Exposición

FILE arranca con una exposición en Murcia sobre la mirada mediterránea de Ramon Gaya

La muestra, que se puede visitar hasta diciembre en el museo del pintor, incluye obra inédita

La exposición de Ramón Gaya fue inaugurada ayer

La exposición de Ramón Gaya fue inaugurada ayer / Juan Carlos Caval

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Esta primera edición murciana del festival FILE mira al mar. Se pregunta –en especial, en esa charla que hay prevista esta tarde entre Juan Manuel de Prada, Lola López Mondéjar y Ángel Montiel– si existe realmente una cultura mediterránea. Y la cosa es que Ramon Gaya, el pintor (y escritor), ya dio una respuesta al respecto hace años: «Hay cultura, si forzamos mucho las cosas, del Mediterráneo, pero tampoco se puede decir así, porque el Mediterráneo no es cultura por él mismo, sino por lo que llega de Oriente. El Mediterráneo es como un embalse de cultura, de cultura oriental –no hay otra– que embalsada allí, recostada allí, afincada allí, florece, fructifica, se animaliza, se hace hombre, se encarna de nuevo en hombre y... decae, se pudre».

Pero el mensaje que Gaya pretendía transmitir con estas palabras no era ni mucho menos negativo. No renegaba del Mediterráneo; más bien, todo lo contrario. De hecho, decía que sus ojos estaban «acostumbrados a ese esplendor siempre reciente, actual, plebeyo, de lo mediterráneo». Y así quedo patente en incontables ocasiones a lo largo de su carrera como pintor (y escritor); incluso en sus comienzos. Sobre todo, en sus comienzos. Porque el murciano se perdió en la belleza de nuestro mar tras la muerte de su madre, en septiembre de 1927.

«Recaló en Altea para pintar y poner en orden sus ideas –recuerdan desde el museo que lleva su nombres–. Venía el joven pintor de París, de ver las vanguardias que tanto le desilusionaron de cerca. Quería el pintor ‘salir de esa maniática modernidad en la que había estado incrustado ingenuamente, y de alcanzar una actualidad más fija, sin estilo exterior moderno’. Frente a la inagotable realidad del mar decide que su nueva pintura y su arte ‘tenía que ser algo directo, es decir, tenía que ser una metáfora de la realidad, una metáfora viva de la realidad’, nos dirá el propio Gaya». Será por tanto su periodo en Altea un punto de inflexión en la carrera del artista, momento en el que vuelve a la realidad de manera directa y abandona definitivamente sus coqueteos con las vanguardias.

La exposición que ayer se inauguró en el Gaya como preludio del inicio del FILE bebe principalmente de esta etapa. Titulada Mediterráneo –por supuesto–, reúne algunas acuarelas con el mar de fondo, con el sol y el aire mediterráneo. Está dividida en dos partes: Altea y el tiempo de las Misiones Pedagógicas, cuando Gaya viajaba por toda España acompañando al Museo Ambulante. La segunda parte pertenece al pintor adulto que rememora con nostalgia ese recuerdo de Altea, en una regresión al pasado, a ese momento crucial de su vida.

Seis obras expuestas hasta el 28 de diciembre son inéditas y solo ahora se han podido ver reunidas. Además, acompañan a estas piezas un conjunto de fotos hechas por Juan Guerrero, una de las grandes figuras y mecenas de la Generación del 27, que dio testimonio de aquel tiempo luminoso.