Laboral | Ángel José Olaz Capitán Profesor de Sociología y Técnicas de Investigación Social en la UMU.

"El entrevistado debe buscar algo que lo diferencie del resto"

"Tampoco se trata de ser únicos en el universo, pero sí remarcar algo que nos defina: saber trabajar en equipo, comunicar, motivar, etcétera"

ÁNGEL OLAZ

ÁNGEL OLAZ / Juan Carlos Caval

¿Qué es lo más importante que debe tener en cuenta una persona, de forma generalizada e independientemente del puesto al que opte, a la hora de afrontar una entrevista de selección?

Debe ser honesta consigo misma. En segundo lugar, tiene que ver de qué modo sus características personales, pero también las profesionales, pueden encajar en el puesto de trabajo al que quiere optar. Dicho de forma coloquial, no es bueno hacerse trampas al solitario o disparar a todo lo que se mueve, es decir, no hay que engañarse a uno mismo.

¿Considera que es óptimo prepararla con mucha antelación?

El tiempo suficiente para defender la candidatura, lo que significa tiempo y dedicación, pero sin caer en ‘una parálisis por el análisis’. Yo soy un poco enemigo de las improvisaciones, creo que es más importante el autoconocimiento personal, clave en este proceso. Y del mismo modo que es necesario explorar nuestras capacidades, no es menos importante saber de nuestras limitaciones.

A parte de lo ya mencionado, ¿qué otros aspectos es importante tener en cuenta?

Además de conocernos, conocer las características del puesto al que se opta es clave: razonar en términos de competencias, esto es, qué conocimientos, capacidades y habilidades – si lo prefiere destrezas – personales van a adecuarse más y mejor con lo que en estos mismos términos exigirá el puesto. Si por alguna razón, imagínese, alguien queda por encima o por debajo del puesto de trabajo o si lo prefiere de otro modo el puesto está por debajo o muy por encima del individuo, la situación laboral puede ser muy complicada de gestionar.

Los aspectos a tener en cuenta a la hora de encarar la entrevista, ¿varían según el trabajo al que se opte?

Hay algunas variables que moderan y modulan la entrevista, piense por ejemplo en el sector de actividad (primario, secundario, servicios), nivel funcional (gerente, técnico, comercial), ámbito de actuación (nacional, extranjero), tamaño de la organización (grande, mediana, pequeña), si es empresa familiar o no, y otros tantos de más difícil percepción como es la cultura de la organización y hasta el clima laboral.

¿Cuál es el error más común que cometemos a la hora de afrontar un proceso de selección?

Intentar conseguir el puesto que se ofrece a toda costa, sin terminar de observar cuáles son las posibles consecuencias derivadas de acceder a él. No voy a discutir la lógica necesidad de convertir el puesto de trabajo en una fuente de ingresos, pero no es menos cierto que otras cuestiones relacionadas con la conciliación de la vida personal, familiar y profesional son claves para un mejor desempeño de nuestra actividad.

¿Qué podemos hacer para captar el interés del entrevistador para no ser ‘uno más ‘ al que despachan con un «ya te llamaremos»?

En primer lugar vuelvo a insistir en la honestidad personal, a lo que añadiría la congruencia profesional, esto es, cierta coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, y en esto los expertos en selección saben mucho. Además de estos aspectos, tiene que haber algún elemento diferenciador respecto de otros candidatos. Tampoco se trata de ser únicos en el universo, pero si remarcar algo que nos defina: saber trabajar en equipo, comunicar, motivar, ser resiliente…

¿Hay que huir de frases cliché como «se me da bien trabajar en equipo», etc.?

Todos sabemos que el papel lo aguanta todo y que si el proceso de selección va más allá de la mera entrevista, y se acompaña por ejemplo de dinámicas grupales y pruebas situacionales, los expertos en selección serán capaces de identificar si hemos mentido. Así que mucho cuidado con lo que se dice.

Entonces, ¿es importante ser sincero?

Es fundamental, sin que ello entre en contradicción con exponer del mejor modo nuestras virtudes, cualidades y competencias Y en la medida de lo posible, pasar de puntillas en aquellos aspectos de los que quizás no nos sentimos más orgullosos.

¿Y el lenguaje no verbal?

Es fundamental, piense que una cosa es lo que se dice y otra cómo se dice. La comunicación gestual y el paralenguaje (ausencia de palabras pero no de sonidos) como por ejemplo un bostezo, un carraspeo y hasta el silencio están en conexión con lo que estamos hablando.