Efectos de la sequía sobre cultivos de cereal y montes en la Junquera, El Moralejo (Caravaca de la Cruz).Juanma Navarro
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No llueve nada y el calor aprieta. Hace justo un año el sector agrícola de la Región de Murcia temía que las intensas lluvias que se registraron por primavera terminaran derivando en cosechas perdidas por hongos, plagas o ‘asfixia’ de las raíces. Hoy se produce el escenario contrario. La falta de precipitaciones aboca a los agricultores del secano y a la ganadería de pastoreo a un futuro incierto.
La situación «más acuciante» la están sufriendo dos comarcas en concreto: el Noroeste y el Altiplano. Propensas a ser los territorios de la Región que más lluvias registran, ambas comarcas padecen la falta de agua para los extensos campos de cereales, almendros y viñedos. Los ganaderos de ovino y caprino son otros actores principales del sector primario afectados por la sequía.
Las Oficinas Comarcales Agrarias de la Comunidad, en base a las estimaciones realizadas, calculan que se ha perdido en estas zonas el 30% de estas cabañas ganaderas, poco más de 50.000 animales, «debido a la ausencia de pastos y pastizales con los que alimentarlas», señala Francisco González Zapater, secretario general de la Consejería de Agricultura.
Efectos de la sequía, entre el pasado año y este, en el paraje la Junquera, El Moralejo (Caravaca).
Las granjas mantienen a cabras y ovejas a base de pienso exclusivamente, una alimentación que los productores adquirieron a un elevado precio por la falta de cereales derivada de la guerra en Ucrania. «Una cabeza de ganado consume entre 0,7 a un kilo al día de pienso y esto es un coste inasumible para el ganadero». La ganadería ovina mantiene en estas dos comarcas a 126.000 animales mientras que la caprina a 42.600.
Para la agricultura de secano, la sequía ha dejado fuera de juego a más de 70.000 hectáreas. En el caso de las cosechas de cereales, estas se perderán por completo, unos daños que afectan a 30.000 hectáreas, con más incidencia en el Noroeste. Otras 27.000 hectáreas de almendro van a ver reducida «considerablemente» su producción y, en el caso de que no llueva nada durante los próximos meses, los árboles también se perderán. Para el viñedo, 14.000 hectáreas «reducirán drásticamente su rendimiento sólo en estas dos comarcas».
Canales del Taibilla pide 20 hm3 de Torrevieja para consumo humano
La Confederación Hidrográfica del Segura tramita el expediente de revisión de la autorización especial a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla para el abastecimiento de 20 hectómetros cúbicos de agua procedentes de la desaladora de Torrevieja. La Mancomunidad es en la actualidad titular de la autorización especial para la utilización de las aguas procedentes de la desaladora de Torrevieja con destino al consumo humano. El volumen máximo anual autorizado para estos usos es de 40 hm3. Con la solicitud planteada, una vez cubiertas sus necesidades de abastecimiento a la población, quedan liberados 20 hm3 que la CHS destinará, en exclusividad, a las comunidades de regantes del trasvase Tajo-Segura.
Raquíticas
González Zapater aclara que estas perdidas no suponen que los agricultores estén abandonando sus campos, pero no sacarán apenas rendimiento. Los almendros, en plena fase de purga (los árboles se desprenden de los frutos que son inviables), pasaron una «buena floración y cuaje». Ante la ausencia de precipitaciones, se prevé que se pierda una buena parte de la cosecha.
Daños de la sequía a los almendros de Caravaca de la Cruz.
«En muchas de las plantas, las hojas no se han desarrollado adecuadamente y se reduce la función fotosintética, algo que afecta al desarrollo de los frutos. Además, estas plantas semisecas y debilitadas son muy susceptibles a los ataque de los barrenillos, plaga denominada históricamente como de la sequía», detalla González Zapater.
El inicio de la siembra de cereal se retrasó en la Región esperando unas lluvias de socorro, lo que provocó un nacimiento irregular de las plantas en algunas parcelas. Sin agua caída del cielo, los ejemplares «se han quedado raquíticos, sin desarrollo, lo cual deja una espiga muy baja en algunos casos, lo que impide la recolección mecánica», explica el secretario general de Agricultura. En la mayoría de las parcelas, estas espigas están «muy débiles, con presencia de granos vacíos». La Región cosecha al año unos 1.200 kilos por hectárea de cereal, unos rendimientos que ya de por sí son bajos.
Poner a punto los pozos de sequía y desaladoras
La Consejería de Agricultura instó al Ministerio de Agricultura durante la pasada Mesa Nacional de la Sequía a tener preparado cuanto antes las instalaciones que pondrían en marcha los pozos de sequía, y que activara todos aquellos recursos adicionales, ya sean de los acuíferos como de las desaladoras, «para poder aumentar temporalmente la disponibilidad de agua». Junto con esto, el Ejecutivo regional solicitó una autorización para realizar un riego de socorro en los cultivos de secano, «con el objetivo de no perder estas plantaciones».
Los productores agrícolas y ganaderos más perjudicados obtendrán beneficios fiscales tras aprobar el Gobierno central una rebaja del 25% en el IRPF. En la Región, la Comunidad ha puesto a disposición del sector más dañado una línea de créditos blandos, en los cuales más del 50% serán asumidos por la Comunidad con el objetivo de paliar los efectos de la falta de agua y el encarecimiento de costes.
La cuenca del Segura, que se encuentra en situación de prealerta por sequía, tiene embalsado 391 hectómetros cúbicos de agua, cien menos que hace un año. Las presas se encuentran al 34% de su capacidad. La Confederación Hidrográfica ya advirtió que las reservas aguantarían hasta el final del verano.