Veinte trabajadores de la empresa Tamar se manifestaron ayer frente a la sede de la empresa, en la carretera de Torreciega. Algunos llevaban trabajando treinta años en ella y se concentraron en la puerta de la compañía porque no les han pagado las cinco últimas nóminas, aseguran. La compañía, que se declara en una situación «insostenible» y se encuentra en preconcurso de acreedores les ofreció firmar la extinción del contrato para comenzar a cobrar el paro. Unos 60 trabajadores aceptaron la situación, pero otros veinte compañeros dijeron que no al trato y han seguido trabajando.

Estos empleados creen que Tamar aún tiene trabajos pendientes de entrega en Londres y Marruecos, pero que los están haciendo otras compañías. «A nosotros nos han castigado a hacer trabajos tediosos o para los que no estamos debidamente instruidos, como pintar y engrasar maquinaria», dijo un portavoz del colectivo. La empresa lo negó. Los trabajadores tienen oficialmente diez días de vacaciones y sostienen que los van a pasar amotinados en la puerta.

«Les regaló la empresa y la marca Tamar, que se la queden, No tengo ganas de pelear», respondió el gerente de Tamar ante esta protesta.