Economía

La crisis ha restado más ingresos a la Comunidad que la infrafinanciación

A esta cifra se suman 5.521 millones que la recesión le impidió conseguir

Archivo - Un cable, dinero y una factura de luz, a 3 de enero de 2022, en Madrid, (España).

Archivo - Un cable, dinero y una factura de luz, a 3 de enero de 2022, en Madrid, (España). / Alberto Ortega - Europa Press - Archivo

María José Gil

María José Gil

El maltrato que ha sufrido la Región en el reparto de la financiación autonómica ha supuesto una pérdida de 2.093 euros por habitante entre 2002 y 2019, aunque el mayor perjuicio se produjo a partir del 2009, según se recoge en un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Sin embargo la recesión ha restado más ingresos, porque ha impedido a la Comunidad ingresar 5.521 millones desde que se desinfló la economía regional.

El estudio titulado Insuficiencias acumuladas y ruptura de equilibrios en la financiación de las comunidades autónomas está realizado por el catedrático de Análisis Económico Francisco Alcalá, que ha sido profesor de la Universidad de Murcia hasta hace unos años. El investigador cifra en 2.223 millones la cantidad que la Región ha dejado de ingresar entre 2009 y 2019 por la infrafinanciación.

Sin embargo, entre 2002 y 2008 la pérdida fue de 829 millones. En total, el coste total para la Región hasta 2019 asciende a 3.062 millones en este periodo. La Región ha sido la más perjudicada por el sistema de reparto, junto con la Comunidad Valenciana, que ha perdido 3.763 euros por habitante entre 2002 y 20219 al dejar de ingresar 18.318 millones.

El autor distingue entre la pérdida de recursos financieros que «la infrafinanciación relativa acumulada» ha causado a las comunidades más perjudicadas por el sistema de reparto establecido a principios de este siglo y «la insuficiencia financiera colectiva», provocada por la caída de los recursos destinados a alimentar el sistema que se produjo a partir de 2008, cuando la crisis causada por la burbuja inmobiliaria empezó a causar estragos en los ingresos, que están supeditados a la recaudación y la actividad económica.

Así, Francisco Alcalá señala que la financiación per cápita media durante el periodo 2009-2019 fue de 2.466 euros frente a los 2.780 euros de media durante el periodo 2002-2008.

«Esta caída de los ingresos reales está asociada con la Gran Recesión, el fin del boom inmobiliario –cuyo modelo de crecimiento aportaba mayores ingresos a las comunidades autónomas– y el cambio de sistema de financiación autonómica».

El problema se agudizó porque la revisión del sistema de financiación realizada en 2009 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se diseñó en plena cresta de la ola del crecimiento inmobiliario, que había alimentado la recaudación tributaria y mantenía engrasada la actividad del resto de sectores económicos. Sin embargo, entró en vigor después del estallido de la crisis financiera, cuando los ingresos públicos habían empezado a desaparecer.

«La financiación per cápita apenas ha cambiado, pasando de una media de 2.488 euros per cápita en 2002-2008 a una media de 2.482 euros en 2009-2019».

Al desinflarse la actividad económica, se produjo «una caída de la financiación efectiva media que ha generado un problema de insuficiencia financiera colectiva al conjunto de las comunidades autónomas», indica Alcalá.

«En el entorno de la crisis financiera de 2008, se produjo una debacle de los ingresos autonómicos que redujo en un 30% la financiación efectiva media por habitante ajustado de 2009 con respecto al máximo de 2006. En 2019 todavía no se habían recuperado los ingresos reales de los años 2005, 2006 o 2007», precisa Francisco Alcalá.

La Región también fue la segunda comunidad más perjudicada por la insuficiencia de los recursos destinados al sistema de financiación autonómica, por detrás de la Comunidad Valenciana. Esta falta de recursos, que el autor cifra en 167.449 millones de euros, supuso para Murcia una pérdida adicional de 5.521 millones. La suma de esta cantidad y de los 3.062 millones la Comunidad dejó de ingresar a causa de la infrafinanciación autonómica eleva la insuficiencia total de los recursos destinados a la Región a 8.583 millones de euros. Esta cifra representa un desfase de 5.866 euros por habitante, que ha dado lugar al endeudamiento.

Ve insostenible seguir engrosando la deuda tras la subida de los tipos

El autor del estudio sobre la insuficiencia de los recursos que han recibido las comunidades autónomas desde 2002 hasta 2019, Francisco Alcalá, alerta de que la subida de los tipos de interés que se ha producido en el último año hace insostenible la vía de financiación de las comunidades a través de «la subvención de los intereses de la deuda», como se ha venido haciendo el Estado desde 2012, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy puso en marcha el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Recuerda que el Gobierno central ha preferido aportar recursos a las más necesitadas a través de los fondos estatales, en lugar de afrontar los problemas que plantea la infrafinanciación causante de la deuda, que en la Región ascendía ya a 11.513 millones en el mes de junio de 2022. «Lamentablemente, este artificio no ha hecho más que trasladar y ampliar el problema a los próximos años».

Apunta que esta alternativa deja de ser viable tras la subida de los intereses bancarios, dado que impide a los gobiernos autonómicos salir captar fondos a los mercados financieros. Además, advierte de que la factura de los intereses financieros sería «difícilmente sostenible por no decir imposible».

Con los datos disponibles hasta 2019, cuando la deuda ascendía a 9.562 millones, calcula que la infrafinanciación provocada por el reparto autonómico y la insuficiencia de los recursos que ha recibido la Región a consecuencia de la caída de los ingresos que produjo la recesión de 2008 han generado el 89,8% de la deuda existente en aquel momento. Sin embargo, hay comunidades que «han recibido un 30% más que otras».

Ante esta situación, da por hecho que las comunidades más endeudadas no podrán «volver a una situación de normalidad» si no se reforma el sistema de reparto. Además, señala que «no parece existir más alternativa viable que la de que el Estado absorba la deuda autonómica acumulada como consecuencia de las insuficiencias financiera previas» y propone «establecer un plan con un horizonte temporal definido».