Protestas agricultores

Los agricultores, respaldados por la sociedad murciana

Los ciudadanos coinciden en que sin los trabajadores del campo "no hay comida" y en que las medidas que se aplican actualmente al sector les llevarán «a la ruina»

Una mujer alza su pulgar enseñal de apoyo a losagricultores, ayer.  | JUAN CARLOS CAVAL

Una mujer alza su pulgar enseñal de apoyo a losagricultores, ayer. | JUAN CARLOS CAVAL / Juan Daniel González

«Sin ellos no comemos, ni tú ni yo». La sociedad murciana lo tiene claro: el respaldo a los agricultores en su lucha es crucial para la subsistencia de toda la ciudadanía. Y así lo demostraron ayer, algunos con frases de apoyo y otros acompañando a los tractores a su paso por las calles de la capital murciana.

Este último fue el caso, por ejemplo, de Carlos y Antonio, dos jóvenes de 17 años concienciados con la situación y que, nada más salir del instituto, sobre la una de la tarde, se plantaron frente a la Delegación del Gobierno cartel en mano, junto a otros cientos de manifestantes. «La agricultura es la profesión del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre», era la frase del célebre político, filósofo, escritor y orador romano Cicerón que se podía leer en las pancartas que portaban, repartidas por Proexport.

La columna de tractores es aplaudida a su paso por Ronda de Levante. | JUAN CARLOS CAVAL

Los ciudadanos portaron pancartas de apoyo al sector. / JUAN CARLOS CAVAL

Carlos nació en España, pero proviene de una familia latinoamericana. Sus padres trabajaron en el campo y por eso conoce de primera mano la «precaria situación» a la que se vieron sometidos, situación que «a día de hoy, persiste». Pese a su juventud, este sangonereño conoce muy bien los problemas y las reivindicaciones por las que los agricultores llevan semanas, meses y años poniendo el grito en el cielo: «Los sueldos son una miseria y, al final, el que sale beneficiado en esto es el intermediario. Al final, los supermercados y las empresas, que no son las se encargan de recoger el producto en el campo, son los que más ganan».

La familia de Antonio también «ha trabajado siempre en la agricultura». «Las políticas actuales no favorecen a los trabajadores de España y la Región, pero sí a otros países. Estaría bien que pensaran más en los españoles. El sector primario es el que levanta el país y el que permite que otros sectores salgan adelante», reivindicaba el joven murciano.

Frente a la Delegación del Gobierno también apoyaban la «lucha» Francisco José, que se dedica al cultivo de hortalizas, brócoli, lechuga, patata y melón en Cartagena, y su hija Carmen. «Nos masacran con burocracia. Tenemos que reservar media jornada solo para rellenar documentos y para hacer controles y análisis debido a la problemática del Mar Menor», explica el padre ante la atenta mirada de su hija, quien «sabe poco del tema», pero que «ayuda cuando puede en las labores del campo» y que no dudó en unirse a la reivindicación nada más salir de la universidad.

Los ciudadanos portaron pancartas de apoyo al sector. | JUAN CARLOS CAVAL

La columna de tractores es aplaudida a su paso por Ronda de Levante. / Juan Carlos Caval

En dirección a Gran Vía iba José con un carro, una caja y varias bolsas cargadas de los tomates, limones y demás verduras que los agricultores habían repartido en el Jardín Chino. «Son para toda mi familia», aseguraba el hombre, quien alabó el producto regional y español, y que está volcado con la causa. «Tenemos que apoyar a esos hombres y mujeres. Tienen que comer, tienen que vivir de eso», sentenció.

Poco antes paseaban junto a la columna de vehículos que estaba parada en la avenida Teniente Flomesta Elena y su pareja Edu. «¿Es tuyo el tractor?», le preguntó la joven de 19 años a uno de los agricultores tras hacerse una foto con él, que después subió a redes sociales en señal de apoyo. Sus hermanos y sus padres se dedican a la agricultura «de toda la vida» y también denuncia como deben hacer «millones de papeleos». Y es que se trata de un sector que cada vez espanta más a la juventud por estas trabas: «Mi hermano es joven agricultor y siempre tiene que estar muy pendiente para que no se le escapen las subvenciones», denuncia.

Además, «venden los productos a un precio mucho menor al que se después se comercializa en la tiendas», añadió. Una queja escuchada ayer en boca de cientos de personas, tanto de dentro como de fuera del sector.

«Es una vergüenza y una ruina lo que nos están pagando por lo productos. Luego vas a algunos supermercados y ves que ese precio está duplicado e incluso cuadruplicado en algunos casos», denunciaba Serafín, quien marchaba en la columna de agricultores procedente de la Vega Media. «Nosotros estamos todos los santos años luchando, pasando fatiga y madrugando para que nos lo paguen así», lamentaba.

«¿Tú qué piensas si no comes mañana?», les hacía preguntarse a los presentes en las calles Francisco Domingo, otro de los agricultores que llegaba a la capital desde Molina de Segura en una furgoneta adornada con una bandera de España que no dejaba de hacer sonar el claxon a su llegada a la Plaza Circular. Justo delante, Juan José, subido a un tractor cargado de limones, su sustento de vida, calificaba la situación del sector con una sola palabra: «Ruinosa».

Otra de las razones por las que agricultores claman, aseguraba Javi, de Los Torraos, una pedanía de Ceutí y trabajador en el sector, son los estándares impuestos por la Unión Europea: «Cada vez nos exigen el uso de más fitosanitarios. Sin embargo, en el caso del limón por ejemplo, vienen productos de Marruecos, Túnez, Argentina y una larga lista de países a los que no se les exigen. También es el caso de la fresa: la que yo vendo debe tener una materia activa fitosanitaria de 0,010 gramos, mientras que llegan camiones de Marruecos que tienen 4 gramos, una concentración 400 veces mayor». «Con medidas así nos están matando y estamos hartos», sentenció.

«No me importa que corten el tráfico»

Pese a que ayer se preveía un caos circulatorio por la ciudad de Murcia debido a la manifestación, lo cierto es que el tráfico, salvo momentos puntuales debido al paso de los tractores, discurrió con normalidad por la gran mayoría de calles. Muchos murcianos, temerosos de lo que podía pasar, no cogieron el coche para moverse por la ciudad. Fue el caso de Ana, quien ayer optó por desplazarse hasta el centro médico en autobús. Pese a que la marcha trastocó sus planes, considera que era necesario: «No me importa que corten el tráfico, es por una buena causa. Para hacerse oír y que la situación cambie de una vez deben emprender acciones llamativas como esta, o de lo contrario los que mandan se quedarán de brazos cruzados. Yo les apoyo y de hecho deberíamos estar todos manifestándonos», exclamó.

«Tenemos que estar todos unidos por esta causa»

En los bares ubicados en la Plaza Circular y alrededores el ambiente estuvo tranquilo durante buena parte de la mañana. En la Confitería Serrano Murcia varios grupos de personas tomaban el almuerzo y un café sobre las 12.00 del mediodía, ajenos a lo que estaba pasando a pocos kilómetros. «Pues un día normal más», comentaba una de las camareras mientras le preparaba una tostada a Chema, quien trabaja en un local de reparación de móviles justo al lado y que coincide con ella: «Llevo por aquí desde las diez de la mañana y lo cierto es que he visto incluso menos coches de lo normal», comentaba. Este extremeño, que lleva una década en la capital, apoya la causa y considera que «tenemos que estar todos unidos por ella», aunque lamentó que las obligaciones del día a día impidan a muchos estar al pie del cañón.