Danza Crítica

Noche de Danza, y nunca mejor dicho

Tania Herrero

El pasado viernes tuvo lugar la muestra del trabajo de algunas de las compañías que pertenecen a la Asociación Unión Danza Visible: Asociación de Profesionales de las Artes del Movimiento de la Región de Murcia en la Fundación Mediterráneo de Murcia.

Esta gala, precedida por las palabras de la presidenta Irene Córdoba, estuvo arropada por un público agradecido y por personalidades de la cultura de dentro y fuera de nuestras fronteras.

Comenzó Enraiza, en la cual las intérpretes y coreógrafas Nazareth Martín, Clara García, Marieta Mena y Marta Calvo presentaron un extracto de su pieza La Piel, estrenada en el Centro Párraga hace unos meses, donde el ‘contact improvisación’ es una de las técnicas más utilizadas.

Ánima es el solo con el que Mariló Molina desnudó su alma en una búsqueda por encontrar su verdad rodeada de claroscuros donde predomina el negro.

Espacio La Sala, bajo la batuta de Begoña Ruiz, mostró dos piezas de pequeño formato. El tiempo pasa porque pasan cosas, interpretado por Ana Peñalver, Rosa Menchón, Carmen Sánchez, María José Ruiz y Silvia Checa, donde la repetición y los movimientos cortantes y secos fueron la dinámica que trasladó al espectador a ese correr del tiempo; y Lo mío, un dúo protagonizado por Alba Castro y Begoña Ruiz en el que se sucedieron las acrobacias en el suelo, mostrando otra faceta de movimientos para la creación.

Un fantasma en la azotea fue la propuesta que Isabel Lavella exhibió arropada por María Pérez, María Peñalver, Blanca Marquina, Silvia Egea, Noelia Carpio, Sara Ballester, Evelyn Jiménez y Dorotea García donde, a través de la danza contemporánea, presentó esta pieza impregnada por la magia que la coreógrafa suele mostrar en escena.

Por su parte, Danzo, dirigido por Fuensanta Zomeño presentó Claro de Luna, coreografiado por Julia Cano e interpretado con delicadeza sobre las puntas por Carlota Calvo, Rocío Molina y Violeta Calatayud; y Danzares de Carmen Coy, que con su esencia modernizó la escuela bolera en la que se basaba la pieza que interpretaron Lucía Muñoz, Marta Calvo, María Calvo, Carmen Pedreño y Andrea Martínez.

Para finalizar esta gala (que fluyó por el contemporáneo en sus distintas vertientes, viajó por el neoclásico y la escuela bolera) la Compañía Murciana de Danza (CMDanza) rescató una coreografía de Olivia Bella y Puri López de clásico español donde Alba Nicolás, Candela Moilna, Anael Orozco, Fran Serrano y Efraín Martínez pusieron la guinda del pastel a esta Noche de Danza.

Estas pinceladas del trabajo de las compañías o espacios de creación se vieron arropadas por los aplausos del público, que agradeció poder ver el talento con el que contamos en la Región. Sin espacios específicos de creación ni ayudas a la investigación, la danza queda relegada siempre a la última posición dentro de las artes escénicas. Por ello, esta gala no solo exhibe ese talento y esa siembra de profesionalización, que unas compañías muestran en más años de trabajo que otras, sino que también es un acto de rebeldía resumida en la famosa frase atribuida a Emma Goldman: «Si no puedo bailar, esta no es mi revolución». Sin lugar a duda, esto es lo que piensan las personas que pertenecen a la Asociación Unión Danza Visible, creada con el objetivo de mejorar las condiciones de la danza en todas sus vertientes en la Región de Murcia. Y, evidentemente qué mejor manera de hacerlo que con ese arte con el que expresan todo.