Danza Crítica

Merecido homenaje a la figura de Merche Esmeralda

Una de las bailarinas en el homenaje de Merche Esmeralda

Una de las bailarinas en el homenaje de Merche Esmeralda / Rafa Márquez

Tania Herrero

El 17 de mayo de 2024 quedará en el recuerdo de los presentes en el Teatro Romeacomo una noche donde el pasado y el presente se dieron un abrazo inmenso, agradable, sanador, de esos de oso, de esos que te erizan la piel y que te reconfortan el alma.

Conocer y valorar el pasado, salvaguardarlo para que perdure y sea fuente de inspiración, es una labor no solo del profesorado de una institución donde la danza es el arte que se transmite a los discentes, sino que debería ser un bien al alcance de todos por estar preservado en el lugar que se merece. Y eso, lamentablemente, en Murcia no existe (o no ocurre), no se le da valor a aquello que tenemos, dancísticamente hablando, ni a aquello que tuvimos. Queda mucho por hacer, a pesar de que la danza está presente en las programaciones de los distintos teatros de la Región.

Pero gracias a la iniciativa por parte del Conservatorio de Danza Teresa Souan Bernal, los departamentos de Danza Española, Baile Flamenco y Extensión Académica han logrado hacer realidad este merecido homenaje a Merche Esmeralda y traer de vuelta al presente coreografías que forman parte de la historia de la danza. Dentro de los implicados en hacerlo posible es importante mencionar a Mª Dolores Marín, Oliva Bella, Inmaculada Serrano, Margarita Sánchez, Gloria Pérez, José Luis Navarro, Toñi Alcolea y Carlos Cumplido.

Homenaje a Merche Esmeralda en el Teatro Romea

Homenaje a Merche Esmeralda en el Teatro Romea / enClavedeFoto

Tras una primera parte más protocolaria, pero tremendamente emotiva, donde se acercó la figura y trayectoria de Merche Esmeralda a los allí presentes mediante una entrevista guiada por Teresa Souan (directora del Conservatorio de Danza), que nos permitió adentrarnos en la vida de esta bailarina, coreógrafa y docente a través de anécdotas personales, como el porqué de su nombre y la conversación de su abuela, su tía y su madre para elegirlo; cómo fue su paso por el Ballet Nacional, los hijos que tuvo, así como la realidad de formar el Ballet Región de Murcia. Tras esto, tuvo lugar uno de los momentos más intensos de la noche, que fue la presencia en el escenario de gran parte de los integrantes de Ballet Región de Murcia y el recuerdo a los que ya no están, todo ensalzado a través del aplauso atronador que el público brindó por la emotividad acumulada en esos instantes vividos.

La segunda y tercera parte se dedicó al disfrute de esas coreografías recuperadas para la ocasión. El programa de la segunda, dedicado a la danza española, mostró Triana y Sinfonía Española, ambas coreografías de José Granero elaboradas específicamente para el Ballet Región de Murcia. Ver, 34 años después, estas coreografías en las mismas tablas donde fueron estrenadas y tan bien interpretadas por alumnado de quinto y sexto de las dos especialidades, con la colaboración desinteresada de antiguos alumnos que ya son profesionales, no tiene precio. Poder imaginar el estreno, lo que se sintió con ese vestuario, que casi en su totalidad es el que se utilizó en el estreno y en las giras, poder ver parte de la historia de la danza reflejada en esas dos coreografías, es de un valor incalculable.

La interpretación por parte de los bailarines estuvo soberbia en todas y cada una de las coreografías, pero hay que destacar la dificultad que entrañaba la escuela bolera del primer movimiento de Sinfonía Española. La rapidez de los movimientos, la proliferación de los saltos con batería, los equilibrios y los giros (sin olvidar la dificultad añadida por la pendiente del escenario), junto a los palillos, dejaron al público asombrado: muestra de ello fue el aplauso que recibieron los intérpretes.

Otra interpretación que destacar fue la realizada por Anastasia Ortega con esa delicadez extrema y pulcritud maravillosa del palillo, que se fusionaba con imágenes realmente bellas que proporcionaba su movimiento por las tablas del escenario.

En la tercera parte, la flamenca, con una entrada llamativa de las cuatro cantaoras (Ana Mar, Irene Carrión, Ana Mochón y Mª Belén Alaminos) y acompañadas después por las fantásticas guitarras de Óscar Gallardo, Pepe Piñana, Daniel Valseca y la percusión de Miguel Ángel Orengo, pudimos disfrutar de la Soleá, coreografía de Merche Esmeralda interpretada por una magnífica Lucía López Esteban a través de unos quiebros corporales infinitos y un braceo que emulaba el que fuera firma de la coreógrafa. Esta pieza estuvo arropada por coreografías actuales de coreógrafos que han visitado el Conservatorio para el montaje de estas, como Viaje del poeta de La Lupi, Vanguardia de Manuel Betanzos y Caracoles de Maise Marquéz.

Un magnífico cierre para esta maravillosa y merecidísima velada de reconocimiento a Merche Esmeralda donde el Conservatorio de Danza Teresa Souan demostró la calidad artística y humana que posee tanto dentro como fuera del escenario.