María José García

es la directora general de Mujer y Diversidad de Género de la Comunidad Autónoma. La pandemia ha supuesto para su departamento un nuevo desafío porque, entre otras razones, las restricciones de movilidad están entorpeciendo la capacidad de respuesta de todas las mujeres golpeadas por la violencia machista en las diversas formas en las que se manifiesta.

Las últimas estadísticas oficiales nos hablan de que las denuncias por violencia de género cayeron en la Región un 3,1% en el primer semestre de 2020.

Son datos objetivos, pero tengamos en cuenta que esta pandemia está dificultando la posibilidad de que esa mujer haga uso de los recursos que tenemos. Por eso, durante el estado de alarma, trabajamos mucho para adaptarnos en un tiempo récord.

Las intervenciones que normalmente se realizan (en un 99 por ciento de los casos) de manera presencial pasaron a realizarse de forma telefónica, con videollamadas o de forma telemática; algo que nos ha permitido avanzar y fortalecer herramientas que está ayudando y demostrando ser efectivas en aquellos casos en que las mujeres no tienen la posibilidad, o no se ven con la fuerza necesaria para acudir presencialmente a contar lo que están sufriendo.

¿La pandemia está ocultando parte de esta lacra?

Fue una de nuestras máximas preocupaciones durante el confinamiento en el estado de alarma. De esa frustración nuestra como profesionales nació la campaña 'Si la oyes, llama', con la cual tratamos de involucrar a los vecinos, a la ciudadanía de la Región para que denunciasen si eran testigos de un posible caso de maltrato; porque ésta es una lucha de todos y todas, y nadie debe permanecer al margen.

Su departamento ha lanzado proyectos que implican a los jóvenes.

En el Pacto Regional contra la Violencia de Género se recogen diversas acciones en materia de juventud. Tras un balance de situación sobre los proyectos que teníamos entre manos, creí necesario reforzar la transversalidad de la materia con la que trabajamos. La lucha contra la violencia de género, contra cualquier tipo de discriminación por orientación sexual o el fomento de la igualdad no recae sólo en una dirección general, sino que tiene que ser un compromiso de todo el Gobierno regional.

En ese contexto, con el director general de Juventud, Raúl Puche, nacieron tres proyectos, uno de ellos, a través de la entidad Mujomur, ya se está llevando a cabo, e incluye charlas y talleres de sensibilización que coordinan educadoras sociales, gente joven muy preparada con una capacidad tremenda para conectar, y que trata sobre relaciones sanas o sobre la necesidad de saber dónde están los límites.

Mujomur está en este momento realizando un estudio para conocer el grado de incidencia de las relaciones tóxicas dentro de la comunidad educativa. Necesitamos esos datos, ver en qué escenario nos movemos para poder impulsar las políticas adecuadas.

En otro proyecto está Assex, la asociación de sexualidad educativa que está trabajando en un punto de asesoramiento y prevención para cualquier persona que se sienta acosada sexualmente. Y tenemos R-Inicia-T, formado por dos psicólogos clínicos que trabajan en un proyecto pionero; de hecho, sólo hay tres entidades a nivel nacional que trabajan directamente con maltratadores.

Siempre hay que destinar recursos de protección a la mujer, pero creo que en esta mesa hay cuatro patas que abordar, y también tenemos que dirigirnos a donde está el problema. Además, están elaborando un protocolo de actuación en caso de ciberacoso porque el confinamiento y las restricciones han hecho aflorar otra forma de violencia de género, a través de las redes sociales.

El empleo se revela como una de las claves.

En este momento es más importante que nunca. Tenemos una relación fantástica con el SEF, con la directora general, Marisa, llevamos un programa muy bonito, que es Empresas por una sociedad libre de violencia de género. Este programa nació en el Ministerio y vincula una red de empresas a nivel regional en sus objetivos.

Este mes se le va a conceder el diploma por ese trabajo a 66 empresas de la Región; por lo que puedo decir que, cada vez más, existe una implicación del tejido empresarial por el tema. El compromiso que adquieren estas empresas es el de recibir charlas de sensibilización entre su plantilla, y la mayoría facilitan la reinserción laboral de víctimas de violencia; ahí es donde entra el SEF, que tiene un programa específico donde se hace búsqueda y seguimiento a medida.

El foco regional del Día Internacional contra la Violencia Machista se ha puesto en los profesionales.

Hemos querido destacar en este mes de noviembre el trabajo que vienen realizando todos los profesionales que conforman la red de recursos de atención a víctimas de la violencia de género en la Región, no solamente hacia las mujeres sino a sus hijos e hijas.

Es importante no sólo reconocer el trabajo que hacen día a día estos profesionales altamente cualificados, totalmente vocacionales, sino que, además, con este reconocimiento hacemos saber a la sociedad murciana los recursos de los que disponemos, especialmente a esas mujeres que se encuentran en una situación difícil y vulnerable.

Habrá conocido de cerca experiencias muy duras.

Algunas mujeres pierden toda su capacidad de hacer cosas solas. Me he roto y recompuesto mil veces. Lo que me da miedo es que parte de las sociedad acabe insensibilizada ante estas tragedias.

25N

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