El festival alcanza su 52º edición… ¿cómo ha evolucionado a lo largo de los años?

El Festival de Molina es un proyecto vivo, que ha sabido adaptarse a cada momento, es un proyecto líquido que, en estos 52 años, ha ido evolucionando conforme lo ha hecho Molina, nuestra Región y nuestro país. Siempre hemos sido conscientes del papel que ha jugado el festival en nuestro territorio. Se ha programado teniendo en cuenta la demanda y la oferta cultural, y específicamente de teatro, manteniendo siempre la voluntad de innovar, de dar algo nuevo; estableciendo una línea de intereses entre público, aficionados y compañías, para nuestro pueblo y para el resto de la Región.

¿Qué supone para los molinenses este certamen?

En la vida cultural de Molina de Segura, el festival es esa ocasión especial que los molinenses esperamos cada año como colofón al verano, en la que en nuestro pueblo se produce una concentración sobresaliente de atención, talento y disfrute en torno al teatro. Una ocasión especial en la que las personas y los colectivos, de una forma u otra, nos sentimos unidos por el mismo propósito festivo de vivir el teatro.

Apoyar el teatro regional y local usando el Festival como plataforma de proyección de grupos de nuestra Región es uno de los objetivos que perseguimos

Hábleme de la programación de este año.

En el 52º Festival hemos programado 25 espectáculos. Una programación equilibrada, variada y plural en género y diversidad de lenguajes escénicos, incluyendo en la misma teatro en sala, circo en sus diversas especialidades, teatro de calle, danza, música, títeres para adultos, teatro de y para jóvenes, etc. Encontraremos en su programación gestos y guiños que han configurado su carácter diferencial y que nos dan información de cuáles son los objetivos del Festival y de sus prioridades.

¿Y qué destaca de las compañías que participan? ¿Hay mucha presencia de talento regional? ¿E internacional?

Apoyar el teatro regional y local usando el Festival como plataforma de proyección de grupos de nuestra Región es uno de los objetivos que perseguimos y que hemos querido mantener. El 25% de los espectáculos programados son de nuestra Región y las demás son compañías que proceden del resto del estado español, manteniendo un equilibrio territorial. La dimensión internacional se ha quedado en la tímida presencia de la compañía portuguesa PIA, a la espera de un cambio de tendencia en la pandemia que nos permita la libre circulación por todo el territorio europeo. Hemos aunado compañías de reconocido prestigio como TNT-Atalaya, La Zaranda, el espejo negro, Los Galindos, El Aedo, The cross Border project, etc... y otras emergentes como Zoocabaret, -que hicieron la presentación del festival en Junio-, La mosca, MAR, D’click, El Fedito, Maracaibo teatro, etc... En cuanto a su calidad quiero destacar que los espectáculos Elektra25, Glubs y La chica que soñaba están nominados para los premios Max de este año.

¿Qué novedades tiene esta edición?.

Además del Premio Joven de Teatro, quiero destacar que es una prioridad en el Festival la preservación y difusión del patrimonio teatral español y estimular la creación, y por ello hemos previsto poner en marcha por primera vez, con el impulso de la Asociación de Amigos y Amigas del Teatro Villa de Molina, el reconocimiento público a una de las compañías participantes, TNT Atalaya de Sevilla, que se creó hace más de 40 años y se ha convertido en referente en el panorama teatral español