Economía

La Ley de Vivienda anima a los ahorradores a comprar aparcamientos

Las obras del plan de movilidad de Murcia acrecientan la demanda de plazas de alquiler al reducirse la posibilidad de estacionar en la calle

Obras del plan de movilidad en la avenida Primo de Rivera de Murcia, en la que se han suprimido aparcamientos.

Obras del plan de movilidad en la avenida Primo de Rivera de Murcia, en la que se han suprimido aparcamientos. / Juan Carlos Caval

María José Gil

María José Gil

La Ley de Vivienda que ha entrado en vigor el pasado 26 de mayo se ha convertido en una de las reformas legislativas más polémicas y genera una gran inquietud entre los arrendadores, algunos de los cuales se están planteando vender las viviendas que se han quedado vacías, en lugar de alquilarlas, según ha manifestado a La Opinión Jerónimo Jover, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria. Las limitaciones establecidas a los propietarios están animando a los ahorradores que podían plantearse la compra de una vivienda para alquilar a inclinarse por invertir en aparcamientos, dado que implican menos compromisos con el inquilino.

También el presidente de Consumur, Roberto Barceló, coincide en que «tantas restricciones» pueden llevar a que se reduzca la oferta de casas de alquiler. Asegura que «ya hay gente que está alquilando incluso trasteros», al considerar que es un negocio en auge.

Barceló apunta que también hay particulares y empresas que «están comprando las plazas de aparcamiento que quedan libres» para arrendarlos.

La desaparición de los espacios de las calles destinados al estacionamiento de vehículos que están siendo eliminados con el plan de movilidad en la ciudad de Murcia es uno de los motivos que llevan a los inversores a decidirse por comprar plazas de parking, porque prevén que la demanda se va a acrecentar y que, además, la relación con los arrendatarios resulta menos conflictiva.

«El 95% de la oferta corresponde a personas que tienen una sola vivienda. Es gente que en vez de irse de viaje se compra una casa», indica Jover, quien advierte de los efectos que la excesiva regulación del mercado tendrá sobre los inquilinos, si los propietarios se retraen. Asegura que incluso hay algún arrendador que se está planteando vender.

El portavoz de los agentes de la propiedad inmobiliaria asegura que en este momento «recibimos 100 llamadas por cada casa que se ofrece en alquiler. Sin embargo, cuando yo empecé, en 1992, un piso podía tardar un mínimo de cuatro meses en alquilarse, porque había muchas casas disponibles». Su previsión es que al existir tantos demandantes, los que tengan sueldos más bajos no podrán competir en la selección con los candidatos que cuenten con una situación económica más ventajosa.

«Si hay cien posibles inquilinos, ¿a quién cogerán? Al más desprotegido se le está echando del mercado», advierte.

También Roberto Barceló da por hecho que las restricciones establecidas en la ley «van a estrangular el mercado» y llevarán al arrendador a «ser más selectivo» con los inquilinos.

Barceló y Jover prevén que las limitaciones impuestas a los propietarios se traducirán en una disminución de la oferta, que dará lugar a un aumento de los precios y redundará en perjuicio del inquilino.

El presidente de Consumur considera necesario «que el Estado dé respuesta» a los problemas de vivienda y aumente el parque de casas de alquiler, que «en España se reduce al 2%, mientras que la media de Europa está en el 10%. Las comunidades autónomas y los ayuntamientos tienen que poner en valor la construcción de vivienda pública», sostiene Barceló.

Entre otras medidas, la Ley de Vivienda ha rebajado el número de propiedades para ser considerado gran tenedor de diez a cinco inmuebles.

Además, limita al 2% la subida del alquiler para este año en las zonas más tensionadas de las grandes ciudades, entre las que no se encuentra Murcia, y establece un incremento del 3% para 2024. Añade además, dificultades para el desahucio de familias con hijos y personas vulnerables.