Con el objetivo de crear procesos creativos al alcance de los jóvenes y favorecer su crecimiento personal y desarrollo artístico, la edición del Festival de Teatro de Molina de Segura ha puesto en marcha el I Premio Joven Teatro, una iniciativa para fomentar la cultura teatral entre los jóvenes del municipio, quienes se convertirán en jueces del certamen.

Así, ciento veintitrés molinenses con edades comprendidas entre los 14 y los 22 años de ocho centros educativos de la localidad, con la colaboración del profesorado, van a ser el jurado responsable de elegir entre cinco obras de teatro -que forman parte de la programación del Festival-a la ganadora de la primera edición de este galardón.

«La búsqueda del público joven como estrategia para la cimentación del Festival en nuestra localidad es imprescindible», señala el alcalde de Molina, Eliseo García.

Así, este proyecto coloca al joven espectador en el centro del hecho teatral, no como un mero receptor pasivo sino como protagonista, como explica el director del Festival de Teatro molinense, Juan Francisco García: «Los jóvenes espectadores adquieren relevancia participando como jurado del premio, valorando los cinco espectáculos candidatos al premio programados en el Festival, implicándose para decidir cuál de ellos es merecedor del premio y de las razones por las que se le concede, estimulando su creatividad».

Y es que los jóvenes que formarán parte del jurado no sólo acudirán a ver las obras: «También les vamos a ofrecer unas jornadas de formación para que aprendan a ver teatro y puedan elegir y valorar con conocimientos y sean justos», explica Soledad Nortes, concejala de Cultura, quien añade que está «especialmente contenta con esta iniciativa» puesta en marcha desde su Concejalía.

«Este festival nació de la participación juvenil y debe volver a beber en ella con el objetivo de crear público fiel y estable que permita una continuidad de acciones y también crear espectadores que desde el Festival salten al hábito del consumo cultural e incluso la participación creativa para poder crecer como sociedad culta, critica y, sobre todo, libre», concluye Nortes. La entrega del premio será el 1 de octubre.

Las cinco obras que optan al galardón

Silencio

Silencio

Esta pieza nace del encuentro de esas dos poéticas: la manipulación de objetos y la lengua de signos. Su principal impulsora, Andrea Díaz Reboredo, cuenta que «se trata de generar una poética propia surgida de la unión de ambas, de la conversación artística entre mi compañera y yo, de nuestros mundos y miradas».

Broken Play

Broken Play. Stop Bullyng

Los protagonistas son adolescentes. El instituto ha acabado y les toca disfrutar. Pero para ellos hoy será una noche diferente. Su ‘juego’ esta a punto de acabar. En Broken play, el acoso escolar y el ciberbullyng hilvanan la trama principal pero también el amor, la familia, el futuro, los estudios, el sexo, los sueños, las drogas….

Vierdingo

Vierdingo

Iván está metido en la espiral de la noche. Como él dice: «Mi problema no son las fiestas, son las resacas». Esto le imposibilita crecer como persona y estar bien. Decide ir a una terapia para poder madurar y enfrentarse a sus miedos. Miedo a la soledad, al rechazo, al amor, a sus prejuicios, al fracaso, al compromiso… Miedo a aceptarse como es. 

La Chica que soñaba

La chica que soñaba

La chica que soñaba es un espectáculo de teatro foro. Es decir, participativo, arriesgado. Es un espectáculo que crean entre todos, en el que el público se convierte en espectactor, donde entra y juega con nosotros, soñando una realidad que nos guste más que la que vivimos.

Otelo #enlared

Otelo #enlared

¿Y si Otelo fuera al instituto? Este personaje de la clásica obra de Shakespeare bien puede ser un adolescente, y el palacio de Venecia bien podría ser un aula de un instituto cualquiera, donde las relaciones de amistad, amor, poder, celos y secretos corren de pupitre en pupitre, como el pañuelo de Desdémona.