Agricultura

Investigan en Murcia un sensor que cuenta el número de bichos para evitar las plagas

El Gobierno regional mantiene su apuesta por la digitalización del sector agrario con la instalación de sensores de monitorización que ofrecen datos de los cultivos en tiempo real

La consejera Sara Rubira en la plantación de la Nueva Hacienda en Cehegín

La consejera Sara Rubira en la plantación de la Nueva Hacienda en Cehegín / CARM

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

Una nueva investigación del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida) promueve la instalación de unos sensores y redes de monitorización para evitar las plagas en los cultivos de la Región de Murcia. Se trata de una tecnología geoespacial que permite la captura, almacenamiento, transformación, análisis y publicación de esos datos. “El objetivo es lograr una mejor producción de los cultivos, la predicción de enfermedades, la supervisión continua o la mejora de la eficiencia en la gestión del agua y de los nutrientes”, aseguró la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira.

Unas declaraciones en la finca Hacienda Nueva de Cehegín, en la que ya se están instalando estos sensores para, a través de las redes de monitorización y plataformas de teledetección, se puedan "capturar, almacenar y analizar datos para crear modelos predictivos que permiten anticipar decisiones para mejorar la eficiencia, predecir plagas y el aumentar la rentabilidad y sostenibilidad de la actividad agrícola".

Desde un teléfono móvil el agricultor puede acceder a toda la información relativa al cultivo: desde la exigencia de riego o el exceso de humedad que puede ocasionar la aparición de hongos a la predicción de plagas gracias al conteo de insectos de las trampas para plagas que pueden detectar qué tipo de insecto está atacando al cultivo e incluso conocer la estimación de la cantidad.

"Con las nuevas herramientas de monitorización, que utilizan datos de series temporales, el Imida busca crear y usar modelos de aprendizaje automático para el seguimiento de los cultivos en las zonas vulnerables que permitan mejorar la toma de decisiones agrícolas", sentenció la consejera Rubira.

Por la uva Monastrell

El Imida está aplicando estas nuevas tecnologías a un proyecto que persigue seleccionar las nuevas variedades, obtenidas a partir de Monastrell, que se adapten mejor a las condiciones de escasez de agua y altas temperaturas, propias de la zona. El estudio forma parte de uno de ámbito nacional denominado ‘Mejora y selección de nuevas variedades de uva de vinificación resistentes a la sequía como medida de adaptación de la viticultura al cambio climático (BDRvine)’.

En esta plantación se aplica un riego deficitario controlado, por un lado, y un cultivo en secano, por otro, con el fin de seleccionar las variedades que tengan un mejor comportamiento en condiciones de secano, y ver que parámetros agronómicos y de calidad se ven afectados cuando no se riega.

Este estudio se complementa con el proyecto Algroalnext de desarrollo de una viticultura sostenible mediante el uso de nuevas variedades resistentes a enfermedades (oídio y mildiu) y a la escasez hídrica, para el que se lleva un control más exacto de la disponibilidad de agua de las plantas, con la instalación de sondas por parte de la empresa Odin Solution que permitirán controlar la humedad del suelo próximo a las raíces y la humedad de las hojas de las plantas bajo estudio.

En el proyecto colaboran los equipos Sistema de Información Geográfica y Teledetección (SIGyT) y el de Mejora Genética Molecular del IMIDA, y está financiado en un 60 por ciento con fondos Feder de la Unión Europea y en el 40 por ciento restante con fondos propios de la Consejería.