De las diecinueve sustancias químicas detectadas en el estudio, las que mayores niveles presentaron son la terbutilazina, un herbicida muy contaminante prohibido como desinfectante en salud pública y privada; el clorpirifos, un insecticida organofosforado muy tóxico para los humanos y los organismos subacuáticos, cuyas concentraciones superaron el estándar de calidad medioambiental; y el tributilfosfato, un aditivo utilizado en motores de aviación y disolvente.

Estos tres compuestos están incluidos en la lista negra de ISTAS por ser neurotóxicos, bioacumulativos o disruptores endocrinos.