El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, achacó ayer la muerte de decenas de peces de piscifactoría que han aparecido en la costa de Portmán (La Unión) a una bacteria, descartando que el origen se deba a la contaminación por metales pesados, como en un principio apuntó como una posible causa el investigador, experto en edafología y suelos contaminados de la Sierra Minera, José Matías Peñas Castejón. Fue este investigador el que dio la voz de alarma de los peces que aparecieron muertos en su cuenta de Facebook el pasado lunes.

Esta bacteria, la Photbacterium damselae, empezó a afectar a peces por la zona de Alicante, luego por San Pedro del Pinatar y recientemente por la zona de Portman, explicaron fuentes de la Consejería.

En declaraciones a los medios, Luengo aseguró ayer que el Servicio de Pesca de la Comunidad había detectado el origen de esta bacteria, añadiendo que los responsables de la granja acuícola ubicada en El Gorguel, en lugar de llevar los ejemplares muertos a puerto para su gestión, «los abandonaron en el mar», y que fue la corriente la que posteriormente las arrastró hacia la costa de Portmán.

El edafólogo murciano había comentado que la mortandad podía ser «como consecuencia de los importantes flujos de lixiviados o drenajes ácidos de mina que fluyen incontroladamente hacia el Mar Mediterráneo, provenientes de la Rambla del Gorguel o Avenque, así como de las ramblas que vierten a la Bahía de Portmán (Infierno, Voltada..) y las propias instalaciones abandonadas del Lavadero Roberto».

Y añadió que estos lixiviados contienen «elevadas concentraciones de metales pesados y metaloides».

Seguimiento de la contaminación

El consejero indicó que su departamento hace un seguimiento de los niveles de contaminación de la costa y, en concreto, de metales pesados, desde que se empezó la regeneración de la bahía de Portmán, «para que no haya problema a la hora de consumir el pescado».

Desde su departamento añadieron que desde que se empezaron las obras de la bahía de Portman, el sector que opera en el polígono acuícola de El Gorguel «consideró oportuno instaurar un seguimiento sobre el posible efecto que las obras pudieran tener sobre la columna de agua, particularmente en lo referente a metales pesados, y por tanto pudiese tener un efecto pernicioso sobre la salud de los peces».

Para ello, junto al Servicio de Pesca de la Comunidad, estableció una red de control de presencia de metales pesados en la zona. «Hasta el momento ninguna de las analíticas realizadas ha mostrado presencia de metales pesados en cantidades superiores a las establecidas por la normativa», subrayan desde Agricultura.

La Bahía de Portman soportó durante décadas los vertidos de la mina Peñarroya que extraía plomo, plata y pirita. La mina cerró en 1990.