En su rincón

Joaquina Sánchez Dato, cuando el mejor estudio es la calle

En su estudio de Ascoy, en Cieza.

En su estudio de Ascoy, en Cieza. / Javier Lorente

Javier Lorente

Javier Lorente

En la pedanía ciezana de Ascoy tiene su residencia y su estudio la artista Joaquina Sánchez Dato. Desde hace mucho tiempo, la he visto, junto a su marido Manolo, recorriéndose los pueblos de España, participando en los Concursos de Pintura al Aire Libre, una modalidad en la que es toda una autoridad, muy reconocida en todo el país. La pareja, siempre tan afectuosa, me recibe a cuerpo de rey, con merienda incluida en el porche, donde hablamos los tres de tantos años, tantas anécdotas, tantos sufrimientos y tanto disfrute a la intemperie, y de muchos compañeros de la pintura rápida.

La fotografía se la hago en el sótano donde tiene un estudio que se divide en varias estancias: un almacén con cientos de obras, una zona de modelado y escultura, otra de pintura al óleo, un despacho con ordenador y un sofá, y otra habitación para los trabajos en acuarela. Manolo me da una gran alegría: él ha documentado la trayectoria de Joaquina, ha ido fotografiando su proceso artístico y su participación en los distintos certámenes, al igual que a otros muchos compañeros artistas de todo el país, y de una de las estanterías coge un álbum y me regala una foto en la que aparezco, sin canas ni barba, pintando en Albuixech. Hay que reconocer que esta pareja son tal para cual: atentos, encantadores, detallistas y muy buena gente.

Acaba de venir de Albarracín. Está impartiendo unos veraniegos cursos y talleres de arte. Es profeta en su tierra pero hay que reconocer que tiene una gran trayectoria profesional en otros lares, especialmente en tierras de Castilla. Y después reconoce que «he aprendido y disfrutado muchísimo pintando del natural por tantos pueblos y paisajes diversos, pero lo más importante son las amistades que se hacen, amigos de verdad y para siempre. Ser compañeros de pinceles, espátulas y carretera es un vínculo que te une para siempre». Y nos intercambiamos anécdotas y recuerdos, y a las palabras de Joaquina se va sumando Manolo, que siempre ha sido su gran apoyo en los concursos y ayuda de cualquier compañero que le ha pedido si podía ir a traerle una botella de agua o un color que se le había agotado.

Ella tiene, además, una larga trayectoria en la pintura de estudio, con exposiciones en otros países y en Bienales como la de Florencia. Va a abrir otro estudio en el Barrio de Vistabella de Murcia, y me confiesa: «Mi mejor estudio es la calle, nada como pintar del natural, paisaje o gente. Yo he sido siempre más de figura humana». Ella empezó haciendo escultura, utilizando el modelado en barro o la talla en madera, pero sus técnicas preferidas son el óleo y la acuarela, técnicas que domina con una perfección y genialidad de una maestra que lleva tantos años sin parar de trabajar. De entre sus proyectos actuales, destaca una serie sobre las norias de la Región y sigue implicada en varias asociaciones y colectivos artísticos, muchos de ellos fundados por ella: La Agrupación de Acuarelistas de la Región de Murcia, la Asociación de Artistas de Cieza, o el Grupo Equilátero, compuesto por cuatro artistas de diferentes regiones que se conocen desde hace veinte años y que ahora exponen «Trayectorias Convergentes».

Disfrutamos de un vaso de sidra artesana, escanciada por Manolo, y las golondrinas juguetean en torno a su nido que está sobre nuestras cabezas, y nos reímos recordando nuestros primeros concursos, cuando no teníamos demasiada experiencia ni oficio en la modalidad.

Joaquina me cuenta que en Mazarrón, donde años después ganó el primer premio, la primera vez se empeñó en hacer un collage de gran formato en la playa y como en escultura trabajaba el dorado y el plateado, no se le ocurrió otra cosa que emplearlo en el cuadro, mientras se volaban los papelillos con el viento y la arena se pegaba al mixtión.

Terminamos hablando de la actualidad: «Hay que respetar la trayectoria de gente que lleva toda una vida trabajando en esto. No todo el que de pronto pinta es un artista, como no todo el que tiene un móvil ya es fotógrafo». Uno no se iría nunca cuando está tan a gusto con tan buena artista.