Ola de calor

Las plazas de Murcia que ayudan a sobrellevar el calor y las que no

El urbanismo convierte Murcia en una zona "inhabitable" estos días

El riesgo extremo tiñe la Región con la alerta roja por la ola de calor

En busca de sombra en la plaza Salzillo

En busca de sombra en la plaza Salzillo / Francisco Peñaranda Saura

Paula M. Gonzálvez

Paula M. Gonzálvez

Desde el punto de vista de la arquitectura, la Región «es 100% inhabitable en esta época»: «Es una pena, pero no pensamos en las temperaturas», afirma María José Peñalver, decana del Colegio de Arquitectos de la comunidad.

Las plazas, indica, deben tener una buena proporción -distancia entre los edificios-, un buen material y elementos de sombra. En este sentido subraya que los árboles no son importantes solo desde el punto de vista estético y medioambiental, sino que también tienen un gran valor urbanísticamente hablando, para conseguir espacios al aire libre más frescos. Cuanto más altos, mejor.

Así, la decana indica que una zona perfecta en Murcia para huir al máximo del calor, si se está en la calle, es el paseo de Alfonso X el Sabio: «Es fantástica porque tiene una proporción ideal, se nota el ancho de la zona y el arbolado, tanto el de siempre como el que se incorporó más tarde. Se aprecia la reducción de los grados al entrar en el área. Los árboles son una sombrilla continua».

Combatiendo el calor en Murcia

Combatiendo el calor en Murcia / Francisco Peñaranda Saura

También destaca plazas como la de Santa Isabel, «otro buen ejemplo de arquitectura urbana contra el calor», así como la plaza de los Patos, en el barrio de Vistabella.

María José Peñalver destaca que esta última, que se construyó a finales de los años 50, es un ejemplo a seguir para combatir el calor urbanísticamente: árboles altos, elementos de agua -como fuentes-, proporciones adecuadas, bancos, un pavimento adecuado y un espacio público pensado en proporción a la cantidad de gente que la visita, para evitar aglomeraciones. «Es un oasis en medio de la ciudad», resalta.

Por contra, si no se quiere sufrir con el clima incluso más de lo inevitable, es mejor no pisar si quiera zonas como Juan de Borbón o la avenida de Juan Carlos I o la plaza Salzillo, donde abundan los elementos de piedra. Ninguna de ellas está preparada para protegerse del calor en una ciudad que acostumbra a sufrirlo.

María José Peñalver

María José Peñalver / Juan Carlos Caval

Qué hacer en casa

De por sí, explica la decana, el concepto de edificio, vivienda u hogar es un sinónimo de ‘refugio’.

Partiendo de ese concepto, cualquier arquitecto debe tener en cuenta una serie de parámetros a la hora de diseñarlas para que no se conviertan en un horno: un buen enclave, una buena orientación y levantar los cimientos sobre una calle con unos anchos que permitan generar espacios de sombra.

«Se consigue un mayor grado de confort si las habitaciones y el salón están orientados al levante mediodía y la cocina, los baños y el lavadero se orientan al poniente norte. Es importante que la vivienda cuente con una buena distribución para facilitar la circulación del aire. A partir de ahí, solo habría que mejorarla con el sistema de climatización, los aislamientos y protectores solares», detalla.

También aclara cómo hacer un buen uso de las casas para que el ambiente se refresque, y no se sufran tanto estos episodios. Es importante, para que no se calienten, utilizar toldos y persianas durante el día. Por la noche, es recomendable dejar las ventanas abiertas -«siempre que se pueda y la temperatura sea aceptable»- para ventilar, dejar que se forme corriente y, así, por la mañana las altas temperaturas sean menos sufridas.