Política

Alberto Castillo, ante su expulsión de Ciudadanos: "Voy a luchar por mi honor y por mi nombre"

El presidente de la Asamblea ha enviado sus alegaciones al Comité de Garantías tras notificarle la propuesta para que deje el partido

Alberto Castillo

Alberto Castillo / Iván Urquízar

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

«Me van a echar». Lo tiene asumido. Ciudadanos notificó el pasado viernes a Alberto Castillo, presidente de la Asamblea Regional, la propuesta para que deje el partido por no apoyar la moción de censura contra el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, después de firmarla y permitir después con su abstención el control del grupo parlamentario por parte de los tránsfugas.

La noticia le llegó a Castillo el pasado viernes, a través de un correo electrónico, según ha confirmado él mismo a esta Redacción. En la notificación le informaban de que disponía de 24 horas para presentar alegaciones, algo que hizo. En ellas, el presidente de la cámara murciana se defiende afirmando que «jamás» recibió instrucciones para «votar una cosa u otra» en la moción de censura, que finalmente no prosperó.

«Desde la noche de los cristales rotos —así llama a la noche en la que la Carlos Cuadrado, entonces número dos de Arrimadas, se reunió con el Grupo Parlamentario Cs en la Asamblea para proponerles firmar la moción de censura—, nadie en mi partido se puso en contacto conmigo. Tan solo Juan José Molina me llamó porque sabía que lo estaba pasando mal anímica y físicamente», recuerda. Ni Marina Bravo, secretaria general del partido naranja, que estuvo en la Región cuando se celebró el pleno de la moción, se acercó a saludarle «por cortesía», añade. 

Defiende que "jamás" recibió instrucciones para "votar una cosa u otra" en la moción de censura en la que se abstuvo

Asimismo, acusa a Cuadrado de haberles «vendido la moto» con la firma de la moción después de que a la mañana siguiente la Ejecutiva nacional no se pronunciara y el Consejo General de Cs no supiera nada de lo que iba a pasar en Murcia.

Además del supuesto vacío al que le sometieron, Alberto Castillo también adjunta en sus alegaciones unas conversaciones privadas con un miembro de la Ejecutiva nacional al que le explica cuál iba a ser su postura en cuanto al cambio de portavoz. «No voy a echar a nadie con mi voto al Grupo Mixto, pero le comuniqué por escrito que me iba a abstener en la elección de portavoz», señala. Según el presidente de la Asamblea, a la Ejecutiva nacional le parecía que la portavocía «era un tema menor» y solo les preocupaba la posibilidad de que expulsarán del Grupo de Cs a los fieles a Arrimadas. 

"No me voy conformar"

La Comisión de Garantías de Cs analizará el contenido de las alegaciones de Alberto Castillo y tomará la decisión definitiva sobre su expulsión, aunque no tiene un plazo establecido para hacerlo. Dejando a un lado el trámite burocrático, miembros de la formación liberal como el presidente de la Asamblea dan por sentado que todo acabará con su salida

«Estoy tranquilo, pero triste», reconoce. Sin embargo, Castillo advierte que no se quedará de brazos cruzados cuando le expulsen: «Voy a luchar por mi honor y por mi nombre. No me voy a conformar si la justicia del partido no es la que yo espero».

El presidente de la Asamblea, con el reglamento en la cabeza, denuncia que se están «conculcando» sus derechos, ya que «un diputado no está sometido a imperativo alguno». Parece que con la expulsión de Castillo no acaba un vodevil que iba a encumbrar a un partido y que, al final, ha terminado arrastrándolo por el fango.