Semana Santa de Cartagena

El estreno californio pone el broche final al Viernes de Dolores en Cartagena

La cofradía, superando adversidades y en una noche casi veraniega, hizo gala de su primera procesión de esta Semana Santa, con el Cristo de la Misericordia y la Virgen del Rosario como protagonistas

Los californios, al igual que el resto de cofradías, han sabido anteponerse a las adversidades para sacar, un año más, las procesiones de la Semana Santa de Cartagena a la calle. Su hermano mayor, Juan Carlos de la Cerra, asegura que el aumento de costes ha sido considerable, pero no suficiente para tumbar una tradición que vuelve a sacarse adelante gracias al esfuerzo. 

Ayer los miembros de la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas se estrenó por las calles de Cartagena como Dios manda: por fin sin mascarillas, con las calles abarrotadas y con el fervor cofrade a flor de piel

Fue con la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima del Rosario, la más joven de la cofradía con cuatro décadas de historia a sus espaldas, pero ya icono de la Semana Santa cartagenera, pues es la que pone el broche final a un Viernes de Dolores cargado de actos en honor a la patrona. 

Los hachotes y las cartelas, sello inconfundible de la procesión, alumbraron el paso de la que popularmente ya se conoce como ‘la procesión de los Hernández’, pues todas las imágenes que desfilan han sido talladas en diferentes momentos de la última década por el escultor José Hernández.

Sobre las 21.00 horas comenzaron a bajar la rampa de la Iglesia Santa María de Gracia, junto a la que aguardaban expectantes cientos de personas, los primeros nazarenos al batir de los tambores. La noche era casi veraniega y más de una portapasos temía que “le diera algo”.

Los guiones fueron los primeros en desfilar. Vestidos con su traje de terciopelo rojo, su cíngulo blanco y sus zapatillas negras con lazo negro, tenían la misión de marcar el ritmo de la procesión. Las mujeres fueron protagonistas. En primer lugar le tocó el turno al Tercio femenino del Prendimiento y al carro bocina, que portaba el Escudo de la Cofradía, compuesto por una linterna sorda rematada por la corona real y cruzada por dos áncoras, realizado en 1987 por Rafael Terón. El primer trono en aparecer fue el de la  Alegoría de los Siete Dolores de la Virgen, que simboliza un corazón atravesado por siete puñales sobre un trono tallado por los hijos de Esteban Jiménez. 

El Trono Jesús y María en casa de Lázaro, acompañado por el Tercio femenino de la Agrupación de la Santísima Virgen del Primer Dolor iba después. Detrás, portado a hombros por una veintena de mujeres, aparecía el trono de La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen, con imágenes talladas por José Hernández en el año 2004. 

El Cristo de la Misericordia, la Virgen del Rosario, protagonistas de la noche, acapararon todas las miradas y las fotos. El Piquete de la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos se encargó de cerrar la procesión, con la que los californios se estrenan y preparan para diez días más de pasión y tradición. y con la que ponen el broche final al día grande de la Virgen de Caridad, la patrona de Cartagena.