¿Por qué a tantos nos gusta el ‘cine malo’?

Este tipo de cine a menudo tiene ideas excéntricas y se permite ofrecer algo distinto a lo que nos tiene acostumbrados el cine mainstream. Son esas ideas locas, o esos fallos cuando una película apunta muy alto y erra estrepitosamente, lo que nos produce fascinación. No se trata necesariamente de risas ‘a costa de’, sino de risas ‘con’: nos reímos ‘con’ algo y no ‘de’ algo, ojo al matiz. Las películas de bajo presupuesto suelen tener mucha más libertad al no estar sujetas a unos ejecutivos que están todo el día detrás imponiendo y restringiendo.

¿Se aprende más de cine viendo películas imperfectas?

Claro. Se aprende mucho de cine viendo películas de Sergio Leone, pero no puedes aprender de cine viendo sólo a Leone o a John Ford. Al ver los errores se aprende más, porque los errores te saltan rápidamente a la vista.

¿Hay cámaras estancas entre aficionados a un tipo de cine y otro?

Incluso dentro de los aficionados al cine de bajo presupuesto hay distintas aproximaciones, gente que se lo toma con más reverencia y otros con menos, lo que es también aplicable a los aficionados al cine general, al más comercial. Un término, el de ‘comercial’, muy laxo, porque incluso el cine que va al festival de Cannes es comercial, pero hay quien se lo toma muy en serio y otros que nos lo tomamos más como una diversión. A quien le gusta el cine de bajo presupuesto normalmente le a gustar también el cine bueno, el de gran presupuesto, que le gusta a todo el mundo. Incluso te puede gustar el cine cultureta. La diferencia, al final, es la afición al cine.

¿Por qué Vicisitud y sordidez?

[Ríe] Nos gustan las cosas sórdidas en el sentido del cine de John Waters, el kitsch y lo que rodea la cultura popular, sea Samantha Fox o los flamencos rosas. Y ‘vicisitud’ es nuestra forma de decir ‘vergüenza ajena’; es nuestra forma porque con dicha acepción no está recogida en la RAE [«Orden sucesivo o alternativo de algo además de inconstancia o alternativa de sucesos prósperos y adversos»]. Hay películas que dan vergüenza ajena pero te gustan. Nos da vergüenza ajena, pero ¿y las risas?

¿Es más soportable la vergüenza ajena que el terror?

La vergüenza ajena en la vida real me hace más gracia que en la ficción. En la serie Vergüenza, por ejemplo, me cuesta mucho aguantarla. Puedo ver a alguien en First dates haciendo el ridículo y me río, pero en la ficción me cuesta mucho más soportar esa sensación. El guateque (Blake Edwards, 1968) es el primer gran ejemplo de comedia de vergüenza ajena, y lo paso peor viendo lo que le pasa a Peter Sellers que viendo una peli de terror. Yo he provocado verguenza ajena y me hizo ilusión que me dijeran: «Déjalo, es que él es así».

¿Es peor lo mediocre o lo malo?

Lo mediocre, pero de lejos. En mi trabajo como seleccionador de películas para Movistar+ lo normal es que la película sea muy buena, ya lo sabes y la compras. La que ves es aquella en la que tienes dudas, y entonces encuentras joyas exquisitas o mierdas muy divertidas, no hay término medio, pero el 90% de mi trabajo es ver pelis meh, es decir, mediocres. ¿Está bien? No. ¿Está mal? No. ¿Te ríes? No. ¿Lloras? No. ¿Pasas miedo? No. ¿Aporta algo? No. Eso es lo peor, porque esas películas te quitan vida.

Dentro de la programación del Sombra tendrá lugar la proyección de la película Masters del Universo.

Funciona muy bien en proyección con el público, como película y como divertimento, y hay mucho que contar sobre ella. Es un título muy interesante, a medio camino entre dos mundos: tiene más presupuesto que un filme de serie B, pero no tanto como para ser una gran superproducción, y por ello la peli sufre. Hablaré de los problemas y curiosidades de la película, que hace gala de una peculiaridad muy especial: su montadora es Anne V. Coates, quien ganó un Oscar por el montaje de una obra maestra como Lawrence de Arabia (David Lean, 1962) y también se ha encargado del montaje de… ¡50 sombras de Grey (Sam Taylor-Johnson, 2015)!