Economía

El aceite de oliva seguirá subiendo ante las malas previsiones para la cosecha

Las organizaciones de consumidores critican el repunte continuo de los precios a pesar de que la producción que sale a la venta procede de la misma campaña que se recolectó en invierno

ThaderConsumo asegura que «los almacenes están remarcando» sus existencias para especular

Garrafas de aceite de oliva.

Garrafas de aceite de oliva. / L.O.

María José Gil

María José Gil

Los productores de la Región prevén que el aceite de oliva seguirá encareciéndose en los próximos meses, después de haber duplicado su precio en el último año. Las malas previsiones para la cosecha que empezará a recolectarse a partir de octubre o noviembre apuntan que la campaña no alcanzará el volumen necesario para atender la demanda de un producto básico en las cocinas de la Región, que se acerca a los 10 euros e incluso los supera en algunas variedades de aceite de oliva virgen extra, cuando hace un año rondaba los cuatro.

La presidenta de ThaderConsumo, Juana Pérez, culpa a «los almacenes que están remarcando los precios de la producción que se recolectó entre el otoño de 2022 y principios de 2023 para subirlos, a pesar de que el aceite procede de la misma cosecha. Es vergonzoso, están vendiendo el aceite del almacén a un precio desorbitado», asegura. A su juicio, las malas previsiones de la próxima campaña se están utilizando incluso para sacar partido «a las existencias que tienen en el almacén».

Juana Pérez explica que el Plan de Inspección establecido por el Gobierno central para este año incluía el aceite de oliva en la campaña de 2023, por lo que se pregunta si la Comunidad Autónoma está haciendo en la Región los controles que tiene encomendados por la Administración central.

También la OCU ha denunciado «la fuerte especulación que existe alrededor del precio del aceite, puesto que el producto que ahora mismo esta en los lineales de los supermercados a disposición de los consumidores se compró a los productores a unos precios mucho menores de los que ahora hay en los mercados mayoristas».

Según la OCU, que ha realizado un sondeo en diez cadenas de supermercados, «el precio medio por litro ha pasado de 8,16 euros a 9,42 entre los primeros días del mes de julio y finales del mes de agosto y en el caso de alguna marca ya supera los 12 euros».

Añade que la subida «es generalizada y afecta a la práctica totalidad de todas las marcas en todas las cadenas analizadas».

La Consejería de Empresa precisa que la Dirección de Comercio ha realizado inspecciones en los establecimientos de la Región a lo largo de este año dentro de la campaña que diseña el Ministerio de Consumo, pero han estado centradas en el cumplimiento de las normas relativas a la composición del producto o los datos recogidos en el etiquetado, pero no en los precios. «Los precios son libres», aseguran fuentes de este departamento.

Recuerdan igualmente que la situación que se está produciendo no es comparable a la que se originó hace un año y medio, a raíz de la invasión de Ucrania, cuando algunos establecimientos empezaron a racionar el aceite de girasol, lo que dio lugar a la intervención de los servicios de inspección de la Consejería.

Tanto Thader como la OCU advierten de que el encarecimiento del aceite de oliva provocará un desplazamiento del consumo hacia otros productos más baratos, como el aceite de girasol.

El director general de la patronal de los supermercados de la Región Asumur, Javier Ruano, responde a la quejas de las organizaciones de consumidores señalando que «la formación de precios viene de origen». A su juicio, se trata de «un problema de escasez de oferta», provocado por la caída de la producción nacional. «Si la cosecha ha caído a la mitad, los precios suben», defiende.

Ruano recuerda que «hay una Ley de la Cadena Alimentaria que protege a todos» los agentes que intervienen en el proceso de comercialización. «Tiene que haber unos contratos y unos precios fijados», afirma . «Habrá que ver la próxima cosecha», apunta, al tiempo que asegura que «el consumo se mantiene estable» y que no se ha producido una disminución de las ventas en los supermercados de la Región.

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El aceite de oliva virgen se ha convertido en un producto tan codiciado que algunas cadenas han empezado a ponerle a los envases de mayor tamaño precintos de seguridad para evitar los hurtos, como el que utiliza Carrefour en sus tiendas.

La sequía ha causado una caída de la producción de hasta el 80%

La superficie dedicada al olivar en la Región está estabilizada en los últimos años en torno a las 22.000 hectáreas, según informa la Consejería de Agricultura. La superficie de regadío supone un 25% del total regional. El secano alcanza las 16.700 hectáreas, que se distribuyen por toda la Región y sobre todo en el Altiplano y el Noroeste.

Más del 95% de la superficie se dedica a la de aceite de oliva y el resto, a la obtención de aceituna de mesa. «Los problemas de sequía en el momento de la floración han provocado el abortado de muchas flores y frutos recién cuajados, lo que ha mermado la cosecha en secano, con una reducción que va desde el 30% al 80% en algunos casos», según calcula Agricultura. Para obtener un litro de aceite se necesitan cuatro o cinco kilos de aceituna.

Su prestigio aumenta la demanda

Pascual Molina, presidente de la cooperativa La Purísima de Yecla, asegura que «el aceite de oliva es el producto en el que más está creciendo el consumo en todo el mundo» y, sobre todo, en Estados Unidos. Asegura que «hay países productores como Sudáfrica que están cerrando las fronteras para que no salga su producción».

Según sus cálculos, España produce normalmente en torno a 1,8 millones de toneladas, que se han quedado reducidas a 600.000. Con esta escasa producción en el mercado da por hecho que los precios subirán, aunque «el agricultor va a ganar menos dinero», Jesús Molina recuerda que tradicionalmente en España siempre se han guardado reservas para el año siguiente que permitían mantener el equilibrio de los precios, pero la campaña del año pasado ya no dio para almacenar aceite.

«La cosecha va a terminar a cero. Vamos a tener otra campaña sin ese auxilio. Aquí todo está en que llueva», se lamenta. Jesús Villaplana, presidente de COAG en Jumilla, calcula que en esta zona de la Región se ha perdido el 90% de la producción de secano y en torno al 30% en regadío, aunque recuerda que la aportación regional es reducida.

El problema es que también en Andalucía se da por perdida gran parte de la aceituna. No obstante, Villaplana culpa a «las cuatro multinacionales extranjeras que han vaciado el aceite de las almazaras y que están quemando los mercados». Su previsión es que la campaña del año que viene será mejor y ayudará a recuperar la producción de aceite, dado que las lluvias de primavera han permitido que los árboles «echen ramas nuevas», lo que aumentará la capacidad de los olivos para dar frutos.