácter de precursor lo que lo erigió en un escritor a seguir, admirado por sus coetáneos y quienes le sucedieron, como el maestro de la modernidad evocado e invocado en el propio título.

Seis capítulos en busca de autor

A lo largo de seis capítulos en los que se analizan momentos y obras, Díez de Revenga va desgranando rasgos y pinceladas de la personalidad y de la obra de Miró para componer, como esas veladuras que los artistas van añadiendo al cuadro, un perfil final propio y nítido sobre un escritor hoy mucho más olvidado de lo que su obra, personal y de una calidad insoslayable, hubiera merecido.

El primero de los textos, titulado Miró y tres textos olvidados de 1908, nos sitúa a un joven batiéndose el cobre en unas perseguidas oposiciones a Judicatura que le proporcionaran la tan perseguida estabilidad económica. Unas oposiciones que volvía ese año a suspender, al tiempo que alcanzaba su primer gran éxito literario por su novela corta Nómada, con un jurado compuesto por Pío Baroja, Valle Inclán y Felipe Trigo.

Murcia y Gabriel Miró

Como es habitual en los estudios de Díez de Revenga, la obra se detiene en detalles relacionados con la Región que resultarán del agrado de los aficionados murcianos, como su colaboración en la revista El Bazar Murciano, en la que hablaba de los típicos juguetes con los que disfrutaba la chiquillería de hace más de un siglo: caballos de cartón, trenes de cuerda, pequeños teatros, linternas mágicas, pinturas, cajas de música, muñecas...

Murcia está presente en la obra de Gabriel Miró, como nos recuerda Díez de Revenga valiéndose de un recuerdo póstumo de Juan Guerrero Ruiz en el que la valía literaria del alicantino es parangonada con la del poeta Juan Ramón Jiménez.

Una especial atención merece para el profesor de la UMU Las cerezas del cementerio (1910), la obra maestra de la primera época mironiana, a la que califica como una de las grandes creaciones de toda la novelística española del siglo XX, en la que el escritor alicantino vuelve a mostrarse un fino y agudo observador, tanto de la naturaleza, como de la complejidad del ser humano.

Riqueza de textos

Repara el profesor Díez de Revenga en la riqueza de los textos de Gabriel Miró, especialmente en la complejidad y lo fecundo de sus textos breves, tanto desde el punto de vista formal como el estructural, así como en sus temáticas y asuntos, en los que el autor alicantino reflexiona sobre los más variados temas, por lo que resulta casi imposible establecer los cánones del cuento en Gabriel Miró. En la obra del escritor tiene especial cabida el tema de España, sus vicios, sus atrasos, la intolerancia… Como afirma Díez de Revenga, es la historia de siempre: la de la incomprensión, la de las pequeñas injusticias y los abusos hacia el débil, la opresión de los poderosos, y también la España de los desocupados y los holgazanes. «En definitiva, la más genuina historia de España», señala el profesor.

Gabriel Miró según sus amigos

Y llegamos a los dos capítulos preferidos por este cronista: los que se proponen desvelarnos al literato desde el punto de vista de sus coetáneos en base a las correspondencia sostenida con sus amigos escritores durante toda su vida, que desgranaron en su correspondencia su pensamiento sobre la vida y obra de Gabriel Miró: con nuestros paisanos Juan Guerrero Ruiz, Gonzalo Sobejano y Carmen Conde, o con Jorge Guillén, que permaneció años en Murcia como profesor de su universidad, unas cartas que, como bien escribe Díez de Revenga, revelan el ambiente de amistad, camaradería y admiración literaria entre escritores que compartieron momento histórico y que un día vivieron y escribieron en estas tierras mediterráneas.

Gabriel Miró, maestro de la modernidad, es una manera de redescubrir a un escritor mediterráneo que ha aportado a nuestra literatura algunos rincones y momentos imprescindibles, un libro que revela, una vez más, lo meticuloso de Francisco Javier Díez de Revenga, profesor de tantos murcianos apasionados por la literatura en la región, capaz de bucear, en cada una de sus investigaciones literarias, por otras opiniones y escritos que vertieron antes otros estudiosos, para componer, invariablemente y como si de un hilo de Ariadna literario se tratase, un puzle bien ordenado en el que se nos ofrezca lo más íntimo de cada personaje estudiado, en esta ocasión, del único gran poeta que no quiso serlo: Gabriel Miró.