Como, por culpa de la covid, no hay cabalgatas multitudinarias ni bullicio por el centro de las ciudades, «es distinto a otros años y no hay la misma alegría, pero la tradición de los roscones… esa no se pierde». Así se expresa Yolanda García, dependienta de la pastelería Blanco y Azul, en Lorca, que atiende a LA OPINIÓN por teléfono en plena vorágine de roscón. «El día grande es el día de antes de Reyes, que estaremos aquí, rellenando los roscones al instante», explica la trabajadora.

Lo que se tarda en hacer un roscón «depende de la masa», comenta Yolanda García, que apunta que su pastelería también abre el día 6 por la mañana. Otras, como El Horno de Vistalegre, en Murcia, echan el resto toda la semana y echan el cierre el festivo. «Tenemos bastantes encargos, sí», corroboraba por teléfono una empleada ayer, último día para hacer los encargos, que se recogen este miércoles.

En el negocio tienen «el obrador a tope, elaborando roscones de Reyes, clásicos, rellenos, con cobertura kinder, chocolate o chocolate blanco, grandes o pequeños», subrayan desde la empresa, en unos «días de máxima ilusión, nervios y mucho trabajo».

Primer plano de un roscón relleno en Beniaján. Juan Carlos Caval.

«Cuando está la cabalgata se vende mucho más», sentencia Paco Hernández Solano, ‘Pani’, dueño de la panadería y confitería Pani, en la ciudad de Cartagena. Ahora, sin desfiles, «está la cosa un poco más floja, más ‘paraílla’», admite el hombre.

Con los contagios disparados en la Región (Salud notificó este martes más de 4.000), Hernández Solano asume que «la cosa está un poco tranquila» y que, en días como el 3 o el 4 de enero, «estamos ahí, a la espera».

«Cuando está la cabalgata se vende mucho más, ahora la cosa está ’paraílla’», dice ‘Pani’, de Cartagena

«Ayer (por el lunes) hicimos unos cien roscones; hoy (por ayer), unos 150, y la gente se los va llevando», apunta el dueño de la confitería, al tiempo que destaca que «tenemos bastantes encargos para el Día de Reyes, y para este día 5». «Tenemos más de 300», calcula. Y subiendo, pero para llevar a casa, ya que «hay mucha gente confinada, se ve poco ambiente», lamenta.

En esta pastelería de la ciudad portuaria «empezamos el día 2 siempre» a elaborar estos dulces, ya que, es terminar los festejos de Año Nuevo, y «la gente quiere probarlos, quiere llevárselos». Más aún en estas circunstancias, en los que hay casas en los que se compra una rosca expresamente para quien ha de disfrutarla aislado.

‘Pani’, con roscones prácticamente listos, ya con su fruta escarchada, ayer en Cartagena.

«Ya este día 5 es el día gordo, y el 6 es cuando se llevan todos los encargos», afirma ‘Pani’, en cuyo establecimiento se pueden encontrar roscas «de nata, de chocolate, de trufa, de crema... y el roscón cartagenero, de merengue y cabello de ángel. Como la tarta cartagenera, pero en roscón».

«Trabajamos como una gran familia», sostiene Javier Moreno, de La Madrugada de Beniaján, sobre su equipo

«Nosotros lo hacemos de forma tradicional, tipo antiguo, que tienes que tocar el roscón como cuatro o cinco veces», desgrana este profesional, al tiempo que calcula que «para hacer la masa, son cuarenta minutos; para elaborarlo, ponerle su fruta... una hora y media». «Y cuatro o cinco personas a la vez para hacer un roscón», sentencia.

Una decena de personas comienza, a partir de las cinco de la mañana, a dejarse la piel en La Madrugada, de la localidad de Beniaján, para hacer roscones a granel «Trabajamos como una gran familia», subraya Javier Moreno, dueño de esta panadería. Moreno, que lleva dos décadas en el oficio, es consciente de que son días de mucho trabajo en los cuales «tenemos alrededor de unos 300 encargos», manifiesta.

El ingrediente secreto está en «una materia prima de calidad»

Javier Moreno, de la panadería La Madrugada, en Beniaján, tiene todo tipo de roscones, «sin relleno, con nata, de chocolate, trufa, ‘nocciola’, gianduia...», va enumerando. En su negocio pueden hacer (y hacen) roscones al gusto, porque trabajan por encargo.

Preguntado por cuál es el ingrediente secreto para elaborar un buen roscón de Reyes, Moreno comenta que «reside en una materia prima de calidad», como buena harina, naranjas de la huerta (para darle aroma) y una buena masa madre fermentada, que, en su negocio, preparan justo el día de antes de vender el roscón.

El panadero revindica el papel que desempeña el clásico Roscón frente a otros dulces típicos de otros paises (como es el caso del panetone) y le alegra mucho que ahora se empiecen a hacer los roscones antes de su fecha y tiempo después.