El Teatro Villa de Molina acoge esta noche, en el marco de su 51 Festival Internacional, el estreno de Calila y Dimna, de la compañía Teatro Los Claveles. El origen de esta compañía se remonta a 1982 cuando Paca García y Aniceto Roca entraron de lleno en el campo de los títeres, formando parte de La Bicicleta, el antecedente de la compañía actual, formalizada en 1993. El actor y escritor teatral Aniceto Roca recuerda que no es la primera vez que se adentran en los clásicos a través de títeres, «la escena de Los Molinos, Don Juan Tenorio, El romance del enamorado y la muerte, hemos hecho versiones del Quijote con títeres de guante en la calle, pero teníamos una espina clavada, que era este libro de Calila y Dimna, una serie de cuentos para la educación de los príncipes que servía para orientarles sobre cómo reinar o tratar a su pueblo». Estos relatos son como «muñecas rusas», están dentro de cuentos que a su vez refieren a otros, y constituyen tratados filosóficos sobre las relaciones humanas que «hoy siguen estando muy vigentes».

El origen de estos cuentos podría remontarse a los 500 años antes de Cristo y fue traducido, del musulmán al castellano antiguo, por primera vez a nuestro idioma por Alfonso X El Sabio en 1251.

«La adaptación ha sido muy complicada por su estructura, casi imposible, lo nuestro ha sido una osadía, pero queríamos ofrecer una oportunidad a los que no conocían estos textos de acceder a parte de sus contenidos. Hemos escogido tres cuentos, los que dramatúrgicamente mejor se adaptaban al hecho teatral. Hay dos cuentos que tienen cierta alegría y humor, y uno principal que está a la orden del día y que trata temas como la corrupción, las intrigas palaciegas o la lucha por el poder», explica Roca.

Al preguntarle si ese contenido lo acercaría al Príncipe de Maquiavelo, Aniceto Roca aclara que precisamente esa obra, junto con muchas otras, beben de la fuente común de Calila y Dimna, «es la esencia de la que surgirían después en Occidente muchos tratados sobre y para príncipes».

El primero de los cuentos relata la búsqueda de una flor mágica que emprende un médico y que al parecer resucita a los muertos. Tras encontrarla, y aunque un sabio le dice que no servirá para nada, hace uso de ella pero el fallecido no resucita. Al final, el sabio le entrega al médico un libro, Calila y Dimna, y le manifiesta que no ha entendido nada, que los muertos a los que se refieren los escritos son en realidad los ignorantes, y que la medicina que necesitan es el conocimiento, «es ahí cuando resucitan, la verdadera muerte es la ignorancia».

El contexto epidemiológico que atraviesa la Región y la manera en que la covid-19 está repercutiendo en el desarrollo cultural lleva a Roca a afirmar que «estamos mal», pese a lo cual, entiende que el teatro es uno de los colectivos que mejor ha entendido y aplicado las medidas de seguridad, «en ninguna de las zonas en las que hemos estado se ha dado ningún caso». En ese sentido considera una gran noticia y algo elogiable que el Festival de Molina de Segura haya continuado su programación este año, «lo cómodo hubiera sido suspender». Roca considera que es necesario, hoy más que nunca, que nos regalemos un descanso a tanta crispación política y a tanta preocupación y «abrir la mente» en vez de «mirarnos tanto el ombligo». Augura un buen futuro a la tradición de los títeres, «puede hacerse en la calle, no requiere una gran infraestructura», por lo que resulta una expresión artística que se adapta bien a la pandemia, «hay títere para rato», sentencia.