Medio Ambiente

La Región alcanzará temperaturas 10 grados por encima de lo habitual este jueves

La Vega del Segura y el Valle del Guadalentín rondarán entre los 26 y los 28 grados

2023 cerró como el segundo año más cálido en España, con 42 récords de días de calor

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La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene previsto que este jueves varias localidades de la Región alcancen temperaturas entre los 26 y los 28 grados, principalmente las zonas de la Vega del Segura y el Valle del Guadalentín (Águilas, Lorca, Murcia, Cieza, entre otras). 

Se trata de temperaturas 10 grados por encima de lo habitual para un 25 de enero, señala Luis Bañón, jefe de la Unidad Estudios y Desarrollos de la Delegación Territorial en Murcia de la Aemet. En la capital, como ejemplo, lo máximo que se suele registrar en las horas más calurosas son los 17 grados. Hasta la fecha, solo se tenía constancia de dos días que alcanzaron los 27 grados en 2021 y este jueves, si la previsión se cumple, sería el tercero. A las noches, hay que sumarles unos 3 o 4 grados más.

No se trata solo del jueves, sino que durante toda esta semana y hasta el domingo se registrarán temperaturas con “valores realmente anormales”, que están entre los 3 y los 10 grados por encima de lo habitual para un mes de enero. El motivo, explica Bañón, es la presencia de un anticiclón con unas presiones muy elevadas que deriva en que haya poca nubosidad y poco viento, por lo que en la Región se verá una segunda quincena de enero “anormalmente cálida”. Los anticiclones suelen alternarse con las borrascas, pero el de ahora está en una situación de bloqueo en toda la península.

Un inicio de febrero cálido

Todavía no se puede saber si todo el invierno será así de cálido, pero la tendencia que ya se puede entrever es que la primera semana de febrero apunta a ser más bien cálida y la segunda ligeramente cálida. En cuanto a precipitaciones, no se ve claramente una anomalía de precipitación con respecto a otros meses de enero.

Una de las consecuencias de los anticiclones es que, al ‘aplastar’ el aire contra el suelo, evita que suba, que es lo que se necesita para formar nubes, por lo que se produce el proceso contrario a la formación de nubes y, por tanto, las precipitaciones. "Ya veremos si se escapa una gota el martes 30 o el miércoles 31, pero para lo que queda de mes hay pocas probabilidades", apunta Bañón.