Otras dos parejas, una de mujeres y otra de hombres, seguirán hoy su ejemplo en la capital norirlandesa, al beneficiarse de la nueva la ley de uniones civiles británica, que concede a las parejas del mismo sexo los mismos derechos y responsabilidades que a los matrimonios heterosexuales.

Un centenar de amigos y familiares de las novias asistieron a la ceremonia, de apenas 30 minutos, que se celebró en el Ayuntamiento de la capital del Ulster, el bastión del protestantismo más conservador del Reino Unido.

A su llegada al edificio consistorial, la pareja fue recibida por grupos de simpatizantes y detractores, una imagen que se repetirá a lo largo del día, cuando la otras dos parejas homosexuales contraigan matrimonio.

Antes del enlace, Close, trabajadora social de 32 años, declaró a la prensa que se "sentían muy privilegiadas", mientras que Sickles, escritora de 27, agradeció el trabajo y coraje de activistas de derechos humanos.

"Con todo esto, nosotras intentamos demostrar que tenemos la opción de que se reconozcan, respeten y protejan nuestros derechos civiles", dijo Sickles, que iba de blanco.

"No estaríamos aquí -continuó- si no fuese por el duro trabajo efectuado por los muchos activistas gays e individuos de la comunidad homosexual, por lo que nos sentimos privilegiadas y bendecidas. Se lo dedicamos a ellos", añadió

Nadie mejor que ellas saben lo difícil que es ser homosexual en Irlanda del Norte, la última región del Reino Unido en despenalizar la homosexualidad, hace tan sólo 23 años.

No hace mucho, en el mismo lugar donde se casaron hoy Sickles y Close, el reverendo Ian Paisley, el político más votado de la provincia, desarrollaba una campaña para "Salvar al Ulster de la Sodomía".

Y el pasado mes, uno de sus correligionarios, el concejal Maurice Hills, llegó a afirmar que Dios envió el huracán "Katrina" a Nueva Orleans para impedir una "marcha gay".

Entre los manifestantes que acudieron hoy al Ayuntamiento para mostrar su rechazo a la nueva legislación estuvo el reverendo presbiteriano David McIlveen, quien tiró de Biblia para condenar los matrimonios homosexuales.

"De matrimonio sólo tiene el nombre. La Biblia describe el matrimonio como la unión entre un hombre una mujer para la procreación. Es una relación honorable, mientras que la Biblia califica las del mismo sexo de abominación", aseguró McIlveen a la BBC.

Sea como fuere, otras dos parejas, una de mujeres y otra de hombres, pasarán hoy por el registro civil del Ayuntamiento de Belfast, que ya ha recibido unas veinte solicitudes de parejas del mismo sexo.

Al menos 1.200 ceremonias están programadas en todo el país para los próximos meses, de acuerdo con unas cifras facilitadas por los ayuntamientos, en virtud de la llamada Ley de Asociación Civil, que entró en vigor el pasado cinco de diciembre.

A las uniones de hoy en Belfast, le seguirán otras en Escocia mañana, martes, y un día después en Inglaterra y Gales.

La más famosa de todas ellas, será la unión este miércoles entre el cantante inglés Elton John y su novio David Furnish, que se casarán en el Ayuntamiento de Windsor, a las afueras de Londres.

Según la legislación, estas uniones pondrán fin a las desigualdades de las parejas del mismo sexo en cuanto a propiedad privada, pensiones o herencia frente a las heterosexuales.

Grupos defensores de los derechos de la comunidad homosexual en el Reino Unido han llevado a cabo durante años una campaña para conseguir que esta legislación fuese una realidad.