La Policía Local de Murcia cuenta desde hace un año con cuatro dispositivos táser, aunque «está en previsión la adquisición de más dispositivos, para que lleguen a todas las comisarías de pedanías: la previsión es incorporar diez más», explica a La Opinión Alejandro Alemán, inspector de la Policía Local y responsable del Servicio de Armamento y Tiro.

Un táser es un arma de electrochoque que interfiere en el sistema nervioso muscular y paraliza al sospechoso con descargas eléctricas no letales. A la pregunta de cuándo llegarán a todas las pedanías del municipio, Alejandro Alemán indica que «están presupuestados y falta que el Ayuntamiento» concrete sus cuentas y dé luz verde a su compra. «Ahora mismo, nueve mandos y 20 policías están formados y en condiciones de utilizar la táser», destaca el inspector, que valora que quienes manejan el arma se caracterizan por «actuar con cautela y profesionalidad al máximo». 

Alejandro Alemán, inspector responsable del Servicio de Armamento y Tiro de la Policía Local, sostiene una táser. Juan Carlos Caval

Aunque los dispositivos llevan en Murcia más de un año, aún no ha habido necesidad de disparar ninguno. Antes de contar con las táser, «teníamos la defensa y el arma de fuego», apunta Alemán, que califica de «genial» el contar con este sistema «intermedio».

Insiste en que emplear una táser o un arma de fuego ha de ser algo «muy excepcional», puesto que «dentro del uso de la escala de la fuerza hay otros medios: diálogo, defensa y condición física».

El arma es "segura para el agente y segura para la persona contra la que se utiliza"

Pero hay circunstancias: por ejemplo, si el sospechoso en cuestión fuese armado, el agente que llega al escenario «sacaría ya el táser», aunque «para llegar a ese extremo, hay un recorrido», manifiesta el inspector, que recuerda que la de Murcia es la primera Policía Local de la Región que implantó armas de electrochoque. «Otras policías se han interesado y están dando los pasos para algún día tenerlos», comenta al respecto, y precisa que «a nivel nacional, se utilizan por más de 200 cuerpos de seguridad».

Alemán subraya que una táser es «segura para el agente y segura para la persona contra la que se utiliza», al tiempo que especifica que «la descarga va por intervalos de 5 segundos, 22 impulsos por segundo» y que «única y exclusivamente afecta al sistema nervioso sensorial y motor. No tiene interferencia con órganos internos. No produce una lesión».

La impresión del láser

En Murcia, estos dispositivos los portan integrantes del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana (GESC). El inspector alude al «efecto que causa» en un sospechoso el mero hecho de ver la táser, «ver los láser apuntándole», y reitera que «el uso es muy excepcional». Como ejemplo, informa de que «en la Policía de Madrid, activaron sus dispositivos en ocho ocasiones y dispararon solo dos». En Murcia, no se han llegado ni siquiera a activar, de momento.

Antes de que llegasen las armas, arrancó el proceso de formación de los policías. «Los primeros que nos formaron fuimos los instructores», afirma Alejandro Alemán. Lo hicieron en Madrid, en unas jornadas de 50 horas donde adquieren conocimientos tecnológicos y práctica. Deja claro que la táser «solo la pueden utilizar funcionarios habilitados, que tienen que demostrar que la controlan y que superan el curso» que los instructores les dan a ellos. 

Cinco segundos para reducir al sospechoso 

Con un movimiento de muñeca, el agente elige el cartucho que quiere disparar. «Cuando dispara el operador, tiene que gritar: ‘Táser, táser, táser’», describe el inspector Alemán. 

Las táser producen en quienes reciben su disparo una sensación paralizante y dolor intenso, aunque son efectos que desaparecen rápidamente: los agentes tienen apenas cinco segundos, tras el disparo, para reducir al sospechoso, desarmarlo y detenerlo.

A los policías «se les va programando un entrenamiento», precisa Alemán, que añade que «a los dos años, los instructores hemos de volver a Madrid para hacer curso de reciclaje».