Patrimonio Arqueológico

La calzada por la que Escipión entró a Cartagena será visitable a partir del próximo sábado

Conocida como el Cardo Máximo, formará parte de la ruta 'Caminos de Roma' - Lleva oculta a los ojos de los cartageneros y turistas desde hace casi dos décadas

Los vecinos del edificio nº 2 de la Serreta, bajo el que se sitúa el Cardo Máximo, pudieron visitar este martes el yacimiento.

Los vecinos del edificio nº 2 de la Serreta, bajo el que se sitúa el Cardo Máximo, pudieron visitar este martes el yacimiento. / Iván Urquízar

Tras casi dos décadas oculto bajo un edificio situado en el número 2 de la calle Serreta, el Cardo Máximo de Cartago Nova por fin será visitable. Se trata de la calzada romana por la que, según los historiadores, el general romano Escipión y sus legiones entraron en la ciudad durante la conquista de Qart Hadast, arrasando buena parte de lo que encontraban a su paso.

A partir del próximo sábado este nuevo espacio pasará a formar parte de de la nueva ruta guiada que ha creado Cartagena Puerto de Culturas, denominada 'Caminos de Roma', que "recorre las calzadas y vías que unían Cartagonova con otros destinos, permitiendo también conocer los sistemas de alcantarillado propios de la ingeniería que enmarcó estas rutas comerciales”, explicó la edil de Turismo, Cristina Pérez, durante la presentación del proyecto, este martes.

La ruta, que se hará durante todos los sábados de febrero y marzo, iniciará a las 11.30 de la mañana desde la Casa de la Fortuna. Después se dirigirá hacia el Cardo Máximo y posteriormente pasará por las calzadas del Foro Romano, donde además se visitarán las termas o el templo de Isis. El recorrido culminará en el Teatro Romano, donde se podrán visitar las excavaciones que se están realizando en el Pórtico, que serán visitables. Las entradas ya están a la venta en la web de Cartagena Puerto de Culturas.

Hallado en 2002

El Cardo Máximo se halló en 2002, durante la construcción del edificio de viviendas. Como resultado de la excavación, la promotora construyó la infraestructura con la obligación de conservar, de forma visible y visitable, los restos del yacimiento.

Dos años después se inició el trámite para su cesión al Ayuntamiento y desde entonces quedó relegado al olvido. Fue la coordinadora de Patrimonio Arqueológico, María José Madrid, quien el año pasado, durante una ronda de visitas a los sótanos de viviendas y edificios que cuentan con restos de Patrimonio Arqueológico, puso sobre la mesa la idea de completar la excavación, una propuesta que los vecinos venían demandando desde hace años. 

La calzada conserva la canalización subterránea, así como los restos del empedrado correspondiente a la calle Púnica, del siglo I d.C., que “permitía el acceso desde la zona norte, muy próxima a la antigua Puerta de la Serreta, y que dividía prácticamente el espacio urbano en dos mitades, convirtiéndose en una de las calles principales de la ciudad, que ha quedado fosilizada en el actual parcelario urbano”, según explicó la vicealcaldesa y concejala de Patrimonio Arqueológico, Ana Belén Castejón.

Experiencia sonora

Los trabajos que se han llevado a cabo desde Patrimonio Arqueológico han supuesto una inversión de unos 60.000 euros (que se ha dividido en distintos contratos menores asumidos por distintas concejalías, como la de Juventud) y han consistido en completar la excavación arqueológica, la conservación y restauración de estos restos que ahora lucen con mayor belleza y actualizar tanto la iluminación, como la museografía y la decoración interior. 

De la mano del programa Urban CT de la Concejalía de Juventud, se ha confiado en el Street Art como un elemento explicativo del lugar. De esta forma, dos grandes murales representan el pórtico que protegería a los viandantes de esta calle, una de las principales de la ciudad y la antigua Puerta de la ciudad, que poco se distanciaría de la moderna Puerta de la Serreta, con el Almarjal, la laguna salada que cerraba la ciudad por el norte, como elemento esencial del paisaje de época antigua.

Tríptico de la ruta Caminos de Roma de Cartagena

Tríptico de la ruta Caminos de Roma de Cartagena / Iván Urquízar

De igual modo, se ha recurrido a la ambientación sonora, con la recreación de ruidos de la época, como sonidos de carros pasando por la calzada, bullicio de gente o niños jugando, entre otros. El espacio cuenta también con su código Navilens en la placa de la fachada, así como un código QR para que todos aquellos que estén interesados y no puedan acceder, podrán informase tan sólo acercando su teléfono móvil a la placa.

Un juego de espejos crea un efecto óptico que, junto a la pintura mural, busca la inmersión de los visitantes en el yacimiento. Finalmente, un mural explicativo en un plafón retroiluminado de unos 5 metros cuadrados, recibe al visitante cuando baja las escaleras, proporcionándole toda la información arqueológica del conjunto.