Educación desoye a los directores y mantiene la repesca de la ESO en septiembre

Los alumnos de Secundaria que suspendan alguna asignatura al final de este curso tendrán, como otros años, la opción de recuperar la nota en las pruebas extraordinarias de septiembre. Este año escolar ha comenzado muy movido en lo que se refiere a nivel legislativo, pues las comunidades autónomas, así como los colegios e institutos, están esperando a que se desarrollen y se aprueben los criterios de evaluación, promoción y titulación que el Ministerio de Educación quiere cerrar lo antes posible para que cuenten este curso. 

La nueva ley de educación (Lomloe) elimina las pruebas extraordinarias para la etapa de la ESO, pero no así en Bachillerato, dejando como única sesión de evaluación final del curso la de junio. Sin embargo, la ministra Pilar Alegría planteó una moratoria a las comunidades hace escasas semanas para que pudieran organizar el calendario escolar, ya que el curso ha comenzado sin este criterio aprobado. Entre si suspenderlas o no, la Consejería de Educación ha decidido mantener la recuperación en la ESO, y en septiembre. 

Esta resolución ha chocado de frente con la opinión de los directores de Secundaria de la Región de Murcia, quien a través de la comisión que sirve de enlace y representación con la Consejería mostraron un rechazo unánime en la última reunión celebrada a principios de octubre. Los institutos alegan que han planificado el curso actual «con la perspectiva del fin de las pruebas extraordinarias en la ESO» por lo que «suscribir la moratoria no supone proporcionar certidumbre y estabilidad a nuestros procesos de planificación sino todo lo contrario». 

La Consejería alega que mantener los exámenes de recuperación en septiembre «es más positivo» al haber comenzado el curso sin el real decreto de evaluación, titulación y promoción aprobado: «Da más certidumbre a los centros ya que todavía no están fijados los criterios por los que un alumno podrá pasar de curso o no».

Y es que el pasar de un curso a otro o superar una etapa educativa no dependerá de un número concreto de materias suspensas sino que «las decisiones sobre promoción y titulación serán adoptadas colegiadamente por el equipo docente tras una convocatoria de evaluación que tendrá lugar al finalizar el curso escolar», según el borrador del real decreto. 

Decisión política

Los directores de Secundaria achacan esta actitud de la Consejería a una «decisión política» marcada por el Partido Popular, que en las comunidades donde gobierna han tratado de plantear obstáculos legislativos a la conocida como ley Celaá (por la anterior ministra de Educación y promotora de la Lomloe). 

Los directores plantearon, como también lo hace la Asociación de Directivos de Educación Secundaria (ADES) de Murcia, que si no se suprimía la repesca para este curso, al menos se adelantara a junio, ya que se ha constatado que «los resultados académicos en las comunidades que han adelantado las pruebas a junio son mejores que cuando las celebraban en septiembre». En la Región, señala la asociación, se ha podido comprobar esta mejoría en los alumnos de segundo de Bachillerato del pasado curso, que adelantaron su recuperación a junio para poder realizar la fase extraordinaria de las pruebas de acceso a la universidad (EBAU) en julio. 

«La planificación de los centros educativos y de los propios procesos de la Consejería de Educación mejoraría sustancialmente con el adelanto de las pruebas extraordinarias a junio», señalan los directores de instituto. 

En 2023 pasarán a junio

En la adaptación que la Consejería llevará a cabo del real decreto de evaluación, el departamento de María Isabel Campuzano no prevé eliminar estas pruebas, pero sí adelantarlas a junio a partir de 2023, según fuentes de Educación. Las de segundo de Bachillerato se adelantaron a julio para acabar con el desfase en el calendario de la EBAU con respecto a otras comunidades. 

La asociación de directores propone cumplir el calendario lectivo tal y como está aprobado llevando a cabo una única sesión de evaluación cuando ya hayan finalizado las pruebas extraordinarias en junio dentro de dos años.